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Hispanoamérica protagoniza la programación del Festival de Otoño: "Madrid se ha abierto a los nuevos acentos"

  • Marcela Diez dirige esta edición con 23 espectáculos procedentes de 16 países diferentes
  • El Festival de Otoño se desarrollará del 6 al 30 de noviembre
Actor/bailarín en escena teatral con falda y velo blancos, sosteniendo un cuenco con pétalos rojos. Pétalos rojos cubren el suelo, creando un contraste con el vestuario blanco.
Representación de la obra 'Réquiem para un alcaraván' de Lukas Avendaño Mario Patiño
Adrián Masa de Vega*

Los Teatros del Canal han presentado la programación del 43º Festival de Otoño. La dirección artística de esta edición ha corrido a cargo de la mexicana Marcela Diez en un certamen que cuenta con cuatro estrenos absolutos y ocho en España. Gran parte de sus 23 espectáculos representan una invitación a reconocer la riqueza escénica hispanoamericana en un Madrid que, en palabras de la directora, "se ha abierto a los nuevos acentos y, sobre todo, a las diferentes visiones, inquietudes y expresiones que no solamente tienen origen en una historia compartida o un pasado colonial".

Diez destaca que la apuesta del festival por "una programación con más del 50% de producciones y colaboraciones venidas de ultramar hilvanadas por el idioma, revela claramente el deseo de comprensión, inclusión e integración cultural". Un recorrido cultural destinado a que realidades que se pronuncian en idéntico idioma, pero tan distintas, puedan converger y dialogar entre sí.

El interés por abordar culturas indígenas y afrodescendientes, por aceptar las estéticas, expresiones e intereses de los más jóvenes y establecer ese diálogo entre ambas orillas del Atlántico es total. Chile, Argentina y Uruguay presentan múltiples montajes cada uno mientras Colombia ofrece una única puesta en escena. El país más representado es México con cinco obras con "reflexiones sobre temas sociales como los desconocidos muxes oaxaqueños, la fuerza del destino y sobre todo la dramática realidad de las desapariciones y las madres buscadoras que desgarran a ese país".

La danza performativa del hombre–mujer

Uno de los montajes más rompedores e impactantes de cuantos nos tiene reservado el festival es el que tendrá lugar los días 8 y 9 de noviembre en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque. Se trata de un espectáculo de danza performativa titulado Réquiem para un alcaraván en el que el artista oaxaqueño Lukas Avendaño es el protagonista.

La producción se centra en la figura de los muxes del istmo de Tehuantepec, lugar de procedencia de Avendaño. En este sentido, un muxe es un hombre indígena que asume las funciones tradicionales de una mujer, tanto afectivas, emocionales o laborales como sexuales. La obra se construye como una reivindicación y una celebración de esas identidades queer que, pese a tener unas raíces tan profundas, siguen representando una poderosa transgresión.

Con sus blancas enaguas, velo blanco y vestido de novia blanco, el hombre-mujer zapoteca invita a la audiencia a bailar con él en una fiesta en la que aprovecha para narrarse a sí mismo con sus movimientos. En este monólogo transversal profundamente autobiográfico y político “su corporalidad andrógina reta al espectador a enfrentarse con sus prejuicios y estereotipos frente al otro: homosexual e indígena”, como sostiene Antonio Prieto Stambaugh.

Bailarín con falda blanca y torso desnudo, en pose expresiva, frente a un fondo de telas coloridas con bordados y flecos.

Representación de Réquiem para un alcaraván Mario Patiño

La amarga vuelta a la infancia

En otro de los montajes venidos de México, la actriz Conchi León nos trae su obra autobiográfica Cachorro de León. La Sala Cuarta Pared recibirá los días 7 y 8 de noviembre esta obra en la que la protagonista emprende un viaje "en busca de un padre maltratador y alcoholizado y de una infancia marcada por la violencia". El carácter catártico del arte nos permite embarcarnos con el monólogo de León en esa travesía por la memoria.

