Las consecuencias de los ataques de EE.UU. sobre la población yemení: "Es una crisis dentro de una crisis"
- De los casi 40 millones de habitantes en Yemen, 19 millones necesitan ayuda humanitaria
- Estados Unidos y otros países han cortado su asistencia a Yemen, destinada a proveer a la población de los servicios más básicos
Los ataques estadounidenses a los hutíes en Yemen dificultan, aún más, la situación de la mayoría de los habitantes de este país árabe, envuelto en un conflicto desde 2014. El 70% de la población vive a día de hoy en el norte, es decir, en la zona controlada por esta milicia desde hace más de una década. “Es una crisis dentro de una crisis. La situación no ha mejorado, seguimos viviendo en un momento en el que no hay ni guerra ni paz”, explica a RNE Ilaria Rasulo, coordinadora general de Médicos Sin Fronteras en Yemen, basada en la capital, Sanaa.
La frágil tregua en Yemen conseguida en abril de 2022, gracias a la mediación de Naciones Unidas, ha saltado por los aires desde la ofensiva de Israel sobre Gaza y desde la vuelta del presidente Donald Trump a la Casa Blanca. “La tensión en la línea del frente va creciendo y la situación humanitaria va a peor”, alerta a Radio Nacional Ferran Puig, director de Oxfam Intermón en Yemen.
En la encrucijada
Desde el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023 y la posterior respuesta de Tel Aviv sobre la franja, a la guerra en Yemen se le suman otros riesgos adicionales. Los hutíes están llevando a cabo ataques marítimos contra barcos que pasan por el Mar Rojo con dirección a Tel Aviv, como protesta por la ofensiva de Israel sobre Gaza.
Por su parte, Donald Trump ha lanzado la mayor operación militar contra los hutíes, que forman parte del llamado "Eje de la Resistencia", una alianza antiisraelí y antioccidental de milicias regionales que incluye también a Hamás, en Gaza, y a Hizbulá, en Líbano. Están respaldados por Irán que, a su vez, es enemigo de Arabia Saudí, como han demostrado en el tablero de Yemen.
En 2014, tras un rápido avance desde su bastión en el norte, las fuerzas chiíes hutíes se hicieron con el control de la capital yemení, Sanaa, hasta que finalmente consiguieron rodear el palacio presidencial y que el mandatario de entonces, Mansour Hadi, huyese a Riad. Pocos meses después, ya en 2015, Arabia Saudí, preocupada por la creciente expansión del Irán chií en su frontera, intervino y decidió liderar el apoyo al gobierno de Yemen. De este movimiento, es decir, de la operación conjunta de varios estados árabes, llamada “Tormenta Decisiva” se cumplen ahora 10 años.
Desde entonces, el país está dividido: el norte lo controlan los rebeldes, ya que todavía mantienen la capital, y también dominan el estratégico puerto de Hodeidah, que da al Mar Rojo. Por su parte, el sur está en manos del gobierno reconocido internacionalmente, con la ciudad portuaria de Adén como sede temporal. Y, desde entonces, Yemen está sumido en una guerra con alcance regional e internacional que todavía no tiene una solución pacífica.
EFE/EPA/OSAMAH YAHYA
En el centro, los civiles
De los casi 40 millones de habitantes que hay en Yemen, prácticamente la mitad, según UNICEF, necesita ayuda. Diecisiete millones de personas están afectadas por la inseguridad alimentaria. En su último informe, llamado “Nourishing the future”, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia explica que medio millón de niños y niñas menores de 5 años (la mitad de los que hay en total) sufre desnutrición severa aguda. Lo que se traduce, entre otras consecuencias, en un retraso del crecimiento. Los últimos datos disponibles, en 2022, señalan que el porcentaje de retraso en el crecimiento en Yemen es del 49% mientras que en la región MENA (Oriente Medio y el Norte de África, por sus siglas en inglés) se sitúa en el 18%.
Con la ayuda de Malak Hasan, intérprete especializado en comunicación para UNICEF en Yemen, hablamos con Saniah Ahmad, que lleva 13 años trabajando en el ámbito de la nutrición. Es la jefa del centro de alimentación terapéutica en el hospital de Abyan, una ciudad en el sur del país. “El retraso en el crecimiento puede estar causado por genética, pero en muchos casos se debe a problemas relacionados con la nutrición de las propias madres. No todas están preparadas para dar a luz porque ellas no están lo suficientemente alimentadas”, afirma la doctora Ahmad.
“El retraso en el crecimiento se debe en muchos casos a problemas relacionados con la nutrición de las madres“
Salud y dinero
Uno de los motivos por los que hay tanta desnutrición es la situación sanitaria. Según la Organización Mundial de la Salud, casi la mitad de las instalaciones sanitarias en el país, el 46%, funcionan solo parcialmente o están fuera de servicio. Ilaria Rasulo, coordinadora general de Médicos Sin Fronteras en Yemen, lamenta que no tienen espacio suficiente para cubrir todas las necesidades de la población. “Hay que tener en cuenta que no todos tienen acceso a los hospitales”, matiza Rasulo, quien añade que han estado utilizando incluso los pasillos para curar a los pacientes que acuden a MSF.
La desnutrición no solo retrasa el crecimiento, también debilita el sistema inmunitario: quienes pasan hambre son aún más vulnerables a enfermedades prevenibles y curables. Rasulo explica que la población ha sufrido casos de sarampión o cólera. “En Yemen también aparecen de forma esporádica enfermedades como la polio o la difteria”, asegura la coordinadora general de Médicos Sin Fronteras en Yemen.
“En Yemen aparecen de forma esporádica enfermedades como la polio o la difteria“
Otra de las grandes razones para los altos niveles de desnutrición es el colapso económico por el que está atravesando el país. La alta inflación, como consecuencia de la guerra, provoca que las familias yemeníes hayan agotado sus capacidades para generar ingresos y que no puedan cubrir sus necesidades más básicas, como la alimentación, el agua y la atención médica.
Según datos de OXFAM, en los últimos 10 años, el rial yemení se ha depreciado en más del 90% en las partes que controla el gobierno. Solo en febrero, la moneda ha perdido el 30% de su valor.
Congelación de la ayuda humanitaria
Los datos en Yemen ya eran malos antes de la guerra en comparación con otros países de Oriente Próximo, pero las familias yemeníes también se enfrentan ahora a la reducción de la asistencia humanitaria internacional.
“El descenso en la ayuda humanitaria no tiene precedentes. Hay que tener en cuenta dos factores. Primero, la suspensión de la ayuda de EE.UU., que para Yemen significaba el 50% del total de la asistencia que recibía. Además, otros donantes, como Alemania o Países Bajos también han hecho lo mismo”, cuenta Ferran Puig, director de Oxfam Intermón en este país.
“La otra variable a tener en cuenta es la declaración de los hutíes como grupo terrorista por parte de Washington, lo cual ha obligado a todas las organizaciones estadounidenses, que eran las más grandes, a abandonar la parte norte del país, donde en estos momentos hay más necesidades”, puntualiza Puig.
Las organizaciones humanitarias alertan de que la congelación de la ayuda internacional dificulta los proyectos que tienen en marcha en el país. Iniciativas que van desde facilitar el acceso al agua hasta crear actividades económicas. Entre los objetivos fundamentales, aliviar la situación de la mujer, que ahora necesita un escolta masculino para moverse, o fomentar la educación, ya que hay un creciente riesgo de captación de niños soldado.