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Arqueología de los nombres de España: los más frecuentes y los casi desaparecidos

Los nombres más populares de niños y cuáles están desapareciendo
Dos fotos de dos padres con un bebé, una en blanco y negro y otra actual. Getty

Los nombres dicen mucho más de lo que parece. No solo reflejan modas, creencias o herencias familiares, sino también el paso del tiempo. Aunque Hugo y Lucía han sido los nombres más elegidos entre los recién nacidos en los últimos años —ambos escogidos para casi el 2% de los bebés en 2023—, no son los más frecuentes en el conjunto del país. Para encontrar esos hay que mirar más arriba en el censo del Instituto Nacional de Estadística (INE), donde siguen dominando nombres más clásicos y mucho más envejecidos.

Esta brecha generacional invita a mirar atrás: ¿qué nombres fueron populares hace un siglo? ¿Qué ocurrió con ellos? ¿Cuántas personas los conservan hoy? La respuesta revela cómo ha evolucionado el país desde el punto de vista social, lingüístico y cultural. Y también, qué nombres han ido cayendo en el olvido.

De María a Lucía: el relevo generacional entre las niñas

Aunque Lucía lidera los rankings de recién nacidas desde hace más de dos décadas, no siempre fue el nombre más común en España. Durante buena parte del siglo XX, María y María Carmen dominaron con claridad en prácticamente todas las provincias.

Antes de 1930, más de seis de cada cien niñas recibían el nombre de María, con cifras que en territorios como Baleares superaban el 15%. Ese uso intensivo explica que María siga siendo hoy el segundo nombre más frecuente en el censo, solo por detrás de María Carmen. Además, en comunidades como Andalucía, María nunca ha dejado de ser el nombre más común entre las mujeres.

Sin embargo, con el cambio de siglo comenzaron a despuntar otras opciones. Lucía, en concreto, se convirtió en la favorita de muchas familias a partir de los años noventa. Sin embargo, su popularidad ha sido más contenida: en los territorios donde más se repitió —como Salamanca o León en la primera década de los 2000— apenas superó los 55 registros por cada mil niñas, muy lejos de los niveles históricos de María.

La menor concentración de nombres propios es una tendencia general. En las últimas décadas, las familias han tendido a elegir nombres más variados y originales. Aun así, Lucía, Sofía, Martina y María siguen siendo los nombres más comunes en la mayoría de provincias españolas entre las niñas nacidas en los últimos años.

Esta transformación también se refleja en la edad media. Mientras María Carmen y María superan los 60 y 48 años respectivamente, nombres como Laura, Marta o Lucía rondan los 35 años. Otros, como Vega o Triana, de adopción aún más reciente, tienen una media inferior a los ocho años y reflejan cómo los nombres y sus modas se acumulan y suceden, dando testimonio de la historia del mismo modo que los estratos geológicos hacen para los arqueólogos.

De José a Hugo: los nombres de niño también han cambiado… pero más lentamente

Entre los niños, el cambio ha sido más gradual. Aunque Hugo, Martín o Mateo encabezan los registros de recién nacidos, durante décadas el nombre más frecuente en buena parte del país fue José, con cifras extraordinarias: antes de 1930, más de 160 de cada mil niños recibían ese nombre en provincias como Málaga o Alicante.

A partir de los años 40, Antonio pasó a ocupar el primer puesto y lo ha mantenido desde entonces. Según el INE, Antonio, Manuel, José y Francisco siguen siendo los nombres más habituales entre los hombres, todos con más de medio millón de registros y una edad media superior a los 60 años.

El relevo empezó a notarse con fuerza en los años 80, cuando David se convirtió en el nombre más frecuente en 35 provincias, es decir, en el 70% del territorio. Aun así, su uso fue mucho más moderado: rara vez superó los 60 registros por cada mil nacimientos, incluso en las zonas donde más se repetía, como La Rioja, Burgos o Soria.

También hubo liderazgos más regionales: Marc se impuso en gran parte de Cataluña a partir de los años 90, mientras que Manuel y Antonio conservaron su peso en varias provincias andaluzas bien entrado el siglo XXI.

Hoy, nombres como Hugo, Mateo, Martín o Lucas dominan entre los más pequeños, pero todavía no figuran entre los 40 más frecuentes del censo. Su edad media da cuenta de ese auge reciente: Hugo, por ejemplo, apenas supera los 13 años.

Del siglo XIX a hoy: nombres que fueron populares y que están desapareciendo

Lucía, Hugo y Martín representan el presente, pero la historia de los nombres en España es mucho más larga. Una selección exploratoria elaborada por la librería Libros del Norte, a partir de registros históricos, estadísticas de bautismos, censos del siglo XIX y archivos parroquiales, traza una panorámica de los nombres que fueron populares hace más de un siglo y que hoy apenas sobreviven -se han excluido de la lista nombres clásicos que siguen siendo populares como María, Antonio o Francisco-. Para analizar su evolución y presencia en la actualidad, DatosRTVE ha recurrido a los registros del INE para verificar su frecuencia actual, su uso por década y la edad media de quienes los siguen llevando.

Buena parte de los nombres recopilados muestran una edad media superior a los 70 años y un uso muy concentrado antes de los años 60. Es el caso de Tiburcia (79,5 años), Perfecta, Saturnina, Basilisa, Eleuteria o Eustaquia, todas con un uso que se desploma a partir de los años 70. En la vertiente masculina, nombres como Serapio (71,2 años), Saturnino, Anastasio, Toribio y Eleuterio también reflejan ese patrón: fueron frecuentes en el primer tercio del siglo XX y hoy apenas figuran en las nuevas inscripciones.

Otros nombres tuvieron un pico de popularidad entre los años 40 y 60, seguido de un lento declive. Entre ellos, destacan Gregoria (74,4 años), Cándida (71,3), Blas (59,8), Justo (64,4) o Florencio (67,7), todos con más de 9.000 personas registradas en el padrón, pero con una presencia marginal a partir del año 2000.

Algunos, sin embargo, han tenido una retirada más pausada. Casilda, Marcela, Simona o Genoveva, así como Blas, Teodoro o Basilio, siguen apareciendo en las estadísticas del siglo XXI, aunque con frecuencias muy reducidas. La tendencia general es clara: muchos nombres comunes a principios del siglo XX han quedado relegados a generaciones mayores, con escasa transmisión a las nuevas generaciones.

Por otro lado, si se observan los 30 nombres con mayor edad media en España, el contraste es todavía más evidente. La mayoría son femeninos, y varios superan los 80 años de media. Es el caso de Acracia, Fraternidad, Crescenciana, Virtuosa o Procopia, todos con frecuencias mínimas que no superan las 50 personas en todo el país. Solo algunos nombres, como Ciriaca (252 personas y 80,5 años) o Eutiquia (196 personas y 82,3 años), conservan una presencia algo mayor.

En la categoría masculina, los nombres más envejecidos tienen medias más bajas, aunque aún muy significativas: Frumencio (79,2 años), Valerico (78,1), Abundio (75,7) o Lupicinio (75,3) apenas figuran ya entre los nacimientos actuales. Entre los que mantienen una frecuencia más notable se encuentra Eutiquio, con 448 personas vivas y una media de 75,6 años.

Destacan también varios nombres de origen extranjero, vinculados a generaciones nacidas o criadas en la posguerra. El caso de Horst es especialmente llamativo: el nombre alemán aparece tanto de forma simple (114 personas, 74,4 años de media) como en variantes compuestas como Horst Dieter (23 personas, 74,9 años). También figuran Hans Rudolf, Hans Gunter, Ronald George, Colin William o Peter Frederick, todos con una edad media superior a los 74 años y frecuencias muy reducidas.