Elecciones en Ecuador: el tercer presidente en cuatro años con el reto de frenar el crimen organizado
- El actual presidente Daniel Noboa se enfrenta de nuevo a la correísta Luisa González
- 190.000 ecuatorianos residentes en España están habilitados para ejercer su derecho a voto
Entre un amplio abanico de 16 candidatos en las antípodas ideológicas, los ecuatorianos tendrán que elegir este domingo al próximo dirigente del país. Lo harán con el mismo reto titánico que les ha movido a votar en los últimos años: la lucha contra el crimen organizado.
Ecuador está en ese ranking de países que nadie quiere encabezar, el de los más violentos de la región, donde prácticamente a cada hora se comete un homicidio. Una violencia que golpea a todos los estamentos, pero se ceba con los barrios más vulnerables. Allá donde no hay oportunidades y no llega el Estado, los narcos y las pandillas toman el control.
Niños vulnerables, presas del crimen organizado
"Las estructuras del crimen organizado ya tienen espacios territoriales consolidados o santuarios. Lo que yo denomino también microestados dentro de un Estado", declara el Coronel Mario Pazmiño, consultor Internacional Security College.
En el radar de estas organizaciones, que solo siembran miedo y terror, están los más jóvenes. Buscan reclutarlos para delinquir e incluso para matar. "Hay algunas escuelas, en la zona de la costa especialmente, donde estas organizaciones forman sicarios porque les resulta sumamente más económico que ir a contratarlos a otros países y así tienen una estructura de muchachos, que realizan actividades de sicariato a sus órdenes", declara el experto en seguridad Mario Pazmiño, que además revela que muchas veces esas captaciones se hacen con la complicidad de padres sin recursos económicos. "Al recibir 500 dólares, la familia lo primero que hace es retirarle esos 500 dólares. Le dejan 5 dólares para un muchacho, para que se contente y el resto pues lo utiliza la familia" explica Pazmiño.
En las zonas con menos delincuencia, la protección tampoco está garantizada. "La última que me pasó fue recién el otro día, que estábamos con mi papi en el carro y vimos a un señor que estaba con una pistola en un carro. Y de ahí nos tocó irnos y nos siguieron un rato, pero ya" nos cuenta Paúl Muñoz, alumno del centro educativo Lev Vygotsky en el cantón de Rumiñahui, uno de los más tranquilos. Este joven estudiante de 16 años reconoce que se plantea muchas veces si el suyo es un entorno seguro.
Ningún ciudadano ecuatoriano vive ajeno a la compleja situación que atraviesa el país. La criminalidad genera angustia, incluso, entre los más pequeños. Algunos colegios han ampliado su oferta para tener herramientas con las que hacer frente a la triste realidad. En el colegio Lev Vygotsky han aumentado la jornada escolar, para evitar que los niños, niñas y adolescentes pasen demasiado tiempo en la calle. Además, cuentan con protocolos, no solo para alumnos, sino también para sus padres. "Aquí en el colegio no hemos tenido situaciones con niños, pero sí tal vez con algún padre, que ha sido amenazado o amedrentado, que tal vez ha sido extorsionado. Se trata de un número bajo, pero que existe y eso hace que aquí tengamos un contingente para poder apoyar a esas familias" aclara Teresa Vinueza Brito, rectora de la unidad educativa Lev Vygotsky.
Noboa busca la reválida de su política de mano dura
En este escenario de peligro, más de 13 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas. Este 9 de febrero tendrán que elegir entre el continuismo del actual gobierno o un cambio político y vuelta a empezar de nuevo. Según todas las encuestas, la disputa está entre el actual Presidente Daniel Noboa y la que fuera su rival en las elecciones de 2023, la candidata correísta Luisa González.
El empresario millonario, que se autodenomina de centro izquierda, ha cautivado con su política de mano dura e imitando medidas del dirigente salvadoreño Nayib Bukele. En un país sin estabilidad gubernamental, Noboa busca legitimar un proyecto que comenzó hace 15 meses. Su imagen dentro de Ecuador contrasta con la del exterior, donde no ha sabido cosechar grandes amistades. Enfrentado con México por el asalto a la Embajada de este país en Quito, Daniel Noboa anuncia aranceles para sus productos en un gesto que muchos consideran prepotente. Si repite en el poder, necesita ampliar sus miras más allá de la buena sintonía con EE.UU.
"La inversión extranjera directa en este momento está en mínimos históricos. Este país necesita esa inversión para poder salir adelante, para generar empleo. Eso es muy difícil de lograr sin un volumen importante de inversión extranjera y evidentemente mejorar la competitividad y los temas arancelarios porque las exportaciones tienen un peso fundamental en la economía ecuatoriana", afirma Carmen Sánchez-Laulhé, vicepresidenta de ATREVIA en la región Andina.
Un centro de votación en El Salvador, donde más de 13 millones de personas están llamadas a las urnas este domingo EFE / CARLOS DURÁN
Su principal contrincante en la lucha por el Palacio de Carondelet será la correísta Luisa González, que se presenta como una alternativa con una larga trayectoria en administraciones de izquierda progresista.
Delfín del expresidente Correa, González tacha de ineficaz la gestión de Daniel Noboa. La candidata quiere recuperar un viejo modelo conocido y aunque defiende su liderazgo, desde el exilio, la figura de Rafael Correa sigue siendo un peso pesado. "A día de hoy no hemos tenido un candidato por el ala correísta que haya demostrado la suficiente independencia o autonomía, por sí mismo o por sí misma, con independencia de Rafael Correa" asegura la vicepresidenta de ATREVIA en la región.
Entre los grandes desafíos del futuro mandatario estarán la inseguridad y la economía. Además, en una cita donde habrá que tener muy en cuenta el voto creciente juvenil, del que apenas hay estadística, la clave estará en las elecciones a la Asamblea. El partido de Daniel Noboa, Acción Democrática Nacional (ADN), pretende alcanzar a la formación de Luisa González, Revolución Ciudadana (RC), que actualmente es la mayor fuerza en la Cámara. Gane quien gane, en Ecuador necesita el máximo número de representantes en el Legislativo para garantizar la gobernabilidad. "Tenemos otro reto que es la gobernabilidad. Si no hay una mayoría en la Asamblea, van a tener que ser capaces de dialogar y de llegar a consensos o de lo contrario pasaremos cuatro años donde realmente se puedan ejecutar muy pocas medidas" sentencia Sánchez-Laulhé.
En las últimas administraciones, el Ejecutivo y el Legislativo han estado enfrentados hundiendo al país en la ingobernabilidad. Por eso los ciudadanos han llegado hasta aquí, para elegir a su tercer dirigente en tan solo cuatro años.