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De qué hablamos cuando hablamos de nueva ampliación de la Unión Europea

  • La UE ha rescatado los planes de ampliación con el horizonte de 2030
  • Es la ampliación más compleja y problemática de la historia del club europeo

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UE: ampliar el club comunitario, el lío de pasar de 27 a 36 en tiempo récord

Los líderes de la Unión Europea se reúnen este viernes en un Consejo informal en Granada que tendrá la ampliación del club comunitario como asunto clave. Repasamos en qué consiste el proceso de ampliación:

¿Qué son los Balcanes Occidentales?

Si miramos el mapa de la Unión Europea actual, veremos que hay una burbuja en el mar Adriático, esos son los llamados Balcanes Occidentales. Menos Albania, todos son repúblicas de la Yugoslavia que se desintegró con guerras entre 1991 y 1995.

De este enunciado se desprende ya lo complejo de su ingreso en la Unión. La guerra no hizo sino agravar los conflictos étnicos, religiosos y territoriales de los Balcanes. De aquellas repúblicas, sólo dos, Eslovenia y Croacia, son ya miembros de la Unión. Croacia ha sido el último país en entrar, en 2013.

La ampliación más complicada

Todos esos candidatos se enfrentan al reto, como en su día España, Portugal o Grecia, y más recientemente los países del Este de Europa, de modernizar y mejorar su sistema productivo, sus economías, adoptar legislación europea y, sobre todo, democratizar las instituciones y combatir la corrupción. Pero el punto del que parten es lejano, imposible de hacer en un corto espacio de tiempo. Y, con todo y con eso, no es lo más complicado de su integración en el club europeo.

Vamos con algunos ejemplos sobresalientes de esas complicaciones extra.

Serbia consiguió el estatuto de candidata en marzo de 2012. Es sin duda el candidato histórica, cultural y religiosamente más vinculado a Rusia, es en estos momentos el único que no aplica ninguna sanción contra la Federación Rusa, es decir, no cumple la política internacional de la Unión Europea. Además, según el último informe de la UE (octubre, 2022), Serbia presenta aún un gran déficit en democratización y lucha contra el crimen organizado. Y lo mismo respecto a la relación con sus países vecinos. Las heridas de la antigua Yugoslavia siguen ahí: difícil vecindad con Croacia, Montenegro y, sobre todo, Kosovo.

Kosovo es oficialmente solo “candidato potencial” y, sin lugar a dudas, el principal escollo político y diplomático de esta ampliación.

Kosovo es el estado de Schrödinger: es y no es a la vez, está y no está dentro de Serbia. De amplia mayoría albanesa, se autoproclamó independiente de Serbia en 2008, pero quince años después Serbia sigue sin reconocer esa independencia y sigue habiendo altercados violentos entre la mayoría albanesa musulmana y la minoría serbia ortodoxa. Tampoco reconocen Kosovo como estado independiente cinco de los veintisiete miembros de la UE, entre ellos, España.

¿Cómo negocias el ingreso en tu club de alguien cuya existencia niegas?

El informe de hace un año destaca que Kosovo está aún en las primeras fases de las reformas necesarias para ser candidato a la UE, especialmente en combatir la corrupción, el crimen organizado, el terrorismo y la polarización violenta.

Bosnia y Herzegovina. La UE le otorgó el estatuto de candidata en diciembre de 2022, aún no hace un año. De todas las repúblicas que formaron Yugoslavia sigue siendo la más compleja étnicamente. Basta echar un vistazo al mapa comparativo

Según el informe de octubre de 2022, la cuestión de los refugiados, desplazados y desaparecidos de la guerra de los años noventa sigue todavía pendiente. En cuanto a las relaciones con los vecinos, tampoco reconoce Kosovo como estado independiente. Con Serbia han mejorado, aunque siguen pendientes disputas fronterizas, pero la relación más conflictiva es interna, con la República Srpska, la región autónoma de mayoría serbia y una cuña más de influencia rusa en la región.

Por mencionar otros escollos que complican el horizonte de 2030 para el ingreso de estos países, Bulgaria (miembro de la UE desde 2007) bloquea la entrada de Macedonia del Norte, candidato desde diciembre de 2005, por cuestiones étnicas y lingüísticas. Grecia levantó su veto hace sólo cuatro años, cuando Macedonia aceptó cambiar su nombre oficial por Macedonia del Norte.

Y otra cuestión: el día que Albania, Bosnia y Kosovo entren en la UE serán los primeros estados del club con mayoría musulmana.

La geopolítica y la paradoja de la invasión rusa

Las complicaciones de los Balcanes Occidentales y la larga sombra de la experiencia con Hungría y Polonia (ampliación de 2004), explican por qué ha estado hibernada una nueva expansión. La invasión de Ucrania la ha devuelto a la mesa de negociación y al calendario de la UE, porque para apoyar a Ucrania frente a Rusia, la Unión le concedió por la vía rápida el estatus de candidato a Ucrania y a Moldavia, ese pequeño país encajonado entre Ucrania y Rumanía (UE) y con parte de su territorio (Transnistria) ocupado por Rusia.

La UE no podía dar esperanzas a esos dos países y mantener en el congelador el acceso de los Balcanes, prometido hace veinte años.

