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La pobreza energética aumentó en 2021: el 14,3% de hogares no pudo mantener la temperatura adecuada en su vivienda

  • Un informe de la Universidad de Comillas revela que el 9,5% de hogares se ha retrasado en el pago de sus facturas
  • Más del 30% de hogares está en situación de pobreza energética oculta y gasta menos de la mitad en energía de lo que necesita

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Crece la pobreza energética en España: un 14,3% de hogares no puede mantener su domicilio a la temperatura adecuada
Una mujer lee una factura frente a un radiador.

La economía de los hogares españoles se resiente ante la subida del precio de la energía. En 2021 hubo 6,7 millones de personas que no pudieron mantener una temperatura adecuada en sus domicilios, 1,6 millones más que 2020 y un porcentaje que abarca al 14,3% del total de hogares del país.

"Llama mucho la atención el mal comportamiento de este índice", aseguran los investigadores del Informe de Indicadores de Pobreza Energética en España en 2021 de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia de Comillas, publicado este martes. Este texto muestra también que 4,5 millones de personas se retrasaron en el pago de sus facturas, lo que se traduce en un 9,5% del total de hogares.

Los investigadores destacan que la perspectiva energética de 2021 es "muy dispar". Mientras que bajó el número de hogares que entran en pobreza por dedicar un gasto desproporcionado a la energía, hay dos aspectos que han empeorado de forma significativa: la capacidad de mantener una temperatura adecuada de la vivienda en invierno y la pobreza energética.

Se dispara la pobreza energética oculta severa

Según esta investigación, en España hay 2,7 millones de hogares en situación de pobreza energética, tomando como referencia el umbral de la renta mínima estándar, que es el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Además, el estudio sentencia que ha aumentado el número de hogares que sufren pobreza energética oculta, que se produce cuando su gasto en energía es menos de la mitad del que necesitarían para satisfacer sus necesidades y que se produce porque no pueden asumir ese gasto. Está motivado, entonces, por el miedo a afrontar facturas elevadas. Esta situación se ha acentuado y, según el informe, ha pasado de afectar al 25,2% de hogares en 2019 al 31,2% en 2021.

De esta manera, según el estudio, cuando un hogar declara que no puede mantener su vivienda en unas condiciones de confort mínimas en invierno, se encuentra en pobreza energética oculta.

Pero hay una situación aún más complicada, la situación de pobreza energética oculta severa, que es cuando el gasto es inferior a una cuarta parte del necesario. Según los datos reflejados, el 4,8% de hogares sufría pobreza energética oculta severa en 2020, mientras que en 2021 fue el 10,3%, más del doble.

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Se estabilizan los retrasos en las facturas y el gasto desproporcionado

El estudio revela una evolución diferente según los indicadores que se analicen. Hay algunos que han empeorado desde 2019, como la capacidad para mantener la vivienda a temperatura adecuada y el retraso en el pago de las facturas, que se agravó notablemente en 2020, coincidiendo con la pandemia, pero que en 2021 se mantuvo estable. Según los investigadores, no se ha propiciado la morosidad y es "buena noticia" que se sitúe en torno al 10%.

Sin embargo, hay otros aspectos que se han mantenido estables o incluso han descendido. Así, el 15,2% de hogares del país realizó un gasto desproporcionado energético, que es aquel que duplica la mediana nacional, una cifra que coincide con la de 2019.

Por el contrario, el 10,1% de viviendas gastó menos de la mitad de la media nacional, un valor que ha descendido levemente en los últimos dos años.

Valoran positivamente las medidas del Gobierno

Para explicar parte del aumento de la pobreza energética oculta es preciso apuntar al otoño del año pasado, cuando comenzó la escalada de precios energéticos. "Todo parece indicar que muchas familias restringieron su gasto por miedo a unas facturas que se volvieron inabordables de la noche a la mañana”, asegura Roberto Barrella, investigador de la cátedra y coautor del informe.

Los investigadores consideran que el empeoramiento de este índice puede deberse a una simbiosis entre varios factores. “Es posible que los ecos de [la borrasca] Filomena y el frío que nos dejó durante casi dos semanas en amplias zonas del país calara en el subconsciente de muchos ciudadanos, pero es muy probable también que el indicador esté apuntando a una tendencia creciente en muchas familias a restringir la calefacción por miedo a la factura”, asegura José Carlos Romero, coordinador de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas, autor principal del informe.

En esta línea, según la Cátedra de Energía y Pobreza, sin las medidas del Gobierno, como reducir el IVA, el impuesto de electricidad o los cargos y peajes en la factura eléctrica, la pobreza energética oculta severa habría alcanzado a aproximadamente 200.000 hogares más, según el estudio, que califica el año 2021 como un año "de algunas luces y de una gran sombra".

Andalucía, la comunidad con mayor pobreza energética oculta severa

Andalucía es la comunidad con mayor pobreza energética oculta severa del país, y el 19% de sus hogares la sufren. El informe señala que a pesar de su climatología favorable, hay una baja penetración de los sistemas de climatización en los percentiles más bajos de población, es decir, los que tienen menores ingresos. Este es un fenómeno que afecta al sur peninsular.

En el caso de Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia y la Comunidad Valenciana, el índice también es elevado y oscila entre un 15% y un 19%. Por el contrario, las regiones menos afectadas se encuentran en el centro y noreste del país: Madrid, Cataluña, Aragón, La Rioja, País Vasco y Cantabria, entre otras, con valores inferiores al 8%.

En esta línea, Canarias es la comunidad con menor incidencia de pobreza energética, que se sitúa en un 3,2%, aliviada, en gran parte, por unos inviernos más suaves.

De esta manera, hay una gran disparidad en cuanto a la pobreza energética oculta severa y el indicador de Andalucía es seis veces superior al de Canarias.