Si este verano tienes adolescentes cerca, "literal que te renta" leer este artículo
- Palabras como facto, real, funar o stalkear forman parte del vocabulario de la GenZ
- Cada generación fabrica sus propios neologismos para diferenciarse de la anterior; es un fenómeno vivo
En una sofocante tarde de verano, dos adolescentes esperan pacientemente un autobús de línea mientras le dan vueltas a una discusión con un amigo en común:
“-Real que ella es su Imperio Romano. Le lleva con correa: da mucho cringe -dice uno. -Facto, es que se ha convertido en un NPC. Ya no me cunde nada quedar con él -le contesta el otro.“
La mayoría de personas mayores de 35 años será incapaz de descifrar el contenido de su charla. Palabras como cringe, NPC o facto marcan la progresiva distancia entre las generaciones Z y Alfa y el resto de los mortales. En realidad, esta conversación podría significar algo parecido a esto:
“-La verdad es que ella es su mayor obsesión. Hace lo que le dice: da vergüenza ajena -dice uno. -Efectivamente, no tiene iniciativa. Ya no me apetece quedar con él -le contesta el otro.“
Tampoco habría por qué pensar que las nuevas generaciones se están yendo de las manos o que el TikTok les está friendo el cerebro. ¿Acaso alguien nacido antes de 1965 sabía qué significaban modismos como efectiviwonder, chachi o equilicuá?
Un lenguaje como comunidad
En todas las generaciones -desde los baby boomers hasta los nacidos después del 2013-, la adolescencia ha hecho acto de presencia con sus incomprensiones y retos. La necesidad de encajar en un grupo y de desencajarse de un mundo adulto que les es ajeno lleva a que vayan formando, de acuerdo a sus referentes y gustos, un lenguaje propio en el que pueden sentirse acogidos e identificados.
La particularidad de las nuevas generaciones es que se han criado con la presencia persistente de internet en sus vidas y de ahí surgen ahora la mayoría de neologismos. Creadores de contenido, videojuegos, vídeos virales o influencias de otros idiomas van moldeando su jerga y alejándola cada vez más del código conocido por los adultos.
"Estoy stalkeando a mi crush"
El inglés se ha convertido, de mano de la globalización, no solo en el idioma de los negocios y las relaciones internacionales, sino también en el vehículo de las últimas tendencias. Las redes sociales -Instagram, X, TikTok, YouTube- transportan una inabarcable cantidad de conceptos anglosajones que llegan a los teléfonos de los jóvenes y terminan colándose en su lenguaje.
De esta manera, el verbo to stalk -que significa acechar- llega al castellano como stalkear, definiendo el acto de espiar o revisar el perfil de alguien en redes sociales. Otro tanto ha sucedido con shippear, que manifiesta el deseo de que dos personas comiencen una relación amorosa. De relationship (relación) viene el vocablo shipping que, haciendo el camino inverso, quiere decir que un shippeo es una manera de relacionar a dos personas. Bien conocido fue el shippeo que los fans hicieron de Aitana y Cepeda en Operación Triunfo.
Uno de los términos más generalizados -hasta fuera de la Gen Z- es crush. Es lo que la RAE llama "un extranjerismo crudo". Identifica a un amor platónico, alguien al que es imposible sacarse de la cabeza, pero que rara vez corresponde el interés. Lo más normal, cuando alguien tiene un crush y es soñador, es que esté delulu. Delulu viene de la palabra delusional -delirante- y del K-pop, aunque ahora se refiere al estado en el que entra una persona que tiene ciegas esperanzas en que suceda algo imposible, por ejemplo: gustarle a su crush.
A lo que la Real Academia denomina "extranjerismo crudo" es a una palabra que se utiliza en castellano sin siquiera adaptar su ortografía a nuestro idioma. Hay cientos de ejemplos: ghosting, aesthetic, beef, ick, prime, red flag, cringe... De hecho, esta última es bastante utilizada cuando alguien siente vergüenza ajena: "Ese chico da mucho cringe", aunque ese mismo concepto va desapareciendo en favor de lache, procedente del caló y más ofensivo; es realmente un insulto grave si se refiere a una persona. Convendrá, para estar al día, tener a mano una pequeña lista de definiciones como la que dejamos aquí abajo:
"Cada vez que le veo es como si estuviera lagueado"
Otro de los campos que han influido de gran manera en la jerga de los jóvenes es el de los videojuegos. De ahí nace la palabra NPC que veíamos más arriba. En el mundo de los videojuegos, un NPC es un Non Player Character, un personaje dentro del juego que no es manejado por el jugador y, por lo tanto, define a una persona sin iniciativa que no se moja ni participa en la historia.
