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Análisis

El desarrollo poblacional indio contra el modelo económico chino: la pugna por el liderazgo en el S.XXI

  • El crecimiento económico y de población de India, que inicia este viernes elecciones, ponen en duda el liderazgo chino en Asia
  • A India aún le queda un largo camino para alcanzar a Pekín

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El S.XXI se escribe en chino, pero se pronunciará en hindi
El primer ministro indio, Narendra Modi (D), recibe al primer ministro de China, Li Qiang, durante la cumbre del G20 en septiembre de 2023, Nueva Delhi DPA/KAY NIEFTELD

A mediados de 2023, la India sobrepasó en número de habitantes a China, sumando 1.425 millones de ciudadanos. De entre ellos, la mitad tiene menos de 25 años, lo que implica un reto para la cada vez más envejecida población china.

Un informe publicado en 2021 por el Centro de Investigación Económica y Empresarial señala a la India como la mayor superpotencia económica a finales del S. XXI, con un Producto Interior Bruto (PIB) hasta un 90% mayor que el de China.

El logro indio ha vuelto a poner sobre el tablero la cuestión de si el país, que inicia este viernes sus elecciones, logrará arrebatarle el puesto de superpotencia a Pekín. Las cifras son prometedoras: a nivel económico, su PIB creció entre 2021 y 2022 a un ritmo del 6,1% anual frente al 4,5% de China.

Todas las perspectivas parecen jugar a favor de la India si no fuera porque, si las analizamos por separado, al país aún le resta un largo camino para alcanzar lo que en el hinduismo se denomina moksha (iluminación).

Previsiones arriesgadas

Aunque a nivel de natalidad y crecimiento económico China enfrenta una desventaja comparativa con India, la situación actual de ambos países no puede reducirse exclusivamente a estas dos variables.

Por lo pronto, la economía del dragón asiático se estima en 18,56 billones de dólares de PIB frente a los 4,11 billones de dólares de la India, y en 2023 Pekín exportó hasta ocho veces más manufacturas y servicios.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo indica que en 2021 el 14,96% de la población en India estaba en el umbral de la pobreza, algo que se suma a su ingreso per cápita, el cual es aproximadamente una sexta parte del chino.

La nación hindú también está a la cola de la carrera tecnológica, clave para impulsar el crecimiento económico. Según el informe de capital humano del Foro Económico Mundial, en 2016 China graduó el doble de estudiantes CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) con respecto a India.

Asimismo, Pekín posee ventaja en el sector espacial, ciencia vanguardia en cuanto al desarrollo militar. En 2021, el gigante asiático realizó más misiones de exploración científica que Estados Unidos en una relación de 53 a 43. Entretanto, la India cuenta en la última década con una media de cinco lanzamientos anuales.

Sin embargo, el Gobierno de Nueva Delhi también se ha beneficiado en los últimos años de un entorno macroeconómico positivo que ha incrementado su peso internacional.

Según Anirudh Suri, autor de The Great Tech Game y académico del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, "a medida que aumenta la competición entre China y EE. UU., muchos inversores miran a la India como la próxima gran economía. De hecho, "después de China, tiene el sistema de empresas emergentes y el mercado de usuarios digitales más grande de Asia", recalca.

Las carencias del modelo chino

El gigante asiático se presenta a sí mismo “como un paradigma de bienestar” para el sur global, establece la profesora experta en China en la London School of Economics, Giulia Sciorati. Sin embargo, ahora que su crecimiento económico “está disminuyendo”, su referente “es menos atractivo para los países en desarrollo”, remarca.

Si algo es cierto es que la natalidad en China se ha reducido drásticamente. La estructura demográfica del censo realizado en el país en 2020 revela que la proporción en el número de menores sobre el total de la población ha descendido un 20% en los últimos 40 años, poseyendo 100 millones menos de niños con respecto a India.

Según la directora del Observatorio de la Política China, Raquel León de la Rosa, “este fenómeno tiene que ver también con los procesos de empoderamiento femenino en el que las mujeres, insertadas en la lógica urbana, han comenzado a tener mayor poder económico, lo que les ha ayudado a alterar las dinámicas tradicionales sobre su 'deber' reproductivo”.

Además, los hombres chinos representan el 51,24% de habitantes totales, lo que provoca un desequilibrio notable en las tasas de fertilidad. “Es ahora cuando empieza a invertirse la pirámide poblacional y, aunque aún no es un riesgo, puede serlo en unos 20 o 30 años”, avisa.

