Piden 325 años para el pederasta que agredió a 25 niños a los que captaba a través del videojuego Fortnite
- Se le imputan 15 delitos contra la libertad sexual, 25 de pornografía infantil y 13 por contactar telemáticamente con menores
- El acusado consiguió ganarse la confianza de las víctimas porque les compraba artículos del juego online
La Fiscalía pide 325 años de cárcel para un hombre acusado de agresiones sexuales a varios menores de 13 años tras ganarse su confianza en el juego online Fortnite y aprovechar para grabarles desnudos. Asimismo, se le imputan 15 delitos contra la libertad sexual, 25 de pornografía infantil y 13 por contactar telemáticamente con menores para abusar de ellos o conseguir imágenes sexuales. Las víctimas, por su parte, elevan la solicitud de pena a 350 años de cárcel.
El fiscal ofrecía 20 años de cárcel para el procesado, en prisión desde 2023, y ser extraditado a Argentina. Sin embargo, el acusado ha rechazado alcanzar un acuerdo con el fiscal en el juicio celebrado este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid.
25 víctimas se ganaron su confianza
Según ha informado el fiscal, el acusado fue usuario del juego online Fortnite durante el año 2021. A través de esta plataforma contactaba con menores de 13 años, con los que granjeaba amistades al comprarles artículos que podían usar, o bien les daba la moneda del juego con las que podían acceder a herramientas.
Cuando el procesado consiguió ser amigo de las víctimas, contactó con ellos a través de videollamadas y por el sistema de audio de Fortnite. Este hombre, consciente de que se comunicaba con menores de edad, les pedía que le exhibieran sus genitales y estos accedían a su petición. Además, capturó imágenes de cada una de las víctimas y las almacenó en una carpeta denominada "angelitos". En total, aparecieron 25 menores, la mitad de ellos no identificados.
Según han detallado fuentes jurídicas a EFE, en algún caso llegó a quedar con los menores y perpetró al menos una agresión sexual y varios abusos sexuales.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción acordó la entrada y el registro en el domicilio en Málaga, donde residía el acusado. Se procedió a analizar una cuenta de Gmail que este tenía en el servidor Mega, donde se encontró el contenido de naturaleza sexual de los menores.
