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El papiro de Ezequiel, el documento más antiguo de la Biblioteca Nacional, desvela sus tres vidas

  • La exposición sobre este manuscrito fechado en el siglo III d.C. permite reconstruir el texto griego
  • El papiro de Ezequiel. La historia del códice P967 se puede ver hasta el 1 de noviembre

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El papiro de Ezequiel, el documento más antiguo de la Biblioteca Nacional
Detalle del códice P967 que custodia la BNE.

La gran biblioteca de Alejandría, el sueño de los Ptolomeos, sigue renaciendo de sus cenizas. El empeño de traducir la Biblia del hebreo al griego cristalizó en la versión de los Setenta, cinco siglos después el texto seguía copiándose en papiro. Uno de esos manuscritos, del siglo III d.C, se expone ahora en la Biblioteca Nacional de España.

El Papiro de Ezequiel es el documento más antiguo que alberga la BNE. Las 10 hojas llegan a la institución en el año 1983, cuando su propietaria la Fundación Pastor de Estudios Clásicos, las deposita para su custodia y conservación. Desde las orillas del Nilo a Madrid, el papiro sufre un largo viaje en el tiempo y en el espacio.

Egipto, siglo III d. C., dos escribas profesionales copian en griego el texto bíblico de Ezequiel, Daniel (con Bel y Susana) y Esther. El material que usan es la planta Cyperus papyrus, pero el formato no es el de rollo habitual en la antigüedad sino que escriben en hojas por las dos caras como uno de nuestros libros. Páginan cada hoja en la cabecera en el anverso y reverso con números griegos y cuando acaban ponen el título del libro y dejan un espacio en blanco antes del siguiente.

Necrópolis de Mir

El manuscrito se compone de 236 páginas de las que solo se han localizado 200. En aquel tiempo, alguien guardó cuidadosamente el texto, probablemente en una vasija cerrada, de ahí su excelente estado de conservación. El papiro se descubrió en excavaciones en la necrópolis de Mir a finales del siglo XIX o principios del siglo XX.

Esta joya bibliográfica se vendió por partes en el mercado del arte entre los años 30 y 50 del siglo pasado, por lo que está diseminada en cinco colecciones por todo el mundo: la Kölner Papyrussammlung de Colonia, la Colección John H. Scheide de Princeton, la Colección Chester Beatty de Dublín, la Colección Pastor de Estudios Clásicos de Madrid y la Colección Roca-Puig de la Abadía de Montserrat en Barcelona.

Montaje de la exposición sobre el papiro de Ezequiel

Vista del montaje de la exposición. BNE

Acerca de las colecciones españolas, el padre Ramón Roca-Puig donó a la Abadía de Montserrat unos fragmentos del papiro cuyo origen podría estar en un lote comprado en El Cairo antes de 1961. Por otra parte, Pénélope Photiadès legó al profesor Manuel Fernández Galiano los diez folios del Papiro de Ezequiel, cuya compra se fecharía a finales de los 50 en Ginebra, y que la Fundación Pastor de Estudios Clásicos cedió para su custodia a la BNE en 1983.

Reconstrucción del texto

La exposición El papiro de Ezequiel. La historia del códice P967 puede verse hasta el 1 de noviembre en el corazón de la BNE, la antesala del Salón de Lectura María Moliner. Las 200 páginas que todavía se conservan del original vuelven a reunirse y desplegar su imagen virtual en una sala circular lo que permite vislumbrar cómo era el códice. La palabra códice viene de codo, porque las páginas se doblan, aunque se suele asociar con otros materiales como el pergamino o el papel.

Fragmentos del papiro de Ezequiel

Fragmentos del papiro de Ezequiel. BNE

Una de las comisarias de la muestra Raquel Martín Hernández apunta a RTVE.es que podrían aparecer "fragmentos en algunas colecciones que todavía no están identificados", faltan 18 hojas del original. Explica que "si uno mira en el anillo de la de la exposición, se ve que faltan trocitos en la parte del principio y del final. Eso es toda la parte exterior del libro, que es la que más se daña".

La comisaria Sofía Torallas Tovar destaca que es "un documento interesante para los estudiosos de la Biblia, porque es un ejemplar bastante completo de un códice del siglo III, con un texto un poco diferente al que luego se nos ha transmitido, que permite estudiar cómo se copiaba. El tamaño, el interlineado y las dimensiones también son importantes".

Dos copistas

De hecho, señalan a RTVE.es que se aprecia la mano de un copista en las páginas de la BNE, con un interlineado más apretado en el libro de Ezequiel, y otro escriba en las hojas de Montserrat con más espacio entre las líneas en el texto sobre el profeta Daniel.

Además de la disposición circular de todas las páginas del Papiro de Ezequiel, en una vitrina se pueden observar cinco de los diez bifolios de la BNE con espejos para poder leer ambas caras. Unos ejemplares que, dentro de tres meses, se cambiaran por otros para preservarlos.

Hojas de papiro originales que conserva la BNE

Hojas de papiro originales que se pueden ver en la exposición. BNE

Plantas de papiro y reproducciones de útiles para escritura conviven con otros ejemplares que permiten ver la evolución de los textos biblícos. Así se expone una Biblia hebrea del siglo XIV y dos manuscritos griegos, un comentario a los Salmos y un comentario a los libros de los profetas, ambos en su versión de Septuaginta.

El recorrido ofrece una estampa de Ezequiel a partir del fresco de la Capilla Sixtina de 1576 y otro grabado sobre la visión del profeta a partir del óleo sobre tabla de Rafael, además de un facsímil del Beato de Liébana: códice de Fernando I y doña Sancha.

La exposición vuelve a unir lo que estaba separado y el libro de Ezequiel renace para todos los que quieran acercarse a la Biblioteca Nacional.