Enlaces accesibilidad
Elecciones legislativas

Grecia acude a las urnas por segunda vez en dos meses, con Nueva Democracia como claro favorito

  • Los 21.500 colegios electorales griegos han abierto sus puertas a las 07.00 hora local (04.00 GMT)
  • Según las últimas encuestas, el partido conservador liderado por Kyriakos Mitsotakis sumará el 40 % de los votos
  • Las miradas vuelven a estar puestas en los indecisos y en el nivel de participación

Por
Un cartel electoral con la imagen del candidato del partido Nueva Democracia, Kyriakos Mitsotakis.
Un cartel electoral con la imagen del candidato del partido Nueva Democracia, Kyriakos Mitsotakis.

Unos 10 millones de griegos están convocados este domingo a las urnas por segunda vez en un mes para elegir nuevo Parlamento y Gobierno, en unas elecciones generales en las que el conservador Kyriakos Mitsotakis busca la mayoría absoluta en el Parlamento.

Según las últimas encuestas, la conservadora Nueva Democracia de Mitsotakis sumará el 40 % de los votos, con lo que sacaría 20 puntos de ventaja al opositor e izquierdista Syriza, del exjefe de Gobierno Alexis Tsipras, que obtendrá el 20 %.

Se trata de una reedición de los fallidos comicios de mayo en los que se recuperará el sistema de primas para la lista más votada, una herramienta con la que Nueva Democracia aspira a superar el umbral de la mayoría absoluta y revalidar así el actual Gobierno.

El 21 de mayo, Nueva Democracia ya obtuvo una sólida victoria, con más del 40 por ciento de los sufragios.

Sin embargo, en la cita de entonces se aplicó el sistema electoral aprobado durante el Ejecutivo de SYRIZA y que establecía un sistema de reparto proporcional puro, lo que ya anticipada una repetición electoral si, como finalmente ocurrió, las distintas formaciones no pactaban una coalición.

En esta segunda cita, se aplica un nuevo sistema, impulsado ya por el actual Gobierno, de Nueva Democracia.

Las miradas puestas en los indecisos y en el nivel de participación

Según esta nueva normativa, el partido más votado obtendrá una prima que oscilará entre 20 y 50 escaños - en función del porcentaje de votos obtenido-, de tal forma que sólo se repartan de manera proporcional los asientos restantes hasta completar los 300 que conforman el Consejo de los Helenos.

Para esta segunda cita, las miradas vuelven a estar puestas en los indecisos, que rondan el 8 por ciento, y en el nivel de participación, después de que en mayo éste se situase cerca del 61 por ciento, si bien el principal factor de desequilibrio puede estar en la cantidad de partidos que logren entrar en el Parlamento.

La sociedad griega se desencanta con la política en la previa de las elecciones

En mayo, cinco formaciones superaron el umbral del 3 por ciento, pero las encuestas prevén ahora que la cifra puede aumentar incluso a ocho, lo que no sólo fragmentará la composición del Parlamento sino que obligará a repartir entre más partidos el mismo pastel.

El principal líder de la oposición, Alexis Tsipras, ha advertido también de los riesgos que supondría este posible escenario, con el objetivo de tratar de concentrar el voto.

El líder de SYRIZA ha insistido en estos últimos meses en trabajar para que Grecia no tenga a los mandos un gabinete "todopoderoso" de Nueva Democracia, un "régimen que no rinda cuentas", como llegó a decir el domingo en una entrevista televisada.

Un cartel electoral con la imagen de Alexis Tsipras.

Oficialmente, Tsipras se ha esforzado por insistir en que no tira la toalla, aunque en las elecciones de mayo su porcentaje de voto cayó más de diez puntos con respecto a las elecciones de 2019.

"No hay nada definitivo hasta que la ciudadanía lo haya decidido con sus votos", ha señalado, apostando por una sorpresa que, en el mejor de los casos, implicaría para SYRIZA encabezar una coalición progresista junto al Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), tercero en los últimos comicios y otrora partido de referencia en la esfera de la izquierda política en Grecia.

Una mujer votando en un colegio electoral de Atenas.

El líder del PASOK, Nikos Androulakis, a quien Mitsotakis ha llegado a describir como "un Tsipras con corbata", ha descartado cualquier posible coalición con Nueva Democracia y teme igualmente un Ejecutivo "omnipotente", ya que anticipa que significaría "abuso de poder" en la próxima legislatura.

Ya en la anterior una de las principales polémicas en las que se vio envuelto el Gobierno fue un escándalo de espionaje a líderes políticos y periodistas, entre ellos Androulakis.

Economía y migración, grandes preocupaciones de los griegos

La repetición electoral mantiene desde mayo a Grecia con un Gobierno interino, dirigido por el expresidente del Tribunal de Cuentas, Ioannis Sharma, y de marcado carácter tecnócrata.

Así lo estipula la Constitución, en virtud de la cual corresponde a la presidenta, Katerina Sakellaropoulou, encabezar la ronda de consultas una vez se proclamen los resultados de las elecciones del domingo.

Imagen del edificio que alberga el Parlamento griego.

Así, Sakellaropoulou tiene tres intentos para encargar la formación de Gobierno, empezando por el líder del partido más votado.

En mayo, este proceso se solventó de manera rápida, ya que tanto Mitsotakis como sus dos principales rivales asumieron en tiempo récord su incapacidad para conformar una coalición y apostaron por acudir cuanto antes de nuevo a las urnas.

Los temas de interés apenas han cambiado en estos dos meses, en un país que durante años ha vivido presa de un rescate financiero del que no terminó de pasar página del todo hasta el año pasado.

La economía y el paro, que ronda el 12 por ciento, siguen siendo una cuestión de primer orden entre las preocupaciones del griego de a pie.

Más lejano parecen ahora los ecos políticos del accidente ferroviario del 28 de febrero, que se cobró más de medio centenar de vidas en el norte del país, mientras que en cambio ha vuelto al primer plano el debate sobre temas migratorios, después de que cientos de personas perdiesen la vida por el naufragio de un pesquero la semana pasada.

En el terreno internacional, los focos siguen puestos en Ucrania, por las derivadas del conflicto, pero también en Turquía, con quien existen pulsos y reproches recurrentes a cuenta principalmente de cuestiones de soberanía.

Turquía precisamente acaba de revalidar a Recep Tayyip Erdogan como presidente, para un nuevo mandato de cinco años.