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Monfragüe, una joya natural y un paraíso para el buitre negro amenazado por las llamas

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Buitres en el Parque Nacional de Monfragüe.
Buitres en el Parque Nacional de Monfragüe.

Ubicado en el centro de la provincia de Cáceres, en el triángulo que forman las ciudades de Plasencia, Trujillo y Cáceres, el Parque Nacional de Monfragüe se extiende a lo largo de 18.396 hectáreas y se articula en torno a los ríos Tajo y Tiétar, cuyo curso forma estrechas gargantas sobre las que se alzan altas sierras de cuarcitas y pizarras. Una joya natural y un santuario para la observación de aves que estos días está en peligro a causa de un grave incendio que hasta el momento ha devorado más de 200 hectáreas.

Declarado Parque Natural en abril de 1979, casi veinte años después, el 7 de marzo de 2007, Monfragüe logró el ansiado nombramiento como Parque Nacional, incorporándose a una red en la que actualmente figuran 16 espacios naturales de la península y las islas.

El antiguo 'Monsfragrorum' de los romanos ('monte denso') ha estado habitado desde la prehistoria, como prueban las numerosas pinturas rupestres que se pueden localizar en algunas de sus cuevas, especialmente en la Cueva del Castillo, un yacimiento en el que encontramos evidencias de las edades del Cobre, el Bronce y el Hierro.

Los romanos dejaron su impronta a través de calzadas, puentes y lápidas y también hay restos de la época musulmana -que denominaron a la zona 'Al-Monfrag' o 'El abismo'-, cuando se construyó el castillo, uno de los elementos característicos del parque y del que apenas se conservan algunos elementos.

Un buitre sobrevuela el Parque Nacional de Monfragüe.

Un buitre sobrevuela el Parque Nacional de Monfragüe. EFE/J.J. Guillén

Gran variedad de biotopos

Monfragüe tiene un gran valor ecológico pues se trata de la mancha más extensa y mejor conservada de monte mediterráneo a nivel mundial, con una gran variedad de biotopos que incluyen roquedos, encinares, bosque y matorral mediterráneo, embalses y arroyos. Esto permite la existencia de una rica flora y fauna.

En el parque se encuentran más de 280 especies de vertebrados, entre ellos linces ibéricos, zorros, jinetas, nutrias, jabalíes o venados. Aunque el espacio destaca sobre todo por su valor ornitológico, ya que está considerado como uno de los mejores lugares del mundo para la observación de aves, especialmente el águila imperial ibérica, el alimoche, la cigüeña negra y, por supuesto, el buitre negro, el símbