Los países de la OEA se comprometen a apoyar la misión de seguridad en Haití ante la creciente violencia armada
- El organismo ha encargado al nuevo secretario general, Albert Ramdin, presentar en julio un plan de acción consolidado
- Trump ha anunciado el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de medio millón de haitianos
La Organización de los Estados Americanos (OEA) ha aprobado este viernes una resolución clave que busca fortalecer la misión multinacional de seguridad desplegada en Haití para enfrentar la creciente violencia de las bandas armadas.
El texto ha sido ratificado por consenso durante la 55ª Asamblea General celebrada en Antigua y Barbuda, tras las intensas negociaciones de último minuto. Impulsada por Estados Unidos y el propio Haití, la resolución insta a los Estados miembros a brindar apoyo a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), liderada por Kenia, con aval de la ONU y respaldo financiero de Washington.
El documento alienta a colaborar mediante el Fondo Fiduciario de la ONU o con contribuciones materiales y en especie para reforzar la Policía Nacional de Haití, debilitada frente al poder de las pandillas. Además, urge a redoblar esfuerzos para atender la crisis humanitaria y de seguridad, y crear condiciones para elecciones "libres y justas" en un país gobernado por un consejo de transición que aún enfrenta disputas internas y acusaciones de corrupción.
Durante la 56ª Asamblea también se ha elegido a la reconocida disidente cubana Rosa María Payá como nueva comisionada de derechos humanos. "Vengo de la defensa de la libertad y los derechos humanos en la tiranía más larga que sufre nuestro continente, que es la dictadura cubana. Que los Estados miembros elijan a alguien como yo para proteger a las víctimas del hemisferio me llena de orgullo y esperanza", ha dicho Payá en declaraciones a Efe tras su elección.
EE.UU. cuestiona la capacidad de la OEA y amenaza con irse
Durante la Asamblea, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, ha criticado con dureza la "incapacidad" de la OEA para abordar la crisis en Haití, cuestionando su razón de ser si no muestra resultados concretos. Landau ha advertido que el Departamento de Estado revisa, por orden de Donald Trump, la permanencia de EE.UU. en organismos internacionales, incluida la OEA. Y ha lamentado que el organismo no haya hecho nada sustancial frente al colapso institucional y la violencia en el país caribeño.
"Si la OEA no está dispuesta o no puede desempeñar un papel constructivo en Haití, nos preguntamos seriamente: ¿Por qué existe?", expresó el jueves el subsecretario, quien advirtió que Washington no quiere seguir cargando en solitario el coste de la misión de seguridad.
Estados Unidos es el principal donante económico de la OEA y sus aportaciones representan aproximadamente la mitad del presupuesto del organismo, pero la Administración de Donald Trump no ha pagado todavía su cuota correspondiente a 2025.
En la rueda de prensa de clausura, el nuevo secretario general, Albert Ramdin, quien ha situado a Haití como su mayor prioridad y apuesta por abrir un "diálogo" con Venezuela, ha asegurado que tiene una "muy buena relación" con la Administración estadounidense.
"Los países pagan mucho dinero, especialmente Estados Unidos, para que la organización funcione. Pero la organización solo puede funcionar cuando da resultados en materia de democracia, derechos humanos y Estado de derecho", ha declarado.
Por su parte, la líder opositora de Venezuela, María Corina Machado, ha aplaudido la participación de Landau durante la asamblea, considerando como "contundente" que el Gobierno de Estados Unidos hablara sobre la "erosión de la credibilidad" del organismo. Asimismo, ha destacado en su cuenta de X la "necesidad urgente de volver a los principios que justificaron la creación de esta organización".
Trump retira la protección a haitianos
En paralelo, la Administración Trump ha anunciado el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de medio millón de haitianos, quienes deberán abandonar Estados Unidos antes del 2 de septiembre.
La secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, ha afirmado que las condiciones ambientales en Haití han mejorado "lo suficiente" para su regreso, aunque ha evitado referirse a la violencia generalizada y al desplazamiento de 1,3 millones de personas, más de la mitad menores, según la ONU.
Organizaciones humanitarias y defensores de migrantes consideran esta decisión como un golpe devastador para una población ya vulnerable y temen una crisis de retornados sin protección en un contexto de inseguridad extrema.
En Haití, beneficiarios del TPS en Florida han expresado tristeza y frustración, asegurando que sus sacrificios y sueños en EE.UU. han sido destruidos, y advirtiendo sobre un impacto humano y económico negativo. “No se puede llamar esenciales a estas personas cuando conviene y luego desecharlas cuando no”, ha señalado uno de los afectados.
Haití entre la violencia y la urgencia de soluciones
Mientras tanto, la violencia continúa agravándose. Según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, al menos 2.680 personas murieron por la violencia armada interna entre enero y mayo, y el Programa Mundial de Alimentos calcula que más de 5,7 millones sufren inseguridad alimentaria severa.
El organismo ha encargado al nuevo secretario general de presentar en julio un plan de acción consolidado para Haití, y varios países reiteraron que es momento de pasar de las palabras a los hechos.
La presión internacional crece ante la urgencia de una solución sostenible y coordinada para un país que enfrenta el colapso de su seguridad, su economía y su tejido social. Mientras, la Embajada de Estados Unidos mantiene su recomendación de evitar viajar a Haití, tras la escalada de asesinatos, secuestros y enfrentamientos entre pandillas y fuerzas de seguridad.