Al menos 74 muertos y más de 171 heridos en un bombardeo de EE.UU. contra un puerto petrolero de los hutíes en Yemen
- El Comando Central de EE.UU. ha asegurado que ha destruido el puerto de Ras Issa, controlado por los insurgentes de Yemen
- Los rebeldes hutíes han dicho que el ataque es "un nuevo crimen de guerra"
Al menos 74 personas han muerto y 171 han resultado heridas en un bombardeo estadounidense este jueves contra el puerto petrolero de Ras Issa, en el mar Rojo, según han informado medios vinculados con los hutíes de Yemen, citando datos de la Oficina de Salud de Al Hudeida. Los equipos de rescate continúan los esfuerzos para buscar víctimas.
Los rebeldes hutíes han acusado a Estados Unidos de cometer un "nuevo crimen de guerra". "Esta agresión completamente injustificada representa una flagrante violación de la soberanía y la independencia del Yemen y un ataque directo a todo el pueblo yemení", han señalado los rebeldes. "El ataque tiene como objetivo una instalación civil vital que ha servido al pueblo yemení durante décadas", han agregado los insurgentes, que dicen que se trata de un "castigo" por su "apoyo" al pueblo palestino.
Por su parte, el ministro de Información del Gobierno del Yemen internacionalmente reconocido, Muamar al Eryani, ha responsabilizado a los hutíes del ataque por "haber transformado esta instalación vital de una salida económica al servicio de los yemeníes a un centro de contrabando de armas y combustibles iraníes y una fuente de financiación de sus actividades terroristas" durante diez años.
"La milicia hutí explotó el puerto para acumular riqueza y cosechar cientos de miles de millones a través del comercio ilegal de derivados del petróleo, imponiendo impuestos y aduanas ilegales sobre los derivados del petróleo y comercializándolos en el mercado negro", ha agregado el ministro antes de afirmar que "los ciudadanos yemeníes en las zonas controladas por los hutíes no se beneficiaron de estos ingresos de ninguna manera".
EE.UU. reconoce el ataque
Por su parte, el Comando Central de Estados Unidos (Centcom) ha reconocido el ataque y acusa a los hutíes de beneficiarse económica y militarmente de estas instalaciones para vender combustible y financiar sus operaciones. De la misma forma, Washington ha prometido seguir atacando a los hutíes de Yemen a menos que estos cesen los ataques contra la navegación en el Mar Rojo, en su mayor operación militar en Oriente Próximo desde que Donald Trump asumió el cargo en enero.
"Las ganancias de estas ventas ilegales financian y sostienen directamente las actividades terroristas de los hutíes", ha sostenido el Centcom, que afirma que "las fuerzas estadounidenses tomaron medidas para eliminar esta fuente de combustible" para los insurgentes "y privarlos de ingresos ilegales que an financiado sus esfuerzos para aterrorizar a toda la región durante más de diez años".
Ese puerto, junto con los de Al Hudeidah y Salif, recibe alrededor del 70% de todas las importaciones y el 80% de la ayuda humanitaria que entra a Yemen, según la ONU, mientras que EE.UU. y otros países denuncian que es utilizado por los hutíes para importar y exportar petróleo de forma ilícita. En concreto, la terminal bombardeada de Ras Isa tiene una capacidad de almacenamiento de tres millones de barriles y fue el primer puerto construido para la exportación de petróleo desde Yemen, hace unos 40 años.
Estados Unidos, por orden del presidente Donald Trump, inició el pasado 15 de marzo una campaña intensiva de bombardeos contra posiciones de los hutíes en el Yemen, con el objetivo de minar las capacidades militares de los rebeldes y prevenir más ataques contra la navegación comercial en el mar Rojo. El ejército estadounidense afirma que los ataques tienen como objetivo cortar una fuente de combustible para el grupo militante.
Sin embargo, los insurgentes han respondido con ataques contra buques de guerra de EE.UU. e Israel, mientras que han denunciado que alrededor de un centenar de personas han muerto por los nuevos bombardeos estadounidense.