Una de las expresiones más escuchadas en los últimos años es: "F en el chat". Sirve para mostrar compasión y condolencias a otro. Esta expresión nació en el Call of Duty: Advanced Warfare. Cuando otro jugador fallecía, se debía de pulsar la letra "F" del teclado para presentar el debido respeto. Si un amigo intenta algo y no le sale, se le dice eso para trasladarle tu apoyo.
Cuando, jugando a un juego, de repente la pantalla se retarda y le cuesta avanzar, significa que se ha lagueado o que el jugador sufre lag. En esa misma línea, pero con ciertas diferencias se presenta la palabra bug o estar bugueado. Un bug es literalmente un error de software, es un fallo que origina un efecto indeseado. Bugueado se usa cuando algo se queda "pillado".
También es destacable la capacidad que tienen los adolescentes para coger verbos y cambiar sus significados. A menudo, lo que hacen es convertirlos en reflexivos, como ha sucedido con el verbo viciar -dañar o corromper física o moralmente- y transformarlo en la acción de viciarse. Uno "se ha viciado" cuando se da una maratón de videojuegos y pasa 16 horas pegado a una pantalla.
"Me tanqueo el estudio y luego le caigo a unas partidas"
También traído del mundo gamer, pero manifestando la pericia que tienen los jóvenes cuando se trata de hacer evolucionar el lenguaje, está el verbo tanquear. Un tanque es un personaje de un videojuego que posee gran fuerza y resistencia. Este verbo se utiliza como sinónimo de soportar. Otro parecido es carrear o carrilear, que se refiere al jugador que, por su habilidad superior, consigue que todo el equipo gane solo gracias a él. Si en un equipo de futbol ganan once a cero y todos los goles los marca el mismo, les ha carrileado.
No todos los verbos tienen que venir de los videojuegos. Resulta llamativo la cantidad de ellos que han mutado su significado para referirse a algo que apetece o vale la pena. Si a un adolescente le cunde algo, quiere decir que le apetece. Exactamente lo mismo cuando dice que le renta: es que tiene ganas de hacerlo. Otro de los verbos que, por su reciente reflexividad, se ha transformado es caer. "Caerle a algo" quiere decir apuntarse. Cuando a un joven le ofrecen un plan al que quiere ir, responde: "le caigo".
Los hay, incluso, que mutan su significado sin necesidad de cambiar la forma. Es el caso de devorar. Hoy en día, es un verbo utilizado para expresar que alguien ha hecho algo excepcionalmente bien. "Chica, anoche devoraste", sería un ejemplo.
"Se creía que era la cabra y acabó funado"
Sin lugar a dudas, la mayor fuerza creadora, afianzadora y difusora de estos nuevos términos es la que poseen las redes sociales. Instagram, X o TikTok se han convertido en un ecosistema en el que los jóvenes conviven a diario y crean un lenguaje que se ajusta a los sucesos o fenómenos que viven en él. Así, con origen en la juventud chilena, nos llega el verbo funar, que se refiere a exponer el escándalo de una persona para que la opinión pública lo censure. Algo que también se conoce por cancelación.
Los creadores de contenido se transforman en arquitectos lingüísticos y en altavoces para hacer calar esas palabras. Las Verdunch son un ejemplo de ello. En sus videos, se popularizó el uso de dos palabras que denominaban grupos sociales contrarios. Un fife es un chico conservador, de ideas rígidas, obsesionado con el fútbol y el videojuego del que sale el nombre: el FIFA.
Además, dentro del vocabulario que podría manejar un fife, encontramos palabras como cabra o aura. Si un joven dice que alguien tiene "+1000 de aura" significa que es una persona con mucho carisma, alguien que vale la pena admirar. Su antónimo, puro absurdo juego de letras, sería 'laura', algo que no mola. Por su parte, cabra es la sorprendente castellanización del acrónimo inglés GOAT -Greatest of all time-, que designa al mejor de todos los tiempos y, además, se pronuncia como la palabra cabra en ese idioma. Dependiendo del equipo, algunos dirán que la cabra es Ronaldo y otros que Messi.
En contraste, existen los y las potaxies, personas abiertas e inclusivas no tan preocupadas por los roles de género y que disfrutan de un humor absurdo. Una expresión muy propia de una potaxie sería: "Y la queso". Esto deriva de la frase "y la que soporte" y representa la indiferencia ante la opinión ajena. Una persona que se acaba de cortar el pelo de una forma poco convencional, pero que le encanta, podría decir: "yo me veo muy bien y la queso", manifestando que los comentarios negativos no le afectan.
