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La OMS mantiene el COVID-19 como emergencia sanitaria internacional

  • Cree que sigue siendo "una enfermedad peligrosa" capaz de dañar a la salud de las personas y a los sistemas de sanidad
  • Reconoce que la pandemia puede estar acercándose a un punto de inflexión, pero pide "una acción de salud pública a largo plazo"

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Centro comercial concurrido en la ciudad de Sanya, en la provincia china de Hainan.
Centro comercial concurrido en la ciudad de Sanya, en la provincia china de Hainan.

El Comité de Emergencia que asesora a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha acordado continuar considerando al COVID-19 como una emergencia de salud pública de importancia internacional, ya que sigue siendo "una enfermedad infecciosa peligrosa" que puede causar daños considerables a la salud de las personas y a los sistemas de sanidad de los países.

Aunque el comité, formado por expertos independientes, prevé que la pandemia puede estar acercándose a un punto de inflexión, también asegura que "no hay duda" de que este virus seguirá siendo un patógeno establecido permanentemente en humanos y animales para el futuro y, por tanto, "se necesita de manera crítica una acción de salud pública a largo plazo". En todo caso, reconoce que la pandemia ha entrado en una fase de "transición", lo que puede dar paso a que el nivel de alarma llegue a su fin en los próximos meses.

Asimismo, considera que, a pesar de que ya no mueren tantas personas por la enfermedad, la propagación de nuevas variantes del coronavirus aún puede tener un gran impacto sanitario. "Si bien la eliminación de este virus de los reservorios humanos y animales es muy poco probable, la mitigación de su impacto devastador en la morbilidad y la mortalidad es factible y debe seguir siendo un objetivo prioritario", mantiene.

Convivir con el virus de manera segura

Los expertos del Comité de Emergencia han señalado que ahora hay que reflexionar en cómo pasar de una fase de emergencia a una fase de normalidad -en la que se conviva con el virus- de manera segura. Por ello, han aconsejado a la OMS que desarrolle una propuesta de mecanismos alternativos para mantener el enfoque "global y nacional" sobre coronavirus y, a su vez, proporcione una evaluación con respecto a las implicaciones regulatorias para desarrollar y autorizar vacunas, diagnósticos y terapias si esta emergencia se terminara en los próximos meses.

En este sentido, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha agradecido al Comité de Emergencia que haya "mitigado" las posibles consecuencias negativas que tendría dejar de considerar al coronavirus como una emergencia de salud pública de importancia internacional.

El director general de la OMS ha recordado que la respuesta mundial a la pandemia no puede considerarse exitosa en la medida que muchos países todavía carecen de vacunas y tratamientos suficientes para atender a sus enfermos y que muchas redes sanitarias de países de escasos recursos siguen sufriendo de esta situación.

A pesar de que oficialmente el COVID-19 no ha perdido su estatus de amenaza grave a la salud pública internacional desde el 31 de enero de 2020 (fecha de la declaración por parte de la OMS), el mundo ha dejado atrás la mayor parte de las medidas restrictivas asociadas al control de la pandemia. El último caso ha sido el de China, que el pasado diciembre levantó medidas que aplicó estrictamente durante tres años, en particular confinamientos y cierre prácticamente total de fronteras. Tras un violento repunte de muertes y hospitalizaciones, la pandemia también parece remitir de forma sostenida en este país.