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Integración

"Fundown Plant" ayuda a personas con discapacidad a conseguir un empleo

  • Unas 20 personas trabajan en los viveros que gestiona la ONG
  • El 90% de las personas con discapacidad no tienen un empleo

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Fundown plant ayuda a personas con discapacidad a conseguir un empleo

Integración social y laboral completa. Esto es lo que pretende Fundown con las empresas que promueve o con las que colabora. Nos hemos acercado a un vivero que tienen en Libilla, gestionado por Fundown Plant. Estas iniciativas sirven para mejorar el dato que nos recuerda que el 90 por ciento de las personas con discapacidad intelectual están en paro.

Independencia económica y motivación

Fundown plant tiene unas 20 personas empleadas en toda la Región. Dentro del vivero de Librilla trabajan cinco personas con algún tipo de discapacidad intelectual. Aprenden un oficio, se involucran laboralmente, y, además, consiguen una independencia económica. Fundown prepara para realizar un empleo en la región a unas 250 personas con discapacidad intelectual. Actualmente hay 140 contratados en empresas ordinarias gracias a su mediación. El objetivo es claro: su integración total y para ello hace falta tener un trabajo. Pero no un trabajo cualquiera. Tiene que ser algo que les motive.

Es un trabajo que no es monótono, puedes ver cómo evolucionan las plantas

Guillermo Martínez, Ingeniero Técnico de Fundown, nos habla de la labor que desarrollan los empleados en el vivero y cumplen con ese requisito: "Es un trabajo que no es monótono, puedes ver cómo evolucionan las plantas, los cultivos... y luego sacarlos a la venta siempre es una satisfacción". Para Irene Molina Jover, coordinadora de Empleo de Fundown, es muy importante seguir ahondando en esta labor, "para que se pueda mejorar la empleabilidad de personas con discapacidad intelectual y ofrecerle el derecho a poder trabajar en una empresa".

Un trabajo a largo plazo

Aquí se producen plantas ornamentales para jardines y setos para las fincas agrícolas del Mar Menor. Las personas empleadas se sienten completamente satisfechas y valoran sus muchos años de trabajo, que no son pocos. Por ejemplo, Cristina María Ortiz lleva más de 22 años en el vivero. Nos cuenta que su trabajo suele ser "quitar yerbas, podar, plantar y ver cómo crecen las plantas poco a poco".

Siempre hay algo que hacer, siempre hay trabajo

Fulgencio Javier Cerón lleva 15 años empeado. Nos cuenta que se levanta todos los días sabiendo que tiene algo que hacer "Siempre hay algo que hacer, siempre hay trabajo". Destaca también la integración con sus compañeros "son muy agradables y siempre me ayudan en todo lo que pueden".