Por otro lado, en China hay una relocalización de capitales nacionales hacia terceros países, lo que para De la Rosa genera la pregunta sobre en qué se van a emplear todos los jóvenes que están egresando de universidades. El 21,3% de los chinos entre los 16 y 24 años están en paro, una cifra preocupante que ha provocado que “el Partido Comunista de China deje de publicar esas estadísticas, porque cuestiona el sueño chino de Xi Jinping”, señala.

El “maestro global” indio

El actual Gobierno de Narendra Modi persigue el reconocimiento internacional tanto como China, aunque su ambición no busca redefinir las normas del juego internacional, sino que su país sea considerado una “guía” para el mundo. Los indios tienen una palabra para definirlo: Vishwa Guru (maestro global).

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En la política exterior china existe la visión institucionalizada del “destino compartido”, donde el país asiático reivindica un proyecto de gobernanza internacional a través del sur global. Sin embargo, Raquel de León comenta que este modelo de integración se basa “en una visión hegemónica” donde Pekín “evita entrar en debate” con respecto a qué papel desempeñarían otros países de la región.

Por su parte, la revitalización de la política exterior india bajo un estándar común deriva directamente de Modi. “Antes de él, pedías una declaración sobre algo a un embajador en cualquier representación diplomática de India y luego a alguien dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores y te decían cosas totalmente distintas”, declara.

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La política exterior de Modi busca reivindicar la imagen nacional india al mismo tiempo que trata de poner en igualdad de condiciones al resto de potencias. "No pretende desafiar o revertir el orden internacional, pero tampoco quiere un mundo donde haya una potencia hegemónica que impida que los demás crezcan", apunta Anirudh Suri.

El profesor de Relaciones Internacionales en el King's India Institute del King's College de Londres, Harsh V. Pant., argumenta que las aspiraciones de Modi actúan como impulsor de su apoyo popular y su figura de "líder proactivo".

Vecinos incómodos

El ascenso de China y los conflictos en la frontera provocan en la India una tensión potencial entre dos civilizaciones que se cruzan en los ámbitos políticos, sociales, de seguridad y económicos. Según un estudio del Pew Research Center en 2023, el 67% de la población india tiene una opinión desfavorable de China, y el 48% no tiene “confianza alguna” en el presidente chino, Xi Jinping.

En los últimos años ha crecido el temor en Pekín de que la India se estuviera acercando demasiado a Occidente. "Tras el enfrentamiento en 2020 en el Himalaya y en el que hubo muertos por primera vez en décadas, la India se ha dado cuenta de que China no es necesariamente el vecino mejor intencionado", apunta Suri.

"No creo que la relación entre China e India vaya a estabilizarse pronto porque es un desafío fundamentalmente estructural", confiesa Pant. "La disputa fronteriza se ha convertido en una manifestación de un problema mayor, puesto que China cree que India puede desafiar su supremacía en el Indo-Pacífico y, en consecuencia, trata de arrinconarla", establece.

China considera que tiene "muchas dificultades para dialogar" con la India, según Sciorati. De hecho, aunque ambos países están presentes en organizaciones como los BRICS o la Organización de Cooperación de Shanghái, "casi nunca hay una reunión bilateral sino-india en estos espacios, lo que evidencia su difícil relación”, avisa.

Esto resulta algo único teniendo en cuenta que, por ejemplo, “China y Estados Unidos, a pesar de su enorme competencia, han logrado encontrar formas de comunicarse”, sentencia Sciorati.

India, la baza de EE.UU. contra China

Para Estados Unidos, la rivalidad del Gobierno de Nueva Delhi con China ha provocado un viraje en su estrategia en el Índico, convirtiéndose en su principal socio comercial. Durante el denominado “pívot de Asia” en la era Obama, Estados Unidos incrementó sus relaciones con India en un intento de continuar las iniciativas de Bush en el ámbito socio-militar.

"China se ha vuelto demasiado importante, demasiado grande, y demasiado asertiva", aclara Pant, "lo que está uniendo a India y Estados Unidos de formas que no tienen precedentes".

"Hoy, la India lleva a cabo el mayor número de ejercicios militares con EE.UU. de su historia, tiene acuerdos sobre cómo abordar la seguridad marítima y hasta uno para compartir recursos estratégicos y tecnologías emergentes", comenta.

Además, “India tiene la ventaja de estar en una posición que no es completamente alternativa a Occidente, además de estar integrada en muchos de sus marcos”, enfatiza Sciorati.

Mucho le queda a la India para alcanzar el estatus de “superpotencia” que le auguran algunos analistas e informes. "No diría que la India reemplazará a China en el futuro cercano, pero se está esforzando por estar allí y tratar de proyectarse como una alternativa", recalca V. Pant.

Los países aliados y rivales miran con curiosidad a Nueva Delhi y meditan si el S. XXI, escrito en chino, se pronunciará en hindi.