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Pedro Sánchez resiste de nuevo y coge la "nueva bandera" de la regeneración: diez años de vértigo político

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Pedro Sánchez: su trayectoria política y al frente del Gobierno de España

Parecía que Pedro Sánchez escribía el punto y final a su Manual de Resistencia, pero solo ha sido un punto y seguido y se comienza a escribir un nuevo capítulo más a partir de este lunes en su carrera política. Su reflexión de cinco días le ha llevado a tomar la decisión de seguir en La Moncloa. Y "seguir con más fuerza si cabe en la Presidencia del Gobierno", ha dicho, para cargar duramente contra los que han lanzado lo que él considera una "campaña de acoso y derribo contra él y su esposa".

Comparecencia íntegra de Pedro Sánchez: "He decidido seguir"

A juicio de Sánchez, solo hay una manera de revertir "esta situación" y es que la mayoría social "como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común poniendo freno a la política de la vergüenza" que, en su opinión, "sufre desde hace demasiado tiempo". El presidente ha puesto en valor ese apoyo recibido, clave para la decisión de quedarse y no abandonar el Gobierno.

"Solo había dos escenarios, irse o quedarse, y ha optado por el acorde a la sacudida política, que ha sido fuerte con apoyo en la calle y en su partido. Ha habido un reagrupamiento de fuerzas y consigue cambiar el marco comunicativo porque ahora se erige como referente de la regeneración democrática", analiza para RTVE.es el politólogo Eduardo Bayón.

Cree además que esto supone un "revulsivo emocional potente para la bases del PSOE", todo ello en medio de una decisiva campaña para las elecciones catalanas y con los comicios europeos a la vuelta de la esquina, y con un PP hablando de "vergüenza", "bochorno", "ridículo" y de "tomadura de pelo" tras su decisión política y personal.

Fuentes de Moncloa a TVE dicen que están "descolocados y sorprendidos", afirman que Pedro Sánchez "es imprevisible" y que han pasado de "estar atónitos a estar eufóricos". Hablan de "mucho sufrimiento".

Nuevo liderazgo con nueva bandera

La década de carrera política de Sánchez, que finalmente sigue, da auténtico vértigo repleta de hitos, de 'muertes' y 'resurrecciones', de primeras veces, de giros de guion inesperados y de decisiones arriesgadas. Arrancó siendo un líder socialista por sorpresa para formar ya parte de la historia del PSOE sin un relevo claro- estos días se ha evidenciado que no tiene sucesor o sucesora natural- y los expertos consultados coinciden en que ahora quiere coger una nueva bandera e iniciar un nuevo camino: el de la regeneración democrática.

La politóloga Ana Salazar explica a RTVE.es que "al más puro estilo Sánchez ha tenido a todo el país en vilo con la épica, el suspense y la tensión de la que rodea algunas de sus decisiones de calado" y, preguntada por si hay o no estrategia en toda esta reflexión- Moncloa dice que no y el PP habla de "estrategia electoral y judicial - la experta afirma: "No discuto que haya una parte personal, pero todo lo que hace un presidente del Gobierno tiene una estrategia. De momento ha conseguido eclipsar completamente en la campaña a Puigdemont y todo el foco se mueve a su figura".

"Ya hemos pasado el capítulo del se queda o se va y ahora inicia un nuevo liderazgo, resignifica su gobierno y coge una causa nueva y una nueva bandera para enarbolar la dignificación de la política en contra de los bulos", añade Salazar.

La politóloga Cristina Monge coincide, en declaraciones a TVE, en que la comparecencia de Sánchez abre un nuevo capítulo en su estrategia política y "ahora hay una segunda parte" que cree se escribirá en los próximos días, en la que "tiene que explicar cómo va a poner en marcha ese plan de regeneración democrática".

Sánchez vuelve a escenificar con esto la idea de que, cuando algunos le dan por muerto- el PP le daba por acabado este fin de semana, fuese cual fuese su decisión-, él sale a decir: sigo y le doy esta vuelta de tuerca a la situación.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha insistido este lunes en que "su tiempo ha acabado ya" dure lo que dure "la agonía y la obra de teatro".

No se sabe, el tiempo lo dirá, si Sánchez gana o no, con este nuevo giro, pero lo que está claro es que quiere seguir jugando el partido.

Diez años de hitos y primeras veces

Sánchez tiene 52 años, pero su carrera política abruma por lo vivido en tan solo diez años. Se puede decir que no ha tenido un solo año de normalidad desde que su nombre tomó relevancia en la política española.

