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Rebecca Zlotowski: "La película es una carta de amor a las mujeres sin hijos"

  • La directora francesa muestra en Los hijos de otros las diferentes capas de la matenidad deseada

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'Los hijos de otros' está protagonizada por la estrella francesa Virginie Efira
'Los hijos de otros' está protagonizada por la estrella francesa Virginie Efira

Rachel (Virginie Efira ) es una profesora de instituto de 40 años con una vida plena, hasta que se enamora de Ali (Roschdy Zem), un diseñador de coches separado con una hija de cuatro años. Y su vida dará un vuelco.

La estrecha relación con la pequeña y su posición como “madrastra” en una familia ensamblada, le hará replantearse sus propios deseos de maternidad ante la presión del reloj biológico.

Basándose en una experiencia autobiográfica, la directora francesa Rebecca Zlotowski ha resquebrajado en Los hijos de otros un tabú en el cine, que conecta de forma natural con el feminismo y el debate social que permea la sociedad. "Es algo que me concernía y ante lo que sentía impotencia a pesar de que soy de una generación que pensaba que todo era igualitario", señala.

Las cargas de profundidad emergen en preguntas que planean sobre el argumento: ¿cómo debe comportarse una “no madre”? o ¿cómo decir adiós a un niño al que amas en caso de ruptura? Ilumina un vínculo frágil e inexplorado, en una narración que se distancia completamente de los tópicos y abraza un sereno optimismo.

RTVE.es estrena en exclusiva un clip de 'Los hijos de otros'

La idea del paso de los años y los destellos de humor vienen de la mano del pequeño papel del ginecólogo de Rachel, un agudo Frederick Wiseman, que subraya que “la vida es larga y corta” para las mujeres a la hora de tomar decisiones de calado en un ángulo existencial.

Mientras que la cuenta atrás vital se subraya a través de un montaje preciosista, en el que el transcurso de las estaciones y los fundidos a negro representan sutilmente etapas de la relación.

"Las directoras antes se autocensuraban"

Rebecca Zlotowski cree que un contenido tan sensible como la maternidad deseada no se ha mostrado en primer plano antes porque se consideraba “un tema femenino en un sentido peyorativo” y las directoras también se “autocensuraban”, pero se ha demostrado que “lo íntimo nos une” y se convierte en universal como en la literatura de la Nobel francesa Annie Ernaux, aseguraba en el pasado Festival de Cine de Sevilla donde la cinta inauguró el certamen.

Un reconocimiento que certifica la buena acogida de este drama agridulce, que tras las críticas positivas cosechadas en Venecia ha pasado por el Festival de Sundance en su recorrido internacional. Este 3 de febrero se estrena en los cines españoles.

Zlotowski que ha saltado de la acción de Grand central al intimismo elegante de Los hijos de otros cuenta como muchas mujeres le han confesado la identificación con la historia, que sitúa en el centro la “necesidad de transmisión” no necesariamente de padres a hijos y en el caso de Rachel como docente que guía a sus alumnos.

“Sobre todo me gusta que tantos hombres como mujeres han comprendido la película, pero creo que su mensaje es una carta de amor que conforta a las mujeres que no tienen hijos”, explica en una entrevista a RTVE.es desde EE.UU.

Virginie Efira (Un amor imposible) encarna a una vital Rachel que genera una empatía súbita en una sororidad tranquila hacia Alice, la exmujer, interpretada por Chiara Mastroianni. La realizadora también analiza cómo dinamitó otro cliché de forma consciente: la premisa de que no pueden coincidir dos mujeres fuertes en la misma película.

Los hijos de otros sitúa a Rachel como protagonista de su vida desde todos los puntos de vista: en su sexualidad libre y gozosa, sus vínculos familiares o con sus amigos, también en su relación con la hija de su pareja. Una conmovedora contención que emerge la extraordinaria actuación de Efira a la que Zlotowski tuvo en mente desde el principio para el papel.

Y una perspectiva arriesgada en una corriente de autor pujante para las realizadoras en el cine francés, que también encarnan directoras como Alice Diop con la premiada Saint Omer. El blindaje cultural de Francia apuntala un proceso donde aún asoman brechas.

“Cuando hablamos de cine de autor sí que hay más sitio para las mujeres, pero sí hablamos de una película más comercial el dinero en los presupuestos sí suele darse más a los hombres, aunque trabajar en Francia sigue siendo un modelo”, apunta Rebecca Zlotowski.

“En cuanto a las plataformas, sí que se pueden relatar cosas, pero creo que hay más independencia en las salas y es donde deben contarse las historias”.