La íntima retrospección de esta obra estrenada en 2016 nos plantea la confrontación de unos recuerdos grotescos y dolorosos y de otros más alegres. Mediante la evocación de la música de Pedro Infante y el recuerdo de aquel accidente del que la salvó, Conchi León se propone contarnos "casi todo" sobre su padre. La actriz y dramaturga mexicana mantiene en esta obra su característica confianza en el poder de la palabra y el arte dramático como herramienta para transformarnos.

Conchi León, en escena, sostiene una calavera con ambas manos.  Cabello oscuro, camiseta blanca con dibujos. Fondo negro.

Conchi León en escena representando Cachorro de León Lía Rueda

El terror social de Mariana Enriquez

El director Leonel Schmidt decidió adaptar al teatro seis relatos del libro Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enriquez, esa "especie de rockstar de la literatura", según Marcela Diez. Con un reparto jovencísimo, el director uruguayo-brasileño se interna en el reto de crear unos diálogos y un hilo conductor que hilvanen la obra de la escritora argentina.

En su argumento, nos encontramos historias de terror que emergen de lo cotidiano: el feminicidio de una mujer rociada con alcohol y prendida fuego por su marido; las atrocidades de la dictadura de Videla, el asesinato de un niño; investigaciones sobre homicidas o la brutalidad policial.

En palabras de la propia Enriquez: “La disfruté mucho. Encontré una lectura, una mirada propia y un enorme respeto por los textos”. La obra tendrá lugar en la Sala Negra de los Teatros del Canal los días 7, 8 y 9 de noviembre.

Tres actores en escena con ropa desgastada, interpretando una obra dramática con fondo oscuro y dos cajas blancas.  Expresiones serias.

Representación de Las cosas que perdimos en el fuego Teatros del Canal

Fantasmas de la violencia

La producción colombiana Labio de liebre escrita y dirigida por Fabio Rubiano llega a los Teatros del Canal de la mano del Teatro Petra. Tras diez años en escena y múltiples traducciones a otros idiomas, la obra sigue confrontándonos con humor y ligereza con la presencia de la violencia en Colombia y en toda América Latina. Se trata de uno de los hitos de teatro contemporáneo.

El personaje principal es un hombre que cumple arresto domiciliario por una multitud de atroces asesinatos. En las noches, se le aparecen los fantasmas de la gente a la que asesinó para hacerle recordar sus nombres y la manera con la que acabó con sus vidas. Según Marcela Diez: "Desde que entran al teatro, quedan envueltos en este realismo mágico que automáticamente nos refiere a Colombia". La obra podrá disfrutarse los días 14 y 15 de noviembre Sala Roja Concha Velasco.

Escena teatral: personaje enmascarado de conejo y mujer con blusa rosa y falda beige interactúan en un escenario oscuro con iluminación baja.  Ambiente dramático.

Escena de Labio de liebre Jaime Martín

Comic, cine y teatro

La compañía Teatrocinema, imprescindible para entender el panorama teatral chileno, presenta su obra Historia de amor, adaptación de la novela homónima de Régis Jauffret. Los días 19 y 20 de noviembre, la Sala verde de los Teatros del Canal tendrá el honor de recibir este montaje que muestra la polivalencia de los artistas venidos del país de la cordillera.

La obra nos muestra la historia de un profesor de inglés que descubre, en el trajín característico del metro, a la mujer que debe convertirse en su esposa. Para ello, decide apoderarse de su vida y de sus espacios (íntimos, públicos, genitales y mentales) hasta que a la mujer solo le quedan dos opciones: el ostracismo o la aceptación. El amor de este profesor se transforma en el único espacio posible en una sociedad que vive entre la justicia y la psiquiatría.

La puesta en escena que mezcla la música, el teatro, el comic, el cine y la animación ha creado una experiencia poética y visual que ya ha maravillado al público de Chile y ha abierto un camino para la experimentación teatral.

Hombre en penumbra observa ilustración de piernas con tacones subiendo escaleras.  Contraste luz-oscuridad; posible contemplación de ascenso.

Representación de Historia de Amor en Chile Teatrocinema

Calderón de la Barca en pie de guerra

El Lesya Ukrainka National Academic Drama Theatre en colaboración con el director de escena Ignacio García y José Gabriel López Antuñano, autor de la dramaturgia, consiguió presentar la obra Life is a dream en un Kiev acosado por la guerra. La embajada de España en Ucrania y la Agencia Española de Cooperación tuvieron la idea germen que llevó a la compañía ucraniana a adaptar el clásico de Calderón de la Barca La vida es sueño.

Según García, la obra de Calderón muestra "la dualidad entre lo que uno es y lo que uno cree ser”. Una dualidad que es fácilmente reconocible en el contexto de Ucrania, “pues sus ciudadanos no han despertado del shock de la invasión rusa". El montaje rompe por momentos la cuarta pared para que los ocho actores consigan apelar al público y reflexionar sobre la libertad, la identidad y los sueños. Podrán verla los días 15 y 16 de noviembre en el Teatro de La Abadía.

Intensa escena teatral con iluminación roja, mostrando a un hombre mirando hacia arriba, una mujer de pie y otra en una plataforma elevada; un actor yace en el suelo.

Representación de Life is a dream de la Lesya Ukrainka National Academic Drama Theatre Teatros del Canal

El nombre propio de un duelo colectivo

Liliana Rivera fue asesinada por su novio el 16 de julio de 1990. Tras la huida de su asesino, se habría convertido en una de las miles de víctimas anónimas que la lacra de la violencia machista deja cada año en México si no hubiera sido por su hermana. Cristina Rivera —ganadora del premio Pulitzer— encontró 30 años después del asesinato de su hermana las fuerzas para revisar los archivos y testimonios que esta había dejado. En 2021, publicó El invencible verano de Liliana, salvando la memoria de su hermana y dando un lugar común a todas las víctimas de los feminicidios.

Diez mujeres son asesinadas en México cada día

El Festival de Otoño trae al Centro de Cultura Contemporánea Condeduque la adaptación teatral dirigida por Juan Carlos Fisher y protagonizada por Cecilia Suárez del 25 al 30 de noviembre. El testimonio de las palabras, pensamientos y dudas de Liliana nos sirve para comprender un sistema cotidianamente atravesado por la violencia contra las mujeres. Es un ejercicio de duelo, una reivindicación política digna de salvar vidas y, sobre todo, un acto de amor para honrar a Liliana.

La danza e inmersión como apertura y cierre

La 43ª edición del Festival de Otoño arrancará el 6 de noviembre en la Sala Roja Concha Velasco de los Teatros del Canal con Coup Fatal, la fiesta multicultural de música y danza ofrecida por la Comédie de Genève. En el espectáculo, se realiza una alquimia increíble entre músicas que no tienen, a priori, nada que ver: Vivaldi y la música congoleña, piezas barrocas y rumba o Nina Simone y Händel.

Por otra parte, la última propuesta en estrenarse durante el festival será Odiseas de la compañía La Mecànica. Un gran ejemplo de teatro inmersivo que le exige al público traer sus teléfonos móviles bien cargados y muchas ganas de interactuar con los actores. Emplearán para ello una aplicación llamada Kalliôpê, haciendo que los smatphones funcionen como una herramienta que facilite la unión entre espectadores.

La nueva edición del festival, anunciada esta mañana, promete servir como un gran diálogo interdisciplinar, transcultural e intergeneracional para que el arte funcione como una gran red que consiga unir diferentes opiniones, historias y sensibilidades. La dirección artística por parte de Marcela Diez, cuyo nombramiento significó para ella "un honor y una enorme responsabilidad como representante del otro lado del Atlántico", nos trae una programación rompedora, diversa y capaz de tender puentes.

*Adrián Masa de Vega es alumno de Doble Grado en Periodismo y Humanidades en la Universidad Carlos III de Madrid. Esteban Ramón, coordinador de Cultura, ha supervisado la elaboración completa de este texto.