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El papa Francisco lava los pies a 12 reclusas por la misa del Jueves Santo en una cárcel de Roma

  • Sentado en su silla de ruedas, ha imitado a Jesús con sus discípulos en la última cena
  • "El Señor nos espera siempre con los brazos abiertos y no se cansa nunca de perdonar", ha afirmado

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El papa lava los pies a una reclusa
El papa lava los pies a una reclusa

El papa Francisco ha acudido a la prisión femenina de Roma para celebrar la misa del Jueves Santo y, desde su silla de ruedas, ha lavado los pies a 12 reclusas, una tradición con la que imita a Jesús con sus discípulos en la última cena.

Las mujeres, muchas de ellas visiblemente emocionadas, han besado sus manos y le han ovacionado a su llegada a la cárcel femenina, la mayor de todo el país. Después, se han subido a una plataforma desde donde el pontífice, ataviado con un mandil blanco, ha ido lavando y besando sus pies. 

Previamente, había improvisado una breve homilía centrada en el perdón, pero no la ha leído. En el último mes, a menudo ha renunciado a leer discursos por un problema respiratorio que arrastra tras una gripe, según ha explicado él mismo.

"Todos tenemos pequeños o grandes fracasos, todos tenemos una historia, pero el Señor nos espera siempre con los brazos abiertos y no se cansa nunca de perdonar", ha afirmado en una carpa en el patio de la cárcel, ante las presas y el personal de la institución.

El papa con algunas de las mujeres de la prisión

El papa con algunas de las mujeres de la prisión EFE/EPA/VATICAN MEDIA

Francisco ha explicado que en este Jueves Santo, cuando se conmemora la última noche antes de la Pasión de Cristo, Jesús hizo entender, lavando los pies a sus discípulos, que "había venido para servir y no para ser servido". "Jesús perdona todo, Jesús perdona siempre, solo espera que nosotros pidamos perdón", ha sostenido.

El pontífice argentino ha explicado a las reas que una vez "una anciana sabia y de pueblo" le dijo que "Jesús nunca se cansa de perdonar, sino que somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón".

"Ahora haremos lo mismo que hizo Jesús, lavar los pies, que es un gesto que llama la atención sobre la vocación del servicio. Pidamos al Señor que haga crecer en todos nosotros la vocación del servicio", ha añadido, para después proceder a imitar a Cristo.

Mantiene la tradición que inició en 2013

De este modo, Francisco continúa con una tradición iniciada con su Pontificado, en 2013, la de no celebrar la misa de Jueves Santo en la catedral romana, la basílica de San Juan de Letrán, sino en los lugares de sufrimiento en la sociedad moderna.

En sus 11 años de pontificado ha celebrado la misa In Coena Domini generalmente en cárceles, pero también en centros de acogida para refugiados, en correccionales de menores o en residencias, con los enfermos.

Por la mañana, el pontífice argentino ha abierto los ritos del Triduo Pascual de la Semana Santa en la basílica de San Pedro del Vaticano con la misa crismal, en la que se conmemora la institución del sacramento del orden sacerdotal. 

El viernes se espera que acuda al Coliseo Romano para presidir el Vía Crucis de Viernes Santo, que por primera vez contará con unas meditaciones redactadas por él mismo.