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Starmer crea un DNI digital para frenar la inmigración irregular en Reino Unido y que las fronteras sean "más seguras"

  • Reino Unido carece actualmente de un documento nacional de identidad
  • La nueva medida suscita oposición entre algunos políticos que temen una excesiva intromisión del Estado
Starmer establece un DNI digital para frenar la inmigración ilegal en Reino Unido y que las fronteras sean "más seguras"
El primer ministro británico, Keir Starmer, habla durante la Cumbre Global de Acción para el Progreso en Londres EFE/EPA/LUKAS COCH
RTVE.es / AGENCIAS

El primer ministro británico, Keir Starmer, ha anunciado este viernes la introducción por primera vez en Reino Unido de una tarjeta de identificación digital gratuita que será obligatoria mostrar para trabajar o alquilar una vivienda. El mandatario ha explicado que el objetivo de la medida es dificultar el trabajo y la inmigración irregular y hacer que las fronteras del país sean "más seguras", mientras que los ciudadanos británicos o extranjeros en situación legal podrán acceder a servicios básicos "más rápidamente".

"La nuestra es una Gran Bretaña más justa, construida sobre el cambio, no sobre la división", ha señalado Starmer, que se ha dirigido a la ciudadanía asegurando saber que está preocupada por "el nivel de migración ilegal en el país".

Reino Unido carece actualmente de un documento nacional de identidad, y los ciudadanos se identifican con pasaporte, carné de conducir u otros justificantes.

La nueva medida, que implicará la existencia de una base de datos centralizada, suscita oposición entre algunos políticos y organizaciones de derechos humanos, que temen una excesiva intromisión del Estado.

Así será el DNI británico

Según un comunicado, la credencial se integrará en la futura cartera digital del Gobierno y se podrá almacenar en el teléfono del usuario con cifrado de "última generación", si bien, no será obligatorio llevarla encima ni mostrarla salvo en los casos exigidos: demostrar el derecho a trabajar ante un nuevo empleo y, en una segunda fase, para alquilar una vivienda.

El carné, que se prevé que entre en vigor esta legislatura previa probación de una ley, incluirá nombre, fecha de nacimiento, nacionalidad o estatus de residencia y foto para LA verificación biométrica. Si el móvil se pierde, los datos podrán revocarse y reemitirse, de acuerdo con la nota. El Gobierno deberá aclarar cómo puede adaptarse para las personas que no dispongan de un teléfono móvil inteligente.

Los laboristas subrayan que el documento permitirá agilizar trámites como la obtención del permiso de conducir, el acceso a historiales fiscales y la solicitud de ayudas sociales, reduciendo la necesidad de papeleo. Actualmente, en procesos burocráticos en el Reino Unido hay que probar la identidad con varios medios a la vez, lo que puede incluir también, por ejemplo, la presentación de facturas para demostrar la residencia.

Pros y contras

El Ejecutivo de Starmer abrirá este año una consulta pública para definir el servicio y garantizar el acceso de personas sin teléfono inteligente, facilitando asistencia presencial para colectivos vulnerables, dice el comunicado. Según el primer ministro, la nueva herramienta servirá para cerrar el acceso al mercado laboral a quienes no tienen derecho a residir en el país y reducir así uno de los principales reclamos de las travesías irregulares desde Francia en bote por el canal de la Mancha.

"Una frontera segura y una migración controlada son demandas razonables, y este Gobierno está escuchando y cumpliendo", ha afirmado Starmer. A su juicio, la identificación digital "endurecerá la lucha contra el trabajo ilegal y ofrecerá a los ciudadanos ventajas al demostrar su identidad para acceder rápidamente a servicios clave".

La líder de la oposición, la conservadora Kemi Badenoch, ve en este anuncio un "truco desesperado" del Gobierno para desviar la atención de la constante llegada de migrantes a través del canal de la Mancha y, aunque ha deslizado que "hay argumentos a favor y en contra" de este nuevo método de identificación, ha adelantado que los 'tories' se opondrán a cualquier sistema que sea "obligatorio".

El proyecto revive un debate que ya fracasó en 2006, cuando el Gobierno también laborista de Tony Blair intentó implantar un carné físico, anulado en 2010 por los conservadores al considerarlo costoso y una amenaza a la privacidad, mientras que otros sistemas barajados después tuvieron alcance limitado.