El presidente ruso, Vladímir Putin, justificó la anexión de Crimea y la ocupación de parte del Donbás en 2014, y la invasión total en 2022, como reacción a una supuesta ofensiva occidental (de Estados Unidos y sus aliados) contra Rusia. La paradoja es que ha sido esa invasión lo que ha llevado a la Unión Europea a fortalecer el bloque occidental europeo. Una decisión política y geoestratégica.

La UE responde a la agresión rusa y busca reducir su influencia, la de Turquía y la de China en esos países necesitados de inversiones e infraestructuras. Además, confía en alejar así la demanda de Ucrania de entrar en la OTAN, la gran alianza militar occidental, lo que sería un órdago a Rusia demasiado peligroso.

Otro polvorín: el Cáucaso

Lejos de lo que solemos considerar Europa, en el extremo oriental del Mar Negro está otra región que como los Balcanes es un polvorín en el sentido figurado y literal, como se está viendo este otoño en Nagorno-Karabaj, la región de mayoría armenia en Azerbaiyán. Son repúblicas, independientes o no, que como Ucrania y Moldavia formaron parte de la Unión Soviética y son para Putin “área de interés vital”.

Georgia pidió el ingreso en la Unión Europea días después de la invasión de Ucrania, en marzo de 2022, y desde entonces recuerda que el expansionismo de Putin empezó con la invasión de Georgia en 2008 y que tienen dos regiones, Abjasia y Osetia del Sur, ocupadas por Rusia.

“Entendemos las razones políticas por las que se ha dado estatuto de candidatos a Ucrania y a Moldavia, pero nosotros cumplimos más condiciones objetivas que algunos de los candidatos”, comentan en privado algunos altos funcionarios georgianos. El gobierno georgiano mientras juega a dos bandas, ha suavizado sus relaciones con Moscú, no le aplica sanciones, y a la vez sigue cortejando y se deja cortejar por la Unión Europea.

Desafíos para la Unión Europea

Pasar de 27 a más de 30 Estados miembros, integrar una serie de países con conflictos internos y complicaciones internacionales más complejos y graves que en las ampliaciones interiores no es tarea fácil, menos aún para una Unión Europea que lleva 15 años encadenanado crisis internas y encallando en la toma de decisiones.

Antes de acometer esta expansión, la UE tiene que reformar su funcionamiento interno y eso tampoco será fácil, a ningún país le gusta perder el derecho de veto o representatividad. A posteriori, cuando se haya ampliado, las dificultades seguirán.

Esta es una ampliación mucho más cara que las anteriores, hará falta un presupuesto mayor y países como España, que aún reciben fondos de la Unión, dejarán de hacerlo porque pasarán a ser igual de, o más, ricos que la media. Y, complicación no menor, que los países sean candidatos no significa que sus poblaciones sean claramente eurófilas y pro occidentales.

“Si sometemos el ingreso a referéndum, mejor que evitemos una pregunta dual del tipo ‘entrar en la UE o en la Federación Rusa’, porque en ese caso no tengo claro el resultado”, nos comentó un dirigente moldavo en una visita reciente a esa pequeña república ex soviética.

Dos elefantes en la habitación: Turquía y Estados Unidos

Si hay un país que lleva en el banquillo de la Unión Europea hasta exasperar a sus gobiernos, en especial al actual, es Turquía. Solicitó el ingreso en 1987 y la UE le dio el estatuto de candidato en diciembre de 1999, hace casi un cuarto de siglo.

Ese “sí, pero no” es el argumento del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para algunas de sus políticas y alianzas internacionales y militares. La geografía, y por lo tanto la geoestrategia, sitúa Turquía como actor al que no se puede despreciar, y la invasión de Ucrania lo ha reforzado.

El gobierno de Erdogan lleva años reprochando a la Unión Europea que sea “desagradecida con el papel de Turquía en mantener la paz en los Balcanes Occidentales”. ¿Cómo reaccionará Turquía, si ese club que llevará en 2030 tres décadas dándole largas acepta a esos Balcanes, y esos países pasan entonces a estar más cerca de Bruselas que de Ankara?

Resulta bastante obvio que un frente occidental reforzado frente a Rusia es del interés de los Estados Unidos, y los Estados Unidos apoyan esta ampliación, pero algunos políticos y analistas reclaman una mayor inversión política y económica en ello. Al plantearse esta expansión la Unión Europea está dando un primer paso para convertirse, además de un gran bloque económico y social, en un actor de peso en la seguridad global, algo que los Estados Unidos llevan un par de décadas reclamando, que los europeos nos emancipemos de Washington en materia de seguridad y defensa.

En su último discurso del Estado de la Unión, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen definió esta nueva etapa como “una llamada de la Historia” a la que los europeos debíamos responder, el nacimiento, dijo, de una “Unión geopolítica”.

Cuando dijimos que el mundo tras el 24 de febrero de 2022 (la invasión rusa de Ucrania) sería otro, nos referimos a un reordenamiento de alianzas y poderes. La ampliación de la Unión Europea que se está discutiendo ahora con el horizonte de 2030 es parte de ese nuevo mundo que se está gestando.