Enlaces accesibilidad

Esto es lo que debes saber y hacer antes de comprar tu primera vivienda

  • ¿En qué hay que fijarse al visitar una vivienda? ¿Qué deberíamos preguntar? ¿Qué trabajo previo se debe hacer?
  • El arquitecto Eduardo Saz descubre en Economía de bolsillo consejos para acertar con la compra de la casa siendo inexperto
Entrega de llaves con contrato y maqueta de casa presentes. La persona que recibe las llaves viste una chaqueta de cuadros y sonríe.
Antes de buscar una vivienda para comprar, los expertos aconsejan un trabajo previo de investigación. ISTOCK
MARTA CERCADILLO
  • Facebook
  • X
  • Bluesky
  • WhatsApp
  • La dirección de esta página ha sido copiada en su portapapeles
  • El contenido ha sido guardado en su lista

Una vivienda no solo se elige con los ojos. Tampoco con el corazón ni únicamente con la cartera. Comprar una casa es una de las decisiones financieras más importantes –y más estresantes– que podemos tomar. Una montaña rusa emocional.

Abrir portales, hacer cuentas, visitar pisos y reflexionar. La teoría nos la sabemos. Pero la práctica suele ser otra: agobio, indecisión, frustración. Porque lo que te gusta vuela, porque nada te encaja o porque lo que promete el anuncio no se parece a lo que ves al cruzar la puerta.

El mercado aprieta y la emoción confunde. Todo parece urgente. Todo suena definitivo. ¿Y si esa última casa era la buena? ¿Y si decides mal?

"La compra de una vivienda es un proceso al que no estamos acostumbrados", explica el arquitecto y asesor inmobiliario Eduardo Saz en Economía de bolsillo, con Lourdes Castro. "Normalmente lo vivimos una vez en la vida y no llegamos preparados, porque nunca hemos tenido una experiencia similar previa".

Y sin preparación, el flechazo puede salir caro. Por eso, antes de lanzarse, conviene saber dónde se pisa. Literal y figuradamente. ¿En qué deberíamos fijarnos al comprar? ¿Qué preguntar? ¿Por dónde y cómo arrancar?

El trabajo previo, clave

"Antes de empezar a buscar hay que hacer un trabajo previo", avisa Saz. Aunque no exista un tiempo marcado –"hay quienes encuentran casa en dos semanas y quienes tardan años"–, ordenar ideas y prioridades marca la diferencia.

"Lo primero es analizar tu situación y saber exactamente qué estás buscando o, al menos, qué no. Esto agiliza y permite tener claro qué cosas no son negociables", señala Saz.

¿Más habitaciones? ¿Garaje? ¿Terraza? Saber las líneas rojas ayuda a filtrar, ahorrar tiempo y evitar decisiones impulsivas.

"Lo segundo, que casi nadie considera, es un paso previo a la búsqueda. Se trata de hablar con algún banco o asesor hipotecario para tener en cuenta la financiación", apunta. ¿Por qué? Porque esquiva sorpresas desagradables.

"Si encuentras una vivienda que te cuadre, puedes empezar el proceso de negociación, de oferta o incluso de reserva o de arras sin miedo a perder un dinero adelantado porque luego no te conceden la financiación que estabas buscando", dice Saz.

Y lo mismo ocurre con el vecindario. Tantear la zona aporta una información muy valiosa. Sobre el papel, la fachada puede engañar. La intuición y la observación, no.

"Siempre recomiendo ir en distintas horas de diferentes días para ver cómo se comporta el barrio", sugiere. "También para estudiar el edificio, haciendo por ejemplo una búsqueda en el catastro para comprobar si los metros cuadrados construidos y las zonas comunes concuerdan con lo que nos enseñarán en la visita".

Exclusión residencial: más de 8 millones de personas en España no tienen hogar o habitan en viviendas inseguras

Así, con los deberes bien hechos –prioridades claras y necesidades y deseos separados–, cuando llegue el momento del examen no habrá preguntas trampas. Pero, aun así, "mejor ir acompañado". "Cuando estás mirando algo para ti, hay un componente emocional que impide ver las cosas con total claridad", advierte Saz.

Un par de ojos extra nunca sobra. Y menos en un "parque inmobiliario muy antiguo como el nuestro, donde lo más habitual es que haya que afrontar reformas parciales o integrales".

Preguntar, preguntar y preguntar

Durante la visita no basta únicamente con imaginarse cómodo en el sofá. "Hay que fijarse en lo que se está viendo, pero, sobre todo, en aquello que no podemos cambiar con ninguna reforma", insiste.

Es lo que sucede la estructura. "Si es una estructura reticular –pilares y vigas–, normalmente no vamos a encontrar problemas para redistribuir. Si es lineal –muros de carga–, conviene comprobar si se puede adaptar a nuestras necesidades y gustos. "Si hay un muro que divide la propiedad, hay que estudiar si será fácil redistribuirla o no".

Vale más pecar de escéptico, insiste, que de confiado, especialmente con viviendas reformadas. Porque no todo lo que brilla es oro. "Lo más importante es lo que no vemos: las instalaciones. Si quien está vendiendo ha llevado a cabo la obra, podemos pedirle la documentación o revisar si se ha hecho con calidad".

Mientras tanto, por supuesto, se debe revisar lo demás. Lo visible también habla. "Los revestimientos o la calidad de los materiales nos dan una idea del mimo con que se ha hecho toda la parte que no se ve". Al igual que la pregunta de oro –"¿por qué se vende la casa?"–, ofrece también una de las pistas más valiosas.

"Lo problemático sería que fuera por un problema vecinal, estructural o de derramas", indica Saz. La respuesta ideal es que se trate de un "cambio lógico dentro de la vida de la persona", como un piso que se queda pequeño o grande.

La vivienda perfecta para siempre no existe

Eso sí, si al final no se consigue la vivienda deseada, no pasa nada. Está la opción de la reforma o, simplemente, la de seguir buscando. "No hay que venirse abajo. En el mercado hay muchísimas viviendas a las que podemos optar. No hay solo una que sea perfecta para nosotros".

De hecho, según Saz, probablemente ni exista. "Hay una casa perfecta para una determinada persona y en una determinada época. Pero casa perfecta para siempre es muy difícil de conseguir", reconoce. "No todo es la vivienda. También es el cliente. Hay que saber estar felices con lo que tenemos y ser conscientes de nuestros innegociables", concluye.