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"Lo de siempre hecho por los de nunca": la experiencia laboral de un bar donde la discapacidad no es una barrera

  • Vrutal es una experiencia de integración laboral en Madrid
  • El proyecto visibiliza las capacidades de un colectivo que a menudo encuentra dificultades para acceder al mercado laboral
Vrutal, un bar donde la discapacidad no es una barrera
JAVI HIERRO (TVE MADRID)

A las 12 de la mañana llega a Vrutal Club el coche que recoge a los chicos para ir a trabajar. Una vez allí, después del abrazo de bienvenida, se ponen los delantales y cada uno a sus puestos.

Vicente prepara la salsa alioli. Vane limpia las mesas, no sin antes darse cuenta de que hay que ir reponiendo el flish flish. Inma prepara el mise en place junto a Hernán para tener todo listo para cuando llegue la hora de comer. Y Bea prepara las cuartillas para apuntar las comandas.

Todos con discapacidad, pero, también, con voluntad y disposición para ejercer sus trabajos. "Lo de siempre, hecho por los de nunca", es uno de sus lemas.

"Todavía hay mucho que mejorar para que todos podamos concurrir en igualdad de condiciones"

Este espacio ubica en el antiguo club social de una urbanización de Somosaguas que les ofrece un alquiler simbólico. Allí, junto a la piscina, el bar ha convertido la inclusión en su seña de identidad. Su propuesta va más allá de la gastronomía: "Aquí, la mayor parte del equipo de sala y cocina está formado por personas con discapacidad. Y cada día demuestran que la profesionalidad no entiende de barreras", nos dice Sandra, una de las encargadas.

Una atención marcada por la dedicación

El local funciona como cualquier otro bar, pero la filosofía es diferente. Desde que uno se sienta a la mesa hasta que recibe la comida, la atención está marcada por la dedicación. La organización de los chicos es clave, cada uno tiene clara su función. Y la colaboración y comunicación entre ellos es constante. Estas son las bases de un engranaje que funciona a la perfección.

La carta ofrece un menú del día completo por 12,50 euros. Incluye platos caseros como pisto con huevo, boquerones en vinagre o guiozas de langostino con salsa asiática. Todo preparado en una cocina donde la ilusión es el ingrediente estrella.

Más allá de lo gastronómico, Vrutal busca generar un impacto social positivo. Todos los trabajadores cuentan con contratos desde el primer día y están dados de alta en la seguridad social. Tienen jornada parcial, excepto Hernán, que por decisión propia eligió trabajar sus 8 horas.

Aquí la experiencia no solo es disfrutar de buena comida, sino también apoyar un proyecto que visibiliza las capacidades de un colectivo que a menudo encuentra dificultades para acceder al mercado laboral. Con su letrero en la puerta: "Entras por la comida, te quedas por lo Vrutal", este bar se ha convertido en un espacio singular de integración, donde comer bien es sinónimo de contribuir a una sociedad más inclusiva.