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Las Bolsas europeas cierran en verde tras una jornada de nerviosismo por el rescate de Credit Suisse

  • Tras abrir con pérdidas este lunes, la subida de los valores bancarios ha ayudado en el tramo final de la sesión
  • El domingo UBS compró Credit Suisse por más de 3.000 millones de euros para evitar el colapso de la segunda entidad

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Entrada de una oficina de UBS en Reino Unido
Entrada de una oficina de UBS en Reino Unido

La compra del Credit Suisse por parte de UBS, negociada contra reloj el domingo, ha marcado la jornada del lunes los parqués europeos. A pesar de cotizar con pérdidas en la mayoría de bolsas al inicio de la jornada, los valores se han tornado a verde al final de la sesión gracias a que las entidades bancarias han subido.

El Ibex 35 ha cerrado la sesión con una subida del 1,29%, revirtiendo así las caídas acontecidas en la apertura y remontando los 8.800 puntos, en una jornada en la que los bancos del selectivo español han acabado cotizando al alza. En concreto, el parqué madrileño ha cerrado en los 8.831,7 puntos, frente a los 8.666,27 que marcaba al inicio de la jornada, que ha estado marcado por el desempeño de las entidades bancarias y el nerviosismo en torno a Credit Suisse.

Tras abrir en 'rojo', los bancos españoles han remontado a lo largo de la jornada para acabar cotizando en valores positivos: Unicaja Banco (+0,96%), Banco Sabadell (+1,71%), Santander (+2,77%), Bankinter (+1,48%), CaixaBank (+3,19%), BBVA (+3,23%).

De su lado, el 'farolillo rojo' de la sesión ha sido Grifols, con una caída del 4,41%. A esta le han seguido Rovi (-3,89%), Solaria (-1,57%), Fluidra (-1,06%) y Cellnex (-0,7%). Por el lado contrario, IAG ha sido el valor con un mejor rendimiento, tras repuntar un 3,78%; seguida de Caixabank (+3,19%), Indra (+3,21%), BBVA (+3,23%) y Red Eléctrica (+2,37%).

El resto de Bolsas europeas también han revertido las caídas de la con crecimientos del 1,27% en la Bolsa de París, del 1,12% en Fráncfort, del 1,59% en Milán y del 0,93% en Londres.

Por su parte, el banco suizo rescatado ha moderado su caída y ha perdido el 55,74% de su valor, pero es que esa cantidad era de más de un 60% en la apertura de la Bolsa de Zúrich, mientras que su comprador también ha llegado a dejarse un 15%, aunque más tarde ha moderado las pérdidas hasta el 1,26%.

El centenario Credit Suisse, el segundo más importante del país, se encontraba al borde del colapso por sus problemas internos y por las turbulencias internacionales que desató la quiebra del Silicon Valley Bank en Estados Unidos, lo que llevó a UBS, la primera entidad helvética, a adquirirlo por más de 3.000 millones de euros.

La fuerte caída de Credit Suisse se explica por precio fijado en el acuerdo de compra. UBS se comprometió a pagar la adquisición únicamente en acciones y estas las valora un 60% por debajo de su valor al cierre de la jornada bursátil del viernes. Por eso, los títulos han bajado hasta un 63,5%, 0,67 francos suizos por cada valor, por debajo de la oferta de adquisición de 0,76 francos pactada el domingo a instancias de los reguladores suizos, que empujaron a cerrar el acuerdo antes de que los mercados empezaran la semana.

Despidos y fusión en una única entidad

En paralelo, este lunes se siguen conociendo más detalles de la fusión bancaria. La cúpula de Credit Suisse ha advertido al personal del banco de la posibilidad de recortes de empleo, según informa el Financial Times. Según un memorando interno de la entidad al que ha tenido acceso el diario británico, el presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann, y el consejero delegado, Ulrich Körner, han confirmado a la plantilla el acuerdo para la fusión con UBS, movimiento que esperan completar para finales de 2023. También comunican que solo quedará una entidad superviviente.

El arreglo para la compra pudo cerrarse únicamente gracias a las importantes garantías que la Confederación Suiza ofreció a UBS en caso de que esta absorción genere pérdidas o tenga que hacer frente a eventuales litigios dentro o fuera del país.

Además, el Banco Nacional de Suiza puso a disposición una línea de liquidez para terminar de convencer a UBS, que tiene cuentas sólidas -luego de haber realizado una reestructuración de fondo como condición para el rescate público del que se benefició en 2008- y para el cual quedarse con Credit Suisse tenía escaso interés económico.

Como consecuencia de esta compra, UBS ha indicado que pone en pausa la recompra de acciones que había previsto y que veía como una manera de reembolsar a los accionistas en capital, en vista de que el precio de sus acciones tiene potencial de subir.