Enlaces accesibilidad

Entierran en Teherán a Armita Garavand, la joven agredida por no llevar el velo islámico en el metro en Irán

  • Las autoridades iraníes no han permitido que la familia le dé sepultura en su ciudad natal, Kermanshah
  • La menor, de 16 años, pasó 28 días en coma y murió este sábado

Por
Imagen del vídeo de vigilancia del metro de Irán donde se ve a dos jóvenes sacando a Armita Geravand del vagón.
Imagen del vídeo de vigilancia del metro de Irán donde se ve a dos jóvenes sacando a Armita Geravand del vagón.

Armita Garavand, la joven iraní de 16 años que murió este sábado tras sufrir una presunta agresión por no llevar puesto el velo islámico en el metro, ha sido enterrada este domingo en Teherán entre fuertes medidas de seguridad.

Según medios nacionales como Iran Front Page, las docenas de asistentes a la ceremonia han cantado eslóganes contra las autoridades en un intento de “sabotear el entierro”, controlado por las autoridades.

Grupos de defensa de los derechos humanos y activistas también han asegurado que durante el entierro se ha celebrado la vida de la menor con gritos como “Armita, que tu alma descanse en paz”.

La organización kurda de derechos humanos Hengaw, con sede en Oslo, ha afirmado que los efectivos de las fuerzas de seguridad han arrestara a varias personas, pero no ha ofrecido detalles acerca de sus identidades ni de su número.

Hengaw denunció este sábado que las autoridades iraníes no permitieron que la familia enterrase a la joven en la ciudad de Kermanshah, de donde procedía, para evitar muestras de descontento popular.

Murió tras pasar 28 días en coma

Garavand murió este sábado tras pasar 28 días en coma luego de haber sufrido una presunta agresión por parte de las autoridades por no llevar puesto el obligatorio velo islámico en el metro de Teherán, de acuerdo con las denuncias de grupos de defensa de los derechos humanos.

Por su parte, las autoridades iraníes sostienen que Garavand sufrió el 1 de octubre una bajada de tensión cuando entraba a un vagón del metro, cayó al suelo y se golpeó la cabeza, lo que provocó un paro cardíaco, la disminución de oxígeno y un edema en el cerebro.

El caso es similar al de Amini, quien falleció hace poco más de un año tras ser detenida por la llamada policía de la moral por no llevar bien puesto el velo islámico, una muerte que las autoridades atribuyeron a causas naturales.

Su muerte provocó fuertes protestas que durante meses pidieron el fin de la República Islámica y solo desaparecieron tras una represión que causó 500 muertos, la detención de al menos 22.000 personas y en las que fueron ejecutados siete manifestantes, uno de ellos en público.

El primer aniversario de la muerte de Amini se conmemoró el 16 de septiembre en medio de una fuerte represión y un enorme despliegue de fuerzas de seguridad y solo se produjeron tímidas protestas.

En los últimos meses, el Gobierno iraní está tratando de reimponer el uso del velo, con la presencia de patrullas en las calles y un proyecto de ley que endurece los castigos por no cubrirse el cabello.