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Biden limita las inversiones de empresas de EE.UU. en algunas tecnológicas chinas

  • Prohibirá a las compañías de capital de riesgo invertir en sectores como la inteligencia artificial
  • Busca evitar que Pekín utilice la tecnología estadounidense para modernizar sus Fuerzas Armadas

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Biden, pronunciando un discurso este miércoles en Nuevo México
Biden, pronunciando un discurso este miércoles en Nuevo México

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado este miércoles una orden ejecutiva que impone límites a las inversiones estadounidenses en ciertas empresas tecnológicas chinas, una medida que podría tensar aún más las relaciones con Pekín.

"Creo que los países en cuestión (refiriéndose a China) están involucrados en una amplia y larga estrategia que dirige, facilita o apoya avances en tecnologías sensibles y productos que son críticos para las capacidades militares, de inteligencia, de vigilancia o cibernéticas del resto de países", ha expresado el mandatario en un comunicado de la Casa Blanca.

"Es más, estos países eliminan las barreras entre los sectores civil y comercial con los sectores de defensa industrial y militar, no solo a través de la investigación y el desarrollo, sino mediante la adquisición y el desvío de las tecnologías de vanguardia del mundo con el fin de lograr el dominio militar", ha añadido Biden.

Se trata de una de las acciones más importantes que ha tomado el Gobierno de Biden para restringir las inversiones estadounidenses en China y ha llegado tras meses de conversaciones con los miembros del G7, a los que Washington ha urgido a tomar medidas similares.

Específicamente, la medida prohibirá a las compañías estadounidenses de capital de riesgo invertir en tres sectores clave de la economía china: semiconductores, computación cuántica e inteligencia artificial, según han informado altos funcionarios estadounidenses durante una conferencia de prensa telefónica.

En ese sentido, Biden ha explicado que el "rápido avance" en materia de semiconductores, microelectrónica, IA y tecnologías de información cuántica permiten a China mejorar su habilidad para "amenazar" la seguridad nacional de Estados Unidos, pues permitirían la creación de nuevas y sofisticadas armas para destruir los códigos criptográficos y otro tipo de aplicaciones que le darían una ventaja militar, y cuyo desarrollo consiguen explotar gracias a ciertas inversiones estadounidenses.

Además, la orden ejecutiva establece que los ciudadanos estadounidenses que hagan negocios en China deben informar al Gobierno de EE.UU. sobre las inversiones que realicen en semiconductores, computación cuántica e inteligencia artificial, tres sectores en los que China ha logrado significativos avances en los últimos años.

Una medida que se toma por seguridad nacional

Estados Unidos ha dado este paso por razones de seguridad nacional, especialmente para evitar que Pekín utilice los avanzados desarrollos tecnológicos estadounidenses con el fin de modernizar sus Fuerzas Armadas, según han señalado los funcionarios mencionados.

El presidente de China, Xi Jinping, ha establecido como objetivo que para el año 2035 el país experimente avances significativos en los ámbitos social, económico y militar, incluyendo el fortalecimiento de la capacidad marítima de las Fuerzas Armadas, lo cual podría representar una amenaza para Taiwán, aliado estadounidense.

En cualquier caso, la medida no se aplicará de manera automática. Ahora se abre un período de comentarios públicos en el que el gobierno estadounidense espera recibir contribuciones de las partes interesadas, incluyendo empresas con inversiones en China. Por lo tanto, los detalles sobre cómo se implantará la orden ejecutiva firmada por Biden este miércoles todavía están por definir.

Uno de los puntos que se está considerando es la posibilidad de que aquellos que infrinjan las reglas establecidas por el Gobierno estadounidense puedan enfrentar cargos criminales, aunque aún no se ha tomado una decisión al respecto. También se está evaluando la opción de incluir excepciones que permitan a las empresas estadounidenses seguir invirtiendo en bonos y acciones de compañías tecnológicas chinas.

La orden ejecutiva podría no entrar en vigor hasta el próximo año, coincidiendo con la campaña para las elecciones presidenciales en las que Biden busca la reelección, mientras que los republicanos aún tienen que elegir a su candidato en un proceso de primarias, donde el expresidente Donald Trump (2017-2021) parte como favorito.

Insatisfacción de China por las medidas

China, por su parte, ha expresado su "insatisfacción" con las restricciones anunciadas por Biden, a las que ha calificado de "coerción económica" y "acoso tecnológico".

"Bajo el pretexto de la seguridad nacional, Estados Unidos restringe la inversión de las empresas estadounidenses en China y se dedica a la panseguridad y la panpolitización. Su verdadero propósito es privar a China de su derecho al desarrollo y salvaguardar su propia hegemonía e interés propio", ha asegurado un portavoz del Ministerio de Exteriores chino en una rueda de prensa.

"Esto es pura coerción económica y acoso tecnológico. La medida de EE.UU. ha violado gravemente los principios de la economía de mercado y la competencia leal, ha perturbado gravemente el orden económico y comercial internacional, ha perturbado gravemente la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro mundiales y ha dañado gravemente los intereses de China, EE.UU. y las empresas del mundo", ha añadido el portavoz.

Además, China ha instado a Estados Unidos a dejar de politizar e instrumentalizar los problemas económicos, y a revocar "inmediatamente" estas decisiones "equivocadas", pues ha opinado que la cooperación económica y comercial entre ambos países es beneficiosa para los dos.

Las relaciones entre Washington y Pekín se han visto deterioradas en los últimos meses debido a los roces comerciales y alianzas internacionales que los separan, y acabaron por descarrilar primero en agosto del año pasado, con la visita a Taiwán de la entonces presidenta de la cámara baja del Congreso de EEUU, Nancy Pelosi, y en febrero de este año con el derribo por parte del Ejército estadounidense de un presunto globo espía chino --sonda meteorológica, según Pekín.