Existe una tendencia, muy relacionada con estas creadoras de contenido, por terminar las palabras añadiendo "-ch". Así, en lugar de llamar cariñosamente a alguien "amor", se dice "amorch" y, en lugar de concluir una discusión diciendo "y punto", se dice: "y punch". Además, para denominar algo que es bonito, mono o adorable -lo que en inglés sería cute- se ha empezado a utilizar la palabra coquette.
"Eres una migajera, se ha convertido en tu Imperio Romano"
En 2023, en la red social TikTok se popularizó preguntarle a los hombres con qué frecuencia pensaban en el Imperio Romano. Sorprendentemente, las respuestas solían ser "más de lo que piensas" y, así, este término se reservó para designar algo en lo que se piensa recurrentemente, casi una obsesión.
Del mismo estilo, es la expresión "evento canónico". Relacionado con la película Spider-Man: Cruzando el Multiverso y popularizado por las redes, un evento canónico es algo inevitable y contra lo que no se puede actuar: es lo que tenía que suceder para darle sentido a la trama. Por ejemplo: "que suspendieras el examen era un evento canónico. Si no, no nos habríamos conocido en la recuperación".
Además, en redes se han generado multitud de palabras para definir diferentes tipos de personas. Como con los fifes y las potaxies, también tenemos grupos como los señoros o los y las migajeras. Un señoro es un hombre machista y anticuado que se comporta de manera paternalista y condescendiente con las mujeres. Por su parte, un o una migajera es una persona que se conforma con recibir poca atención, cariño o compromiso en una relación, especialmente en el ámbito amoroso. Recoge las migajas de amor que le tiran.
A su vez, podrían decir de alguien que tiene o es calle. Esto quiere decir que tiene experiencia o es espabilado, se ha criado en la calle. A lo contrario, no saber reaccionar o ser un poco pardillo, se lo denomina "no tener calle". También en ese sentido se usa "ser charca", por ejemplo cuando alguien acude a la llamada de una oferta irrisoria que le va a suponer horas de cola.
Sin lugar a dudas, en los últimos años la expresión más chocante y peculiar ha sido PEC. Así, como suena, todo de seguido: [pec]. Aunque, lo más normal, es decir la frase que se esconde tras este acrónimo: Por el culo. Esto se refiere literalmente a "me lo meto por el culo". Los jóvenes emplean esta frase para expresar cuánto les gusta o apetece algo. Por ejemplo: "¿Te apetece un helado? Uy sí, por el culo".
"Lit que no se entera"
Los nativos digitales están más que hechos a la comunicación en línea y a lo que ello conlleva. La velocidad es una de sus señas de identidad. Para ello, emplean una serie de apócopes y muletillas que agilizan el lenguaje. Ahora, los jóvenes, en lugar de usar el adverbio "literalmente", dicen "literal" o, aún más corto: "lit". Lo mismo hacen con la palabra "real", utilizada como contestación para manifestar que están de acuerdo o para sustituir al "de verdad". Un ejemplo sería: "Real que me gusta".
Otros ejemplos son la serie de muletillas que han quedado ancladas en su lenguaje y se usan para sustituir el "por ejemplo". Todas ellas sirven para iniciar una comparación: "Rollo...", "tipo..." o "en plan...".
"Hablar es convivir, vivir en un mundo que es este mundo y sus trasmundos, este tiempo y los otros", decía Octavio Paz al recibir el Premio Cervantes en 1981. Para él, como para muchos otros, el lenguaje es un organismo vivo que muta, permea y ha de adecuarse a la sensibilidad del hablante. Se corre un gran riesgo al minusvalorar la jerga de los jóvenes, puesto que se burla el principio más básico del lenguaje: el movimiento.
Cada generación tiene un tiempo y, por ende, necesita un lenguaje que le permita dialogar con él. Las palabras de hace 20 años han quedado obsoletas para la vida de los jóvenes. Los adolescentes necesitan un lenguaje que hable de sí mismos, de sus horizontes, aficiones y sueños y, como con casi todo, deben construirlo por sus propios medios. Así que sí, es conveniente atender bien para no quedar petrificados cuando palabras como crush, funar, bugueado o cabra sobrevuelen una estancia. Con ese objetivo, os proponemos un pequeño test para afianzar los conocimientos que hemos adquirido.
Puedes contestar aquí las preguntas del test
*Adrián Masa de Vega es alumno de Doble Grado en Periodismo y Humanidades en la Universidad Carlos III de Madrid. Lucía Rodil, redactora jefe de Sociedad de RTVE Noticias ha supervisado la elaboración de esta noticia.