El Tribunal Supremo de Estados Unidos respalda las redadas migratorias de Donald Trump en California
- El veredicto autoriza a continuar las batidas contra inmigrantes incluso por razones de raza, idioma o acento
- Un tribunal regional había paralizado los interrogatorios o detenciones realizados sin una "sospecha razonable"
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha respaldado nuevamente la política migratoria de línea dura del presidente Donald Trump. El veredicto emitido este lunes autoriza a los agentes federales a continuar con las redadas en el sur de California dirigidas a personas migrantes en situación irregular, incluso cuando la acción pueda basarse en la raza, el idioma o el acento.
La Corte ha concedido así la solicitud del Departamento de Justicia para suspender temporalmente una orden de un tribunal regional de California que prohibía detener o interrogar a personas sin una "sospecha razonable" de que se encontraban ilegalmente en el país, basándose únicamente en valoraciones racistas.
La Administración Trump ha reaccionado de inmediato y ha anunciado que continuará con las patrullas móviles.
La jueza liberal del tribunal, Sonia Sotomayor, ha denunciado que la medida convierte a los latinos en "objetivo fácil para ser detenidos en cualquier momento", advirtiendo que se violan las libertades constitucionales y que la acción afecta incluso a ciudadanos estadounidenses de origen latino. "En lugar de quedarnos de brazos cruzados mientras se pierden nuestros derechos constitucionales, disiento", ha escrito Sotomayor en una nota de protesta en el veredicto.
Asociaciones denuncian que las detenciones están basadas en perfiles raciales
El caso se originó a raíz de una demanda presentada por un grupo de latinos afectados por las redadas, que acusaron al Gobierno estadounidense de emplear agentes fuertemente armados y enmascarados para realizar interrogatorios y detenciones basadas en perfiles raciales, describiendo los operativos como "secuestros descarados al mediodía".
Uno de los demandantes, Jason Gavidia, declaró que agentes lo trataron con violencia, sin creer que era ciudadano estadounidense, y lo obligaron a revelar detalles sobre su nacimiento.
La jueza del Tribunal de Distrito de Los Ángeles, Maame Frimpong, había dictado el 11 de julio que las redadas probablemente violaban la Cuarta Enmienda, que protege contra registros y detenciones irrazonables. Su orden se circunscribía únicamente a detenciones basadas en raza, idioma, ubicación o tipo de trabajo. El Tribunal de Apelaciones del 9.º Circuito, con sede en San Francisco, se negó el 1 de agosto a levantar esa restricción, hasta que ahora el Supremo interviniera.
La decisión del Supremo ha provocado críticas por la confusión que genera en tribunales inferiores y por la evidente discrepancia entre sus miembros. La Corte tiene actualmente una mayoría conservadora de 6 a 3, lo que vuelve al organismo afín a las decisiones de Trump.
La Administración Trump celebra el veredicto
La fiscal general designada por Trump, Pam Bondi, ha calificado la decisión de "victoria enorme" y ha afirmado en redes sociales que los agentes de inmigración podrán continuar con las patrullas en California "sin la microgestión judicial".
Las redadas de la Administración Trump, que incluyeron operaciones en Los Ángeles, habían generado alarma, protestas y múltiples demandas judiciales por el uso de fuerza armada y perfiles raciales. En mayo, el asesor senior Stephen Miller exigió intensificar las deportaciones, con una meta de 3.000 arrestos diarios, mientras que en junio Trump desplegó a la Guardia Nacional y a marines estadounidenses para apoyar a la policía local en las redadas, un uso extraordinario de fuerza militar dentro del país.
La política migratoria de Trump ha sido consistente con su promesa de segundo mandato de aumentar deportaciones, incluso modificando la protección temporal de miles de migrantes y autorizando la expulsión a países distintos al de origen, acciones respaldadas previamente por la Corte Suprema en otros casos.