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Antonio Chavarrías: "En el Siglo IX 'La abadesa' decidió ejercer un poder reservado a los hombres"

  • Hablamos con el director y la protagonista de la película, Daniela Brown
  • Una cinta que cuenta con la participación de RTVE y que llegará a los cines este 22 de marzo

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Fotograma de 'La abadesa'
Fotograma de 'La abadesa'

Tras su paso por el reciente Festival de Málaga llega a los cines La abadesa, la nueva película de Antonio Chavarrías (Dictado, Volverás), que se basa en la historia real de Emma, una joven religiosa que era hija de Guifré, conde de Barcelona y que se enfrentó a las estructuras de poder del siglo IX. Hemos hablado con el director y con la protagonista, Daniela Brown, sobre esta película que cuenta con la participación de RTVE y que se estrena en cines este 22 de marzo.

“La descubrí en un libro sobre la historia de Cataluña en la que apenas le dedicaban un parrafito –nos comenta Antonio-. Y me llamó mucho la atención que, con sólo 17 años se convirtiera en abadesa y se enfrentara a los nobles y la iglesia para ayudar al pueblo. Casi siempre se recuerdan los episodios bélicos, pero historias como estas son las que deberíamos rescatar del olvido”.

Algo con lo que Daniela Brown (Días mejores, Ave María) está de acuerdo: “Me impactó mucho que una mujer que hizo tantas cosas fuera tan desconocida para todo el mundo. Y según la fui descubriendo me pareció cada vez más fascinante. Es un personaje con muchas capas y como actriz ha sido un reto increíble”.

'La abadesa', estreno 22 de marzo

“Ejerció un poder reservado a los hombres”

La película se sitúa en el Siglo IX y nos cuenta la historia de Emma, hija del conde de Barcelona, que fue criada desde pequeña para ser religiosa y que, con solo 17 años, se convirtió en abadesa. Desde el primer momento desarrolló una gran actividad: repobló grandes extensiones de territorio, fundó iglesias y también numerosos pueblos, sus dominios crecieron hasta ser casi tan grandes como los de un condado. Al poder religioso le unió el económico y el político, pronto despertó recelos: en sus hermanos, en la nobleza y en la propia Iglesia, claramente masculinizada. Pero ella demostró que es posible desafiar las estructuras de poder establecidas, aunque pagase un alto precio por ello.

“En aquel momento las abadías, los monasterios tenían mucho poder –asegura Antonio-, pero las religiosas no lo ejercían porque ese tipo de poder estaba reservado a los hombres. Hasta que llego ella. Y lo hace con tal determinación que se enfrenta a todo su entorno. No solamente a la Iglesia, sino también a los nobles e incluso las propias monjas. Porque tenía muy claras sus ideas y se tomó muy en serio lo de llevarlas a cabo”.

“Esa determinación –añade el director-, y esa confrontación con el mundo masculino, porque en aquel momento el poder se concentraba únicamente en los hombres, es lo que le da ese puesto en la historia y lo que hizo que haya dejado huella… En los territorios que colonizó, las iglesias que creó. Fue algo totalmente insólito para la época”.

Pero, como comprobamos en la película no fue una tarea fácil. “Los nobles y religiosos intentaron quitarla de en medio –continúa Chavarrías-, quisieron recluirla en el monasterio y obligarla a que hiciera voto de silencio, que viviera dedicada únicamente a la oración. Eso es lo que se esperaba de una monja en la época y lo que ella no aceptó”.

Fotograma de 'La abadesa'

Un de las formas en que la atacaron fue diciendo que tenía una vida licenciosa. “Dentro de la trama hay una historia de amor que no puede prosperar porque es impensable e imposible –añade el realizador-. Pero eso les sirve de excusa para atacarla porque es impensable que una monja pueda enamorarse. Pero eso solo es una excusa para atacarla, porque se está tomando unas libertades que nadie esperaba”

Lo curioso es que diez siglos después, en pleno Siglo XXI, la película siga muy de actualidad, porque se tratan temas como la discriminación de las mujeres o los conflictos territoriales. “Esa fue mi sorpresa -nos comenta Chavarrías-. Cuando acabé el guion me fui dando cuenta que todos estos conflictos siguen vigentes hoy en día en Europa. Incluso hay conflictos territoriales de territorios que se crearon en aquel momento y que todavía no se han solucionado. Sin olvidar que la lucha por los derechos de la mujer sigue lejos de solucionarse. O que los conflictos entre culturas y religiones están a la orden del día. En aquella época se estaba plantando la semilla del mundo que ahora conocemos, por eso, creo, que en esta historia hay algo de espejo de lo que ahora somos. Lo triste es que, en estos diez siglos no hayamos aprendido nada”.

