El papa Francisco murió a causa de un ictus cerebral y un colapso cardiovascular irreversible
- Así lo refleja el parte de defunción publicado por el Vaticano, que menciona también otras patologías previas
- Directo: sigue la última hora de la muerte del papa Francisco
- Claves de su funeral y la elección del nuevo pontífice
El papa Francisco ha muerto a causa de un ictus cerebral, que le causó un coma y un colapso cardiovascular irreversible, según el parte de defunción publicado la tarde del lunes por el Vaticano. El pontífice ha muerto a las 7.35 horas a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, después de semanas convaleciente tras permanecer hospitalizado más de un mes.
El parte menciona "apoplejia cerebral", "coma" y "colapso cardiovascular irreversible" como causa de la muerte. La nota, firmada por el Director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, señala también que Francisco estaba aquejado de un "episodio previo de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía multimicrobiana bilateral, bronquiectasias múltiples, hipertensión arterial y diabetes tipo II".
La defunción ha sido constatada mediante un electrocardiograma, según el parte.
Según ha explicado a RTVE.es el hematólogo José Antonio García Erce, el hecho de que el papa se desplazase en silla de ruedas, el probable tratamiento por corticoides —que sugiere la "cara de luna" que presentaba últimamente— junto con la diabetes (probablemente desarrollada por su edad, peso y la hipertensión certificada) han sido factores que han favorecido los accidentes cardiovasculares y cerebrales sufridos. También añade que el no haberse aislado y tener contacto con muchas personas habría podido influir en que desarrollase una sobreinfección bacteriana respiratoria.
El ictus es un accidente cardiovascular que puede ser de dos tipos, aunque la Santa Sede no ha especificado su naturaleza. La gran mayoría se deben a obstrucciones de las arterias que conducen la sangre y el oxígeno al cerebro por fenómenos embólicos o trombóticos, casi siempre en pacientes con factores de riesgo de arterioesclerosis (edad avanzada, diabetes, hipertensión arterial, obesidad, tabaquismo, etc.). Puede dejar secuelas neurológicas, pero muchos pacientes sobreviven con el tratamiento adecuado.
El otro tipo, menos frecuente, es el ictus hemorrágico, que consiste en una hemorragia cerebral por rotura de uno de los vasos que irrigan el cerebro. Estos son más graves porque generan una hipertensión endocraneal, conducen a un estado de coma y tienen un mayor pronostico de gravedad. García Erce menciona que, "por sus antecedentes y por su reciente hospitalización prolongada", es posible que el papa estuviese con tratamiento antritrombótico y que "dicho tratamiento, con beneficio demostrado, pudiera haber favorecido o agravado un episodio de ictus hemorrágico".
Un ingreso hospitalario de 38 días
El pontífice fue hospitalizado el 14 de febrero en el hospital Policlínico Gemelli de Roma a causa de una bronquitis que se agravó y derivó en una neumonía bilateral. En los días previos, la enfermedad le había causado dificultades en sus intervenciones públicas y había tenido que modificar su agenda.
Su vida estuvo en peligro en numerosas ocasiones, según los partes facilitados por la Santa Sede, aunque, finalmente, fue dado de alta el 23 de marzo. Sin embargo, su equipo médico había adelantado que el papa debería cumplir "una larga convalecencia" de "al menos dos meses". La muerte de Francisco, de hecho, se ha producido al finalizar una Semana Santa marcada por las reducidas apariciones del pontífice.
El encargado de hacer pública la noticia de su fallecimiento ha sido el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, que es ahora el jefe en funciones del Vaticano hasta el nombramiento del próximo pontífice. "Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 horas", ha afirmado con gesto serio. El pontífice había hecho su última aparición pública este domingo al impartir la bendición urbi et orbi. Lo hizo en silla de ruedas, aún débil y con dificultades para hablar.
En su testamento, que también se ha publicado el lunes por la tarde, el papa pidió ser enterrado "en la tierra", en un sepulcro "sencillo" y "sin decoración". "Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal, como se indica en el documento adjunto. El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus", afirma el texto.