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De las urnas ecológicas a la huella digital: nuevas formas para despedir a nuestros seres queridos

  • Cada vez se impone más la cremación frente al enterramiento tradicional
  • La tecnología plantea una nueva concepción de la identidad de la persona en el mundo virtual
El último adiós: nuevas ceremonias y opciones para despedir a nuestros seres queridos tras su fallecimiento
Un hombre deposita una rosa sobre una lápida GETTY

Desde los albores de la humanidad, la muerte ha sido entendida como una fase más de la vida y las ceremonias funerarias, una forma de conmemorar al fallecido. Las primeras inhumaciones eran relativamente simples y se centraban en el cuerpo y algunos objetos asociados. Actualmente, las ceremonias fúnebres cada vez están más personalizadas y la evolución tecnológica ha supuesto una auténtica revolución en la forma en la que nos despedimos. "Estamos observando una gran influencia del mundo anglosajón donde se busca celebrar la vida", explica el antropólogo social y cultural de la Universidad de Castilla-La Mancha, Juan Antonio Flores.

Sin embargo, pese a que dar el último adiós a nuestros seres queridos es una parte fundamental del duelo, en España la muerte ha sido históricamente un tema tabú, donde las costumbres y creencias en torno a ella han sido profundamente influidas por la religión y las tradiciones. No obstante, en la última década, se ha dado un cambio notable en la forma en que las personas se despiden de sus seres queridos como forma, tal vez, de tratar de acercarla y reconectar con ella.

Informe semanal - Las culturas del adiós

La muerte, un tema marginado por la sociedad

Nos cuesta hablar de la muerte, "cuanto más lejos, mejor", según apunta el doctor en antropología social Jorge Ávila. "En esta sociedad lo que se premia, influido por el capitalismo, es la juventud, el éxito y la productividad. Todo lo que no esté relacionado se marginaliza", comenta a RTVE.es.

La modernidad ha despojado de su dimensión social y comunitaria a la muerte, trasladándola a estas nuevas instituciones hospitalarias y funerarias

En el pasado, la despedida de los seres queridos solía ocurrir en el hogar, en un entorno íntimo y familiar. La muerte era vista como un proceso natural y, por lo general, se realizaban ritos funerarios en la casa, donde la familia y los amigos se reunían para velar al difunto. Sin embargo, con el avance de la medicina y la profesionalización de los cuidados paliativos, este momento se ha trasladado progresivamente a los hospitales. "La modernidad ha despojado de su dimensión social y comunitaria a la muerte, trasladándola a estas nuevas instituciones hospitalarias y funerarias", reflexiona.

Los velatorios también se han vuelto más cortos y el luto casi ha desaparecido, según añade a RTVE.es el antropólogo social y cultural de la Universidad Castilla-La Mancha, Juan Antonio Flores. "La sociedad ahora está más pendiente de los cuidados de la persona en vida. De ese compromiso que se tiene con el vivo a nivel de cuidados, de visitarle al hospital o buscar una residencia".

La necesidad de comunicarse con los muertos ha existido siempre, aunque en la sociedad española se ha concentrado en fechas específicas. Flores cuenta como durante un proyecto que realizó en los cementerios de Castilla-La Mancha encontró varios ejemplos de cómo esa comunicación se había adaptado a la realidad actual. "He encontrado notas, como en Sigüenza, donde alguien dejaba sus calificaciones de Derecho impresas a en la lápida de su ser querido, y en Oropesa, donde una niña expresaba su cariño a su abuela en lenguaje de WhatsApp". Este experto destaca que, a pesar de que la tendencia social sea distinta, persiste el deseo de comunicarse con nuestros difuntos.

Ceremonias cada vez más personalizadas 

Ambos expertos coinciden en que los rituales funerarios cada vez se enfocan más en celebrar la vida. Los datos del primer informe del Observatorio de Servicios Funerarios sobre las preferencias de la población española también refleja esta tendencia. Según comenta su vicepresidenta a RTVE.es, María Dolores Asensi, podría estar enfocado con volver, de nuevo, a ese momento íntimo, poniendo los valores y preferencias del difunto por encima de todo. Aunque, según destaca, todavía hace falta llevar el tema al debate público. "En España, el sentimiento de luto y tristeza asociado a la muerte está dando paso a una tendencia de celebración de la vida".