El 14 de julio de 2014 es su primera fecha marcada a rojo en el calendario. Ese día tomaba las riendas del PSOE casi por sorpresa, siendo el tapado que nadie conocía y bajo la 'tutela' de Susana Díaz, la preferida por el 'aparato' pero que no quiso dar el salto a la Secretaría General en ese momento. Sánchez superó al favorito en las primarias, Eduardo Madina, tomando el testigo del histórico Alfredo Pérez Rubalcaba como líder del partido más antiguo de España.

Pero muy pronto tuvo que enfrentarse a dificultades. Él quería mandar a su estilo y los que entonces mandaban de verdad en el PSOE- los históricos 'barones y la propia Díaz- comprobaron pronto que docilidad por su parte, poca. Un elemento sorpresa llamado Podemos terminó de complicarle la vida: en 2015, y en su primera prueba de fuego como líder y candidato, el resultado no pudo ser peor: el PSOE tocaba su suelo electoral en las elecciones generales y Pablo Iglesias hizo temer un 'sorpasso'. Pedro Sánchez ya hizo historia ese año al convertirse en el primer candidato que no superaba una investidura en España tras firmar un pacto con Albert Rivera (Ciudadanos).

Lo peor estaba por llegar en los que serían sus peores y más aciagos años políticos y en 2016 murió (políticamente hablando). Los 'barones', todos los expresidentes y exlíderes (incluido José Luis Rodríguez Zapatero, quien al final se ha convertido en mayor valedor) se enfrentaron a él y salió de Ferraz defenestrado un 1 de octubre de 2016 para la historia del socialismo.

Dimitió como líder, dejó su acta de diputado, entre lágrimas, y mantuvo el 'no es no' a la investidura de Mariano Rajoy como mantra hasta el final y, con muy pocos apoyos, se recorrió cada federación y convenció a cada militante de que era el mejor para liderar el PSOE. Llegó así a una batalla en 2017 ya sí directa con Susana Díaz cruenta como pocas y derribó al todopoderoso 'aparato' socialista' ganando unas primarias que supusieron un antes y un después en el socialismo de España. De cadáver político a líder absoluto del PSOE haciendo un partido a su medida y con una máxima clara: "El tiempo de los barones ha acabado".

Un año después, en 2018, también volvió a hacer historia. Ya como consolidado secretario general del PSOE y líder de la oposición se convertía, casi sin creérselo, en presidente del Gobierno, gracias a una moción de censura histórica, tumbando al Gobierno de Mariano Rajoy cercado por la corrupción y la sentencia del 'caso Gürtel'.

Hacer de la necesidad, virtud

Y en 2019, una década después de que el PSOE ganase las últimas elecciones generales, se hizo con el triunfo en las elecciones de 2019, pero llegar a La Moncloa, ya como presidente ganador en las urnas, tampoco iba a ser fácil. Hubo que repetir elecciones por su dificultad para cerrar un pacto con Podemos y, tras la repetición, asumió que le tenía que dar cabida y volvió a lograr otro hito con el primer gobierno de coalición de la actual democracia. No le quedó más remedio y empezó a aplicar la que pronto sería una de sus fórmulas para hacer política: hacer de la necesidad, virtud.

Sus años de gobierno en la legislatura 2019-2023 fueron de todo menos fáciles, teniendo que hacer frente a una pandemia que asoló el mundo, además de varias guerras, llegando a unas nuevas elecciones generales en 2023, también por sorpresa. En mayo el superdomingo electoral del 28M supuso un golpe importante para el PSOE y un espaldarazo fuerte para el PP. Los socialistas perdían casi todo su poder autonómico y local y los pactos entre PP y Vox se convertían en la tónica dominante en muchos puntos del país, pero Sánchez dio un giro de guion (otra vez) asumió esa debacle electoral "como propia" y "en primera persona" y adelantaba a julio los comicios para sorpresa todos.

La jugada era, cuanto menos, arriesgada, pero le salió bien. Ante un PP que daba por seguro a Alberto Núñez Feijóo en La Moncloa, Pedro Sánchez resistió y aunque no quedó el primero en los comicios, consiguió articular una mayoría parlamentaria tan amplia como inestable con los números para ser investido presidente. Para ello volvió a hacer "de la necesidad, virtud" y dio por buena la concesión de una amnistía a los encausados en el 'procés', entre ellos el huido Carles Puigdemont, ante un PP y Vox que le ha acusado de "corrupción política", "vender España" y de "ser capaz de todo por mantenerse un día más en el poder".

Solo han pasado meses de aquello y ahora Pedro Sánchez, con la sensación de que la legislatura ni siquiera había arrancado del todo, vuelve a dar un giro a todo para marcar un nuevo hito en su forma de hacer política. ¿Le saldrá bien esto esta vez? Solo el tiempo lo dirá.