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La oposición israelí presenta una moción para disolver el Parlamento que podría tumbar el Gobierno de Netanyahu

  • Los partidos ortodoxos, que sostienen el Ejecutivo, han amenazado con apoyar la medida
  • Los jaredíes buscan mostrar su descontento con una ley que pretende eliminar su exención del servicio militar
La oposición israelí presentará una propuesta de ley para disolver el Parlamento
MARTA REY

La oposición israelí ha presentado una moción para disolver el Parlamento que podría conducir a la caída del Gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y a nuevas elecciones anticipadas. De no salir adelante, los partidos opositores no podrán utilizar esta vía en los próximos seis meses, lo que da signos de que confían en contar con el apoyo de los dos socios de Gobierno ultraortodoxos, Judaísmo Unido de la Torá (JUT) y Shas, que han amenazado con secundar la medida para tumbar el Ejecutivo.

El descontento de estas formaciones —fundamentales para que Netanyahu siga en el poder— viene de su oposición a la ley de reclutamiento que pretende incluir también a los ultraortodoxos, ahora exentos de hacer el servicio militar en Israel (obligatorio durante 22 semanas). Ambos partidos, que aportan 18 escaños vitales para el primer ministro, exigen que esa exención continúe para seguir apoyando al Ejecutivo, que también cuenta con el apoyo de los ultraderechistas, insuficiente sin estas dos fuerzas políticas.

"Los líderes de los partidos de la oposición han decidido someter hoy a votación un proyecto de ley para disolver la Knesset (Parlamento israelí). Esta decisión se ha tomado por unanimidad y es vinculante para todos los partidos de la oposición", han indicado los líderes de la oposición en un comunicado conjunto. Si la disolución se aprueba en lectura preliminar, después tendrá que superar otras tres votaciones.

El servicio militar obligatorio, el motivo de las disputas

Aunque el servicio militar es obligatorio en Israel, hay una excepción para los jóvenes estudiosos de la Torá. Este privilegio ya era motivo de división en la sociedad israelí, pero el problema se acentuó tras el 7 de octubre.

A raíz de los ataques de Hamás en territorio israelí y de la ofensiva en Gaza, cada vez más jóvenes fueron llamados a filas y, en junio de 2024, el Tribunal Supremo dictaminó por unanimidad el fin de la exención militar para los judíos ultraortodoxos, vigente desde el nacimiento del Estado hebreo y que afectaba a unos 67.000 hombres.

La Corte dijo entonces que no existía "base legal" para su exclusión y, que si no servían al Ejército tampoco debían recibir subvenciones públicas educativas ni de asistencia social. Esa exención no es una ley, sino una disposición ejecutiva que se prolonga de manera periódica, pese a que hay varias sentencias judiciales que señalan que viola el principio de igualdad que rige en la legislación básica israelí.

Tras la última expiración, el Ejército israelí ha comenzado a emitir avisos de reclutamiento a hombres ultraortodoxos, aunque de forma limitada.

Eso hizo que cada vez aumentara más la presión sobre Netanyahu, que prometió a los partidos jaredíes que aprobaría una ley para que ese privilegio siguiera vigente, sin embargo, el plazo para su presentación vencía esta semana sin que las partes hayan llegado a un acuerdo sobre su contenido. A su vez, Netanyahu tiene que lidiar con una facción de su partido, el Likud, que apoya tanto el alistamiento de ultraortodoxos como el endurecimiento de las sanciones contra los que no cumplan.

La bancada de Netanyahu en la Knesset ha llenado el orden del día de la cámara con numerosos proyectos de ley, en un aparente intento de atrasar la votación preliminar de la moción.

La "decepción" de los ultraortodoxos

"En la situación actual, votaremos el miércoles a favor de disolver la Knesset", dijo el lunes el portavoz de Shas, Asher Medina, en una entrevista para la radio Kol Beramah, en la que aseguró que estaba "decepcionado" con Netanyahu. El público jaredí, defendió, "se siente perseguido" por el Likud y por Yuli Edelstein, el parlamentario de la formación encargado de tramitar la ley para eximir a los jaredíes de su privilegio.

Sin embargo, las negociaciones entre los grupos ortodoxos y el Gobierno continúan y, pese a las declaraciones públicas de los partidos, podría haber un acuerdo con el Ejecutivo. Según recoge The Times of Israel, miembros de JUT se han reunido con representantes de Shas en busca de una solución y, tal y como recoge el medio israelí Ynet, Shas estaría ahora presionando a la facción Degel HaTorah de JUT para que retire su apoyo a la medida con el fin de proporcionar más tiempo al primer ministro.

La semana pasada, cientos de judíos ultraortodoxos del grupo extremista Facción Jerusalén bloquearon la autopista 4 en la ciudad de Bnei Brak, en la periferia de Tel Aviv, como protesta por la ley de reclutamiento.

Pese a las amenazas, las negociaciones siguen en curso este miércoles y Netanyahu aseguró la semana pasada que confiaba en salvar a su Gobierno. "Existe una manera de superar las diferencias en el tema del reclutamiento", recogió un breve comunicado de su oficina tras un encuentro con Edelstein, que ese mismo día aseguró que no contemplaba eliminar las sanciones a los ortodoxos que se negaran a realizar el servicio militar.

El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, (del partido ultraderechista Sionismo Religioso) ha dicho ante la Cámara que la caída del Ejecutivo en tiempos de guerra constituiría un "peligro existencial" para Israel. "La Historia no perdonará a nadie que arrastre al Estado de Israel a unas elecciones en tiempo de guerra", ha dicho el ministro, al tiempo que hacía un llamamiento a los jaredíes para que sirvan en el Ejército.

Las fuerzas israelíes aseguran que necesitan de manera urgente a 10.000 soldados de combate adicionales y a unos 3.000 para otras funciones. Según un sondeo publicado en marzo por el diario de derechas Israel Hayom, el 85% de los judíos israelíes apoyan una modificación de la ley sobre el reclutamiento de los jaredíes, de los cuales un 41% está a favor de una legislación que haga obligatorio el servicio militar.