El 80% de los encuestados considera que los velatorios deberían de poder personalizarse

Mientras que las ceremonias tradicionales se caracterizaban por la solemnidad, una estructura rígida, con un enfoque en el ritual y la religión, las ceremonias de hoy en día tienden a ser más fluidas y flexibles. Los datos reflejan que más del 80% de los encuestados considera que los velatorios deberían de poder personalizarse. "La vida y los valores del fallecido están en el centro de la ceremonia", comenta a RTVE.es el secretario general de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (PANASEF), Alejandro Quinzán, quien asegura que existe una mayor libertad para poder incorporar elementos personales. Es el caso de la ambientación musical, los álbumes fotográficos o vídeos con momentos de su vida, o la organización de comidas y cenas a modo de homenaje.

Esto, según explica Juan Antonio Flores, tiene que ver con la influencia del mundo anglosajón en España. "Es un término que proviene de la perspectiva adoptada desde hace mucho tiempo por las sociedades anglosajonas, influenciadas por la Reforma Protestante". Por otro lado, solo entre la población mayor de 75 años siguen predominando los funerales religiosos. "Antes, la figura del sacerdote, como maestro de ceremonias, era el protagonista. Ahora, son las familias y amigos, incluso gente que lleva 20 o 30 años sin ver al fallecido, los que cuentan anécdotas y recuerdan momentos de su vida. Se convierte así en una especie de ritual más social que religioso".

Alternativas frente al enterramiento y la sostenibilidad

Cada da vez más, la incineración se hace un hueco en las preferencias de la población española. Según comenta Quinzán, desde hace unos cinco años se ha observado un boom frente al enterramiento tradicional. "Estamos observando que en grandes ciudades hay una preferencia de entre el 70% y el 80% de incineración frente a la inhumación". Sin embargo, no ocurre lo mismo en el medio rural, donde las tradiciones se resisten más a desaparecer.

La falta de espacio, la diferencia económica o la sostenibilidad, se encuentran entre algunos de los factores que, según los expertos, pueden estar incidiendo en esta tendencia. "Los costes de cremación y mantenimiento son menores que los de un entierro. Muchas veces facilita todo ese procedimiento de cumplir las últimas voluntades si a la persona le gustaba mucho un lugar", añade a RTVE.es el portavoz de la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (AESPROF), Eduardo Martínez. La gente puede llevar las cenizas de su ser querido en relicarios, pulseras, cuadros o incluso en la propia tinta de tatuajes.

El último adiós: nuevas ceremonias y opciones para despedir a nuestros seres queridos tras su fallecimiento

Existe un auge de espacios en cementerios reservados a las cenizas.

Los datos muestran una creciente preocupación de la población española por el medio ambiente. Martínez explica que factores ecológicos y emocionales están influyendo en las decisiones funerarias: "Contamos con mucha información sobre cómo se produce la descomposición de un cuerpo humano. Incluso, en Estados Unidos, dos o tres cementerios públicos están estudiando las fases de la putrefacción".

Para quienes eligen la cremación, las urnas biodegradables que se disuelven en el mar o en el suelo son una alternativa en alza. Y a esto se añade la posibilidad de plantar un árbol con las cenizas del fallecido, creando "un legado vivo". "Cada vez optamos más por esa circularidad de los productos, aunque esto sigue estando muy condicionado por los costes adicionales", recalca.

La identidad en la sociedad digital

La tecnología también ha influido en la forma en la que nos enfrentamos a la muerte y nos despedimos de nuestros seres queridos. Martínez señala que muchos tanatorios están implementando la domótica para facilitar, no solo trámites, sino para brindar una experiencia más cercana a las familias. La realidad virtual y aumentada se está colando también en las despedidas, permitiéndonos "visitar" entornos simulados que recrean lugares importantes para el fallecido.

