Más de cien mil personas se manifiestan en Belgrado contra el Gobierno de Vucic, que dice "haber captado el mensaje"
- El presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha confirmado 56 heridos leves y 22 detenidos en escaramuzas registradas con la Policía
- Vucic controla la política del país desde 2012, con una oposición parlamentaria atomizada, dividida y poco organizada
Más de cien mil personas se han manifestado este sábado en el centro de la capital de Serbia para expresar su malestar con el Gobierno y el presidente, el nacionalista Aleksandar Vucic.
El centro de Belgrado, en torno al Parlamento, se ha llenado de manifestantes llegados desde todo el país. Convocados por el movimiento estudiantil y portando banderas de Serbia han protestado contra la corrupción en el Gobierno y en el Estado.
Según medios independientes, como N1 o Nova TV, la concentración de este jornada ha sido la mayor en la historia moderna de Serbia. Así, sería incluso más multitudinaria que las concentraciones que vivió el país cuando en otoño de 2000 cayó el régimen del entonces presidente yugoslavo Slobodan Milosevic.
La manifestación, en medio de incesantes lluvias, iba a comenzar oficialmente frente al Parlamento, pero ha sido trasladada finalmente a una plaza cercana. Todos los accesos al centro de la capital serbia, como el puente Branko sobre el río Sava, estaban bloqueados desde el mediodía, según ha podido constatar Efe.
22 detenidos en incidentes aislados
Pese a los temores del movimiento opositor a Vucic de que podrían producirse acciones violentas, la manifestación ha discurrido sin apenas incidentes, en un ambiente festivo y alegre. No obstante, el presidente ha confirmado 56 heridos leves y 22 detenidos durante escaramuzas registradas con la Policía. "Estoy particularmente orgulloso de que los propios estudiantes que han organizado la marcha se han distanciado de estos enfrentamientos de alborotadores", ha dicho Vucic, que ha añadido que 44 de los heridos han tenido que ser hospitalizados pero su estado no reviste gravedad.
"Hemos captado el mensaje", ha ratificado un cariacontecido mandatario. "Pero lo que tiene que hacer la gente ahora mismo es volver a las universidades y a los institutos", ha añadido Vucic.
El presidente ha aprovechado para felicitar a las fuerzas de seguridad su labor de contención —"No han usado porras, han sufrido todo", ha remarcado— y ha cifrado el número de participantes en unos 88.000, un poco por debajo de los 107.000 declarados por el Ministerio del Interior.
Vucic se ha mostrado en un tono más conciliador que el exhibido en la víspera, cuando calificó las protestas como una "revolución de colores" organizada "desde afuera" y aseguró que su salida del poder solo sería posible "si lo matan". Por su parte, el movimiento estudiantil y la oposición creen que el Gobierno pretende usar actos violentos como pretexto para poder declarar el Estado de emergencia.
Para el analista Ivan Protic, la ola de protestas es "imparable" y esta concentración es "la continuación del proceso de transformación de Serbia de una cenicienta a una princesa de democracia y libertad". "Vucic ha entendido que su fin está cerca y sólo usa lo que sabe, el discurso de odio y la violencia", ha dicho Protić a Efe.
El derrumbe de una estación que dejó 15 muertos, detonante de las protestas
Desde el comienzo de la ola de protestas, desencadenadas por la muerte de 15 personas en noviembre al derrumbarse un tejado de la estación de trenes de Novi Sad, al norte de Belgrado, muchas universidades han sido ocupadas por los estudiantes y se han suspendido las clases y exámenes. Los estudiantes cuentan con el apoyo de muchos ciudadanos comunes pero también de algunos grupos opositores.
El partido SNS y Vucic controlan la política del país balcánico desde 2012, con una oposición parlamentaria atomizada, dividida y poco organizada.
"Espero que después de 12 años veamos el final de este gobierno. Que finalmente experimentemos cómo es vivir en un país donde las instituciones funcionan con normalidad", ha dicho Luka, un economista de 30 años, en declaraciones a Efe.
Muchos manifestantes que pretendían viajar a Belgrado en transporte público han visto como numerosos servicios han sido suspendidos por las autoridades por supuestas amenazas de bomba.