Fotograma de 'La abadesa'

Tres monjas muy diferentes

Daniela Brown nos explica que las familias ricas de la época pagaban a la iglesia para que les evitaran los problemas que podían crearles sus hijas: “Si esas jóvenes hacían o decían cosas que iban en contra de los cánones o de los pensamientos de la época estorbaban y eran un problema para las familias. Por eso, los nobles que tenían dinero las encerraban en monasterios y así: “Calladita estás más guapa, ahí te dejo y apáñatelas”. Yo creo que se debían hacer mucha compañía entre ellas, porque debe ser muy hostil que te abandonen en un sitio así, que limiten tu vida a eso y que ellos decidan sobre tu propio destino”.

La abadesa se enfrenta en la película con otras dos monjas, más maduras. “Creo que esa relación es muy interesante –asegura Daniela-, porque son muy distintas entre ellas, pero a la vez están compartiendo esa especie de castigo en vida. Y eso y eso las une en el fondo. Son víctimas. Eloísa (Blanca Romero) es como una contraposición de Emma. Es una mujer intelectual a la que le gusta el arte, la cultura, la buena vida… Mientras que el personaje de Clara es una veterana que ha visto de todo y le da las claves a Emma para facilitarle lo que quiere hacer”.

“Emma –continúa la actriz-, es una persona altamente religiosa, dogmática… Y eso puede jugar a favor o en contra suya, dependiendo de la situación. Su educación está tan arraigada que a veces la limita mucho y le cuesta abandonar esas anticuadas enseñanzas que le han inculcado”.

Actriz y director en un momento del rodaje

Actriz y director en un momento del rodaje

Entre la realidad y la leyenda

Tratándose de un personaje del Siglo IX sobre el que apenas hay documentación, preguntamos a Antonio Chavarrías qué hay de realidad y qué de leyenda en esta película: “Los hechos históricos, la vida de Enma es rigurosamente cierto, pero la parte humana, que es el 90% de la película, es ficción pura y dura. Porque cuando me puse a buscar referencias no encontré prácticamente nada sobre ella. Al principio eso me desconcertó, pero luego lo vi como una oportunidad de poder reescribir, ficcionar, con absoluta libertad”.

Daniela también tuvo libertad para preparar su personaje: “Al contrario que en otros temas, no hay un imaginario común sobre esa época ni sobre cómo vivían las mujeres en iglesias y en monasterios. Pero he tenido mucho tiempo para prepararme. Con libros, referencias visuales… Y poder rodar en esos escenarios naturales, como el castillo de Loarre, poder entender la arquitectura, el lugar donde ella habitaba, el vestuario… me ha ayudado mucho a construir el personaje”.

“Y la música –añade la actriz-. Me ponía mucha música para inspirarme. Sobre todo, la de un compositor franco-armenio, Levon Minassian, que está especializado en música medieval. También escuché mucho a Jordi Savall y cosas de Wagner. Música melódica, sin letra, que me trasladaba a espacios imaginarios que me ayudaban a comprender cómo pudo sentirse Emma”.

Hoy empieza todo 2- Antonio Chavarrías y Daniela Brown con ‘La abadesa’ - 18/03/2024

Antonio Chavarrías también estaca lo importante que ha sido rodar en esos escenarios naturales: “Ha sido determinante para lograr lo que buscábamos. El trabajo de localizaciones ha sido muy largo, muy eIXgente. Y tomamos la decisión de rodar en los peores momentos, en enero y en febrero. A diferencia de los rodajes que buscan tenerlo todo controlado, nosotros queríamos que esos elementos meteorológicos escapasen a nuestro control. Por eso salíamos a rodar cuando había ventisca, cuando nevaba… no era por masoquismo, sino porque creíamos que eso daba mucha plasticidad y fuerza a la película. Además de condicionar a los actores, que no simulaban pasar frío, sino que realmente lo tenían”.

“Por eso –añade el realizador-, tampoco iluminamos con luz eléctrica. La luz dependía del día que hiciese y de las velas, que son muy diferentes a los focos. Y si el día era nublado quedaba reflejado en la película. Apostamos por esa mezcla, por la intuición, la espontaneidad… Teníamos que improvisar constantemente. Yo creo que de esa mezcla salieron situaciones que no habríamos conseguido por mucho que las hubiéramos buscado. Esa frescura, esa espontaneidad, yo creo que añade una verdad que no habríamos conseguido de otra forma”.

Imagen para el cartel de 'La abadesa'