Aunque es un servicio que, por el momento, bastante incipiente en España, ya se está observando en países como Estados Unidos. "Planteamos en España un proyecto para crear un avatar a partir de la información que la persona le daba antes de fallecer. Pero nunca vio la luz y luego vino el proyecto de Microsoft", señala Eduardo Martínez, de AESPROF. Se trata de una tecnología que ofrece la posibilidad de mantener viva una sensación de conexión emocional, aunque también plantea debates. "Elaborar un duelo no implica olvidar a alguien, los recuerdos pueden ayudar. Sin embargo, existe el riesgo de que estas prácticas nos mantengan aferrados al pasado y nos impidan avanzar", subraya la catedrática en Psicología de la Universidad de Granada, María Nieves Pérez.

El ser humano se ha acostumbrado a construir su vida en torno a la digitalización. Incluso, Facebook ofrece la posibilidad de memorialización para que el perfil de una persona fallecida se transforme en una página conmemorativa. "Actualmente, nuestra identidad se comparte a través de redes virtuales, lo que significa que, aunque una persona haya fallecido, su presencia digital persiste. Esto crea una nueva forma de identidad que no depende de la presencia física", subraya el antropólogo Jorge Ávila. Asimismo, los rituales de despedida ahora pueden durar días o meses, incluyendo despedidas virtuales y espacios de duelo en línea.

La abogada digital Marina Moral señala que todas las personas tenemos el derecho a solicitar la eliminación de nuestros datos en Internet y dispositivos tras nuestro fallecimiento". Además, destaca que cada vez será un servicio más demandado, especialmente a medida que comiencen a fallecer las generaciones digitales. "Cuando fallece un joven activo en redes sociales, como un creador de contenido en TikTok, surge la pregunta sobre qué hacer con su legado digital. Algunos optan por dejar vídeos post-mortem para seguir generando ingresos", comenta Moral, subrayando la creciente relevancia del testamento digital.

Redefiniendo los cementerios

"Suelen ser sitios donde la gente anda despacio, guarda silencio y va con mucho respeto", relata el antropólogo Jorge Ávila, refiriéndose a los cementerios aquí en España. Estos espacios, considerados como lúgubres y tristes en el pasado, poco a poco, se están reconvirtiendo.

El último adiós: nuevas ceremonias y opciones para despedir a nuestros seres queridos tras su fallecimiento

Desde hace unos años se ha popularizado el conocido como necroturismo.

Según datos del Observatorio, las personas desean revitalizar estos espacios, dándoles nuevas funciones como patrimonio artístico o cultural. "Estos lugares siempre han reflejado las diferencias sociales a través de la calidad de materiales en tumbas, mausoleos y nichos, así como la cantidad de información y decoración artística en cada uno", explica el antropólogo Juan Antonio Flores, quien señala que esta tendencia se ha acentuado con los años, aumentando su atractivo para el público.

Jorge Ávila añade el valor histórico, afirmando que "el arte refleja nuestra historia y evolución; las visitas guiadas buscan, a través del tema de la muerte, introducirnos en la vida y cultura de épocas pasadas, conectándonos con lo que hemos sido". Asimismo, desde hace tiempo ha cobrado fuerza el "necroturismo", que no solo aprecia el arte, sino que explora escenarios asociados a tragedias y muertes violentas, así como el culto a personalidades relevantes.

Pero la falta de mantenimiento de muchos cementerios es uno de los obstáculos, según remarca Eduardo Martínez, de AESPROF. "A nivel internacional, existen algunos de gran valor cultural sin fondos suficientes, ya que las administraciones priorizan otras áreas. Esto contribuye a que la gente evite visitar los cementerios, al verlos como lugares lúgubres".

La forma en la que abordamos la muerte está en constante cambio. La personalización de las ceremonias fúnebres, el uso de tecnologías innovadoras y el reconocimiento de la identidad digital indican un movimiento hacia la celebración de la vida y la memoria de aquellos que ya no están, siempre bajo el paraguas del respeto.