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Análisis

El futuro del Grupo Wagner tras la muerte de Prigozhin: someterse al Kremlin, disolverse o integrarse en otro grupo

  • Wagner tiene presencia confirmado en Libia, República Centroafricana y Mali
  • A Rusia le interesa contar con compañías militares privadas para eludir su responsabilidad en el exterior

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Un miembro del Grupo Wagner rinde tributo a Yevgueni Prigozhin y a Dmitry Utkin, en Rostov del Don, el 24 de agosto. Foto: Colaborador / AFP
Un miembro del Grupo Wagner rinde tributo a Yevgueni Prigozhin y a Dmitry Utkin

El futuro del Grupo Wagner, la compañía militar privada más poderosa de Rusia, está en el aire tras la muerte en circunstancias aún no aclaradas de su líder, Yevgueni Prigozhin.

En el avión que se estrelló el pasado miércoles en Tver viajaban, además de Prigozhin, su número dos, Dmitri Utkin, y Valery Chekalov, responsable de logística, por lo que el grupo ha quedado prácticamene descabezado.

Sin embargo, no es probable que, aunque su nombre desaparezca o su dirección pase a estar controlada más directamente desde el Kremlin, Rusia renuncie a utilizar a sus combatientes, que le permiten extender su influencia en otros países sin asumir la responsabilidad por sus actos.

Los inicios de Wagner: de Siria a República Centroafricana y Mali

Los orígenes del Grupo Wagner están marcados por el secretismo y la discreción. No fue hasta septiembre de 2022 que Prigozhin reivindicó públicamente haber creado Wagner en 2014, para apoyar a las tropas rusas en el Donbás (este de Ucrania). Con motivo del motín que protagonizaron hace dos meses, el presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció que el Estado ruso les había financiado con millones de rublos.

El número real de combatientes de Wagner se desconoce. Según estimaciones de diversas fuentes puede estar en torno a los 15.000, unos 5.000 de ellos en diversos países de África.

"Wagner es una verdadera compañia mercenaria, porque trabajan para gobiernos extranjeros por dinero y por concesiones", explica a RTVE.es el almirante retirado Juan Rodríguez Garat. "Combaten y hacen tareas que en los ejércitos del mundo hacen las fuerzas de operaciones especiales, desde entrenar a las fuerzas del país al que apoyan, acompañarlos en misiones de infiltración, asesinatos selectivos o interdición selectiva, liderando fuerzas locales como harían los SEALS americanos".

Fue en Siria donde los Wagner dieron su salto internacional. Rusia apoya a Bachar al Asad desde 2015 y ha usado a los Wagner para operaciones terrestres y en funciones de seguridad. Por ejemplo, protegiendo el campo petrolífero de Al Shaer.

En Siria, los Wagner se enfrentaron al Estado Islámico y también a las Fuerzas Democráticas Sirias, apoyadas por EE.UU. También allí comenzaron sus negocios: según fuentes citadas por Reuters, el grupo recibía hasta un 25 % de los beneficios de varias explotaciones petrolíferas a través de la empresa Evro Polis. Sin embargo, salieron del país el pasado junio, tras el motín.

Pero es en África donde el grupo se ha convetido en lo que es hoy día, una "multinacional de la violencia y la economía sumergida", en palabras de Jesús A. Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).

En 2018 intervinieron en la guerra de civil de República Centroafricana al lado del presidente Faustin-Archange Touadera, a cambio de derechos de explotación de madera y oro. El gobierno centroafricano ya ha hecho saber que lamenta la muerte de Prigozhin pero que no afecta a la permanencia de los casi 2.000 "instructores" rusos.

En Libia, Wagner combate desde 2019 para el comandante Jalifa Haftar, apoyado por los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Rusia. Según la ONU, en 2020 tenía 1.200 combatientes en el país. El grupo tiene intereses en el petróleo y en las redes de tráficos ilegales, y usa Libia como puente para otros destinos en el continente.

Tan solo un día antes de la muerte de Prigozhin, el viceministro de Defensa ruso, Yunus-Bek Yevkurov, visitó Libia para asegurar a sus aliados que los 'wagneritas' seguirían allí, informa Reuters.

En Sudán, fuentes occidentales aseguran que Wagner entró para intentar evitar la caída de Omar al Bashir en 2019, y que se hicieron con el control de minas de oro. El grupo asegura que no ha tenido presencia allí desde hace dos años.

En Mali, tras el golpe de Estado de 2021, los militares prescindieron de la ayuda militar francesa y contrataron a Wagner (a cambio de unos 10,8 millones de dólares al mes, según Reuters) para combatir el yihadismo. Se sospecha que los mercenarios han entrado en la vecina Burkina Faso en circunstancias similares, aunque el gobierno lo niega.

Según un informe del Centre for Strategic and International Studies (CSIS, un centro de análisis estadounidense con sede en Washington) de 2020, el grupo también ha tenido una breve presencia en Madagascar y Mozambique, y ha desempeñado tareas de seguridad para empresas rusas en Venezuela.

Ucrania, Bielorrusia y el principio del fin

La guerra de Ucrania ha supuesto para Wagner un doble giro: pasó a participar en acciones de combate junto a las tropas regulares rusas, y adquirió un perfil público y notorio, en especial desde septiembre de 2022, con la batalla de Bajmut.

A partir de entonces Prigozhin comenzó a exigir más medios a los mandos militares y a criticar la marcha de la guerra, hasta que se enfrentó abiertamente al jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, y al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú.

