Humusación: cómo transformar nuestro cuerpo en tierra, nuestra tumba en árbol y los cementerios en bosques
Noticia Documentos TV
- La filosofía del compostaje de restos humanos es dar vida después de la muerte regenerando la tierra
- La tercera alternativa a los enterramientos, más ecológica y sostenible, sólo es legal en unos pocos países
*Documentos TV, nuevos programas la madrugada del miércoles al jueves a las 00:10 horas en La 2 de TVE y desde las 20:00 en RTVE Play
En Europa, un grupo de ciudadanos está trabajando en países como Bélgica y Francia para que la humusación se legalice. En Estados Unidos, el compostaje de restos humanos ya es una realidad en seis estados y en otro de Alemania, lo es de manera experimental, desde finales de 2023.
La humusación es una práctica completamente nueva y desconocida hasta hace poco tiempo © Image Création, RTBF, Proximus
Los partidarios de este proceso innovador revelan en el documental titulado Compóstame —que emite esta semana el programa Documentos TV— estas prácticas de enterramiento natural que rompen tabúes, despiertan la conciencia ecológica y sacuden el ámbito funerario como lo hemos conocido hasta ahora.
Criando malvas, literalmente
Que todos vamos a morir no es ninguna novedad. Sin embargo, sí puede llegar a serlo cómo van a desaparecer nuestros cuerpos. En los últimos años, ha surgido una tercera alternativa al enterramiento, más allá de la inhumación entre cemento y ladrillos o la cremación a 800 grados centígrados. Se trata de la humusación o transformación en humus de los restos humanos por los microorganismos presentes en los primeros centímetros del suelo con las condiciones adecuadas de temperatura y humedad.
Los partidarios de la humusación sienten que la naturaleza les ha dado la vida y quieren devolvérsela en forma de tierra fértil © Image Création, RTBF, Proximus
En Europa, cada vez más ciudadanos abogan por este tercer modelo, más natural, ecológico y barato. Subrayan también que es más vivificador porque parte del concepto espiritual de seguir dando vida después de muertos, regenerando la tierra y, con ello, la naturaleza.
“La humusación subvierte la idea de la nada y de la finitud total después de la muerte“
Cléo Duponcheel, directora de una funeraria en Bélgica y partidaria de esta práctica de compostaje de restos humanos, asegura además que “la humusación subvierte la idea de la nada y de la finitud total después de la muerte”.
Según ella, la gente quiere ser parte de esta hermosa naturaleza y quiere hacer un último acto a favor de los vivos. “Yo misma quiero convertirme en árbol”, expresa su deseo, en la línea del científico francés, Ezio Gandin, quien defiende que “es revolucionario decir que los humanos, los restos humanos, deben regresar al ciclo de la vida”.
La ley es la barrera
El compostaje humano es una opción para el tratamiento post mortem de un cadáver, tanto si se deposita en el suelo, la llamada humusación, como si se composta en cápsula o reducción orgánica natural.
Sacos con humus procedentes de la reducción orgánica de cuerpos de seres humanos en "Return home", cerca de Seattle © Image Création, RTBF, Proximus
En Estados Unidos, la tercera alternativa de enterramiento está legalizada en los estados de Washington, Oregón, Colorado, Nevada, Vermont y Nueva York. “Recoger un cuerpo humano, transformarlo en tierra y poner mucha ética y amor en todo el proceso”, es como describe Micah Truman el proceso de reducción orgánica natural que llevan repitiendo desde 2019, en una de estas particulares funerarias de Seattle.
“Recoger un cuerpo humano, transformarlo en tierra y poner mucha ética y amor en todo el proceso“
En Europa, se ha permitido excepcionalmente esta práctica, de manera experimental, en el estado alemán de Schleswig-Holstein desde finales de 2023. “Hasta el momento, 13 personas han sido transformadas con éxito”, asegura Pablo Metz, el fundador de la empresa autorizada en el compostaje natural de cuerpos de seres humanos. Recuerda que, cuando comenzaron con las pruebas, “la idea fue aceptada en todas partes y a todo el mundo le gustó”.
Pablo Metz muestra a Cléo Duponcheel una cápsula de compostaje de restos humanos © Image Création, RTBF, Proximus
En Bélgica, el movimiento por la humusación se remonta a 2010, fecha en la que se empieza a trabajar por la legalización de este compostaje funerario. En los últimos años, el movimiento ha crecido y está concentrando su estrategia en el ámbito político y jurídico para trabajar conjuntamente en un método que cumpla con las diversas limitaciones legales, sanitarias y éticas. “Estoy segura de que el compostaje humano no tardará mucho en ser una realidad en Bélgica”, confía Duponcheel.
Lo mismo ocurre en Francia. Allí, al amparo de las universidades de Lille y de Burdeos, la asociación Humo Sapiens promueve que las instituciones estudien, validen y legalicen esta tercera alternativa funeraria. La ley francesa al respecto es muy estricta.
“Nos cuesta concebir que la gente pueda convertirse en humus en su jardín o en cualquier otro sitio“
“Nos cuesta concebir que la gente pueda convertirse en humus en su jardín o en cualquier otro sitio”, expone uno de los representantes políticos franceses, ante las explicaciones de los partidarios del compostaje humano. El interés crece en Francia y algunos políticos ya han abriendo el debate, reuniendo a los diferentes actores del sector funerario para que cada uno exponga sus pros y contras sobre el compostaje humano.
Además de Bélgica y Francia, otras organizaciones en Dinamarca, Holanda, República Checa, Suiza y España promueven el compostaje de restos humanos que prioriza la reconexión cordial y natural con la tierra.
Nuevos ritos funerarios
El proceso de preparación del cuerpo post mortem ofrece rituales funerarios alternativos inspirados en el retorno a la tierra, respetuosos con el difunto y con el Planeta, explican los defensores de esta técnica de enterramiento.
Cléo Duponcheel con Karina Spade, fundadora de "Recompose", el primer centro de copostaje de restos humanos de Seattle © Image Création, RTBF, Proximus
Familiares de fallecidos en Estados Unidos, en los lugares donde está permitida la reducción orgánica natural, hablan de que “fue una experiencia sanadora y lo sigue siendo a día de hoy”.
“Me parece positivo dar vida a la muerte“
Quien están a favor de esta práctica constatan que han encontrado el consuelo en el hecho de que sus seres queridos sigan estando presentes en un árbol o en una flor. “Me parece positivo dar vida a la muerte”, recalca Duponcheel. Todos ellos piden que se permita atender la inquietud de las personas con mayor sensibilidad ecológica en la hora final de su vida, algo que ni la cremación ni la inhumación les puede ofrecer.
Para la costumbre y la tradición todavía queda mucho por debatir en materia ética, legal y sobre los retos prácticos asociados a preguntas como esta: ¿Y si, tras nuestro último aliento, nos convirtieran en tierra fértil?