Desde noviembre de 2023, el grupo ha lanzado decenas de ataques con drones y misiles contra buques en el Mar Rojo, afirmando que atacaban barcos vinculados a Israel en solidaridad con los palestinos asesinados en la guerra de Gaza. Suspendieron los ataques a las rutas marítimas durante un alto el fuego de dos meses en Palestina, aunque prometieron reanudar los ataques si Israel rompía la tregua.
Los hutíes reivindican una doble operación contra Israel y buques de EEUU
Como respuesta, los rebeldes hutíes ha reivindicado este viernes una doble operación contra Israel y los buques de guerra estadounidenses desplegados en los mares Rojo y Arábigo. "La fuerza de misiles de las Fuerzas Armadas del Yemen (hutíes) llevó a cabo una operación militar contra un objetivo militar en las proximidades del aeropuerto Ben Gurion, en la región ocupada de Jaffa (distrito en Tel Aviv-Yafo), utilizando un misil balístico "Zulfiqar"", ha informado el portavoz militar hutí, Yahya Sarea, en una intervención televisada.
Sarea también ha informado "otra operación dirigida contra los portaaviones estadounidenses Truman y Vinson y sus buques de guerra en los mares Rojo y Arábigo con varios misiles de crucero y drones". Según ha decalrado, este es el primer ataque al portaaviones Vinson desde su reciente llegada al mar Arábigo. "Nuestras defensas aéreas lograron derribar un avión no tripulado estadounidense MQ-9 mientras realizaba operaciones hostiles en el espacio aéreo de la Gobernación de Saná, utilizando un misil tierra-aire de fabricación local", ha agregado, sobre el que ha definido como el quinto incidente de este tipo en tres semanas.
Asi mismo, el portavoz militar ha advertido de que la escalada militar estadounidense con Yemen solo conducirá a más ataques que le llevarán "decepción, fracaso y derrota". Ha reafirmado que los rebeldes mantendrán sus operaciones mientras perdure la guerra en la Franja de Gaza, aunque Sarea no se ha referido directamente al bombardeo que lanzó EE.UU. en la noche del jueves contra el puerto petrolero de Ras Issa.
Irán muestra músculo militar con desfiles en vísperas de las negociaciones con EE.UU
Todo esto sucede en un momento clave en las negociaciones entre Estados Unidos e Irán, estrecho aliado de los hutíes. El país oriental ha mostrado mostró este viernes músculo militar en su desfile anual por el Día Nacional del Ejército, a un día de la segunda ronda de negociaciones sobre su programa nuclear con Washington y en medio de las amenazas de Donald Trump, contra sus instalaciones atómicas.
El principal evento se ha llevado a cabo cerca del mausoleo del fundador de la República Islámica, el ayatolá, Ruholá Jomeiní, en el sur de la capital iraní, y ha sido encabezado por el presidente del país, Masud Pezeshkian, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Mohammad Bagheri. En su intervención, Pezeshkian ha enfatizado la firmeza del Ejército iraní y ha elogiado su papel en la defensa del país desde la Revolución Islámica de 1979. “Si no hubiera existido el Ejército de la República Islámica de Irán, el enemigo podría haber intentado y luchado por conquistar el país y destruir la Revolución Islámica. La presencia de los militares arruinó el sueño de los enemigos”, ha remarcado el mandatario iraní.
Estas declaraciones se han tenido lugar un día antes de la segunda ronda de negociaciones indirectas entre Teherán y Washington sobre el programa nuclear iraní, que se llevará a cabo en Roma y con la intermediación de Omán. Las partes empezaron la semana pasada las conversaciones en busca de un acuerdo nuclear, en un primer encuentro en Omán que ambas partes calificaron de constructivo. Sin embargo, las autoridades iraníes han denunciado en los últimos días las afirmaciones contradictorias desde Estados Unidos.
Irán asegura que solo está en discusión su capacidad para desarrollar armas nucleares, mientras que Washington ha insistido en hablar también sobre su programa de misiles o su apoyo financiero a grupos regionales como los hutíes del Yemen o Hizbulá. Coincidiendo con el ataque sobre Yemen, Trump reiteró el jueves por la noche, una vez más, que no ha descartado la posibilidad de destruir las instalaciones nucleares de Irán, pese a las conversaciones que entabla su administración con Irán.