El almirante Rodríguez Garat cree Rusia cometió un error. "Poner a los Wagner a combatir, no de forma oculta, sino en el frente, como si fuera una alianza de Rusia con una fuerza no estatal, pero tan capaz como podía ser el Ejército ruso, es lo que ha llevado a Prigozhin a creer que podía sustiutir, en principio, al Ministerio de Defensa. Y seguramente, si Putin hubiera cedido, el que hubiera caído sería el propio Putin".

El Ministerio de Defensa decidió entonces que todos los grupos no regulares que combatían en Ucrania debían firmar un contrato con el Ejército. Así lo hicieron las tropas chechenas que combaten bajo el mando de Ramzan Kadirov, quien se había mostrado también crítico con la estrategia en Ucrania. Pero Prigozhin se negó, y poco después ordenó a sus fieles marchar hacia Moscú.

Tras el motín de junio, el líder de Wagner se exilió a Bielorrusia con parte de sus tropas. Este viernes, el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, anunció que 10.000 mercenarios permanecerán allí. "Wagner vivió, está vivo y vivirá en Bielorrusia", dijo, según la agencia Belta.

Rusia seguirá contando con las compañías privadas

Rusia llegó tarde al uso de empresas de seguridad privada en los conflictos armados. EE.UU. usó "contratistas de seguridad" en Afganistán (2001) e Irak (2003) para labores de protección, no para el combate.

Hay que tener en cuenta que la Constitución rusa establece que todos los asuntos de seguridad y defensa competen solo al Estado, y por tanto las compañías militares privadas son ilegales y no pueden operar en el interior del país. Pero sí que lo han hecho en el exterior.

En su informe de 2020, el CSIS citaba, además de a Wagner, a Vegacy, el Batallón Vostok y Patriot. Esta última se vincula al ministro de Defensa, Shoigú, y es el principal rival de Wagner.

Los miembros de otro grupo, ENOT, se acabaron integrando en las tropas regulares o en Wagner. Su fundador, Igor Mangushev, murió el pasado febrero en el este de Ucrania, de un tiro en la cabeza. Su familia denunció que había sido "ejecutado".

Rodríguez Garat cree que, "con uno u otro nombre", Rusia seguirá sirviéndose de este tipo de organizaciones, "porque a Rusia le ha venido muy bien desde el punto de vista geoestratégico y económico".

No aplican la Convención de Ginebra ni ninguna legislación sobre conflictos armados. Esa falta de escrúpulos es lo que les da su valor

"Pueden perseguir los intererses nacionales sin que se pueda hacer responsable a Rusia. - explica el almirante - Wagner ha cometido infinidad de crimenes de guerra. Cuando tras el golpe en Mali se decide echar a las fuerzas europeas, principalmente francesas, y ponerse en manos de Wagner, es porque no aplican la Convención de Ginebra ni ninguna legislación sobre conflictos armados. Esa falta de escrúpulos es lo que les da su valor".

Según el Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED), un proyecto que mantiene una base de datos mundial sobre crisis y conflictos armados, hasta abril de 2023 la actividad de Wagner, y el número de víctimas asociadas a ella, se había multiplicado respecto al año anterior. En un informe publicado antes de la muerte de Prigozhin, ACLED consideraba que la actividad de Wagner en África iba a aumentar, no a disminuir, tras la asonada de junio.

Disolución, integración en el Ejército o en otros grupos

Pero ¿seguirá existiendo el Grupo Wagner sin Prigozhin?

Ruth Ferrero Turrión, profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid e investigadora del Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI), considera que el grupo ha quedado "descabezado".

"Hay que ver cómo redistribuye Putin las piezas de todo este aparato empresarial" y "qué va a pasar con sus fuerzas armadas y su infraestructura", ha añadido, en declaraciones al Canal 24H de TVE. La investigadora no descarta que sean despiezadas y entregadas a otros grupos, como Patriot.

¿Qué pasará con el Grupo Wagner tras la muerte de Prigozhin?

"La compañía Wagner oficialmente fue disuelta después del motín y les ofrecieron servir en el Ejército por contrato, como todos los demás, o jubilarse, o hacer otra cosa", considera por su parte Elena Bogush, historiadora y socióloga rusa.

Putin entendió que habían creado un monstruo que se hizo demasiado independiente

"Putin y sus cercanos entendieron que habían creado un monstruo que se hizo demasiado independiente - ha declarado Bogush a TVE - Putin ha reconocido que Wagner jugó un papel importante en la lucha, según dijo, contra los 'nazis ucranianos'. Esto significa que sí aprecia la aportación de la compañía en la guerra, pero ya era imposible tener dos ejércitos".

"Simplemente, decidieron terminar con ellos. Puede que conserven fragmentos, destacamentos aislados, pero como compañía militar ya no existe", insiste la historiadora.

Elena Bogush, historiadora y socióloga rusa, sobre la muerte del líder de Wagner: "Es obvio que no fue un accidente"

"Probablemente no seguirá con ese nombre, porque evoca la rebelión", coincide Rodríguez Garat. "Continuará con estructuras muy parecidas, bajo la autoridad de otras personas".

El almirante cree que, aunque sigan usando a la empresas militares en el exterior, Rusia "aprenderá la lección" del peligro que supone utilizar tropas mercenarias en conflictos en los que está directamente implicada, como el de Ucrania. "Tradicionalmente ocurre que los mercenarios llega un momento en que se dan cuenta de que son ellos los que, por dinero, resuelven los problemas de los gobiernos, y que es más facil combatir a sus propios jefes que al enemigo, y tomar el poder".

Por lo pronto, este pasado viernes Putin firmaba un decreto que exige a los miembros de formaciones paramilitares prestar juramento de fidelidad y lealtad a Rusia, y seguir las órdenes de sus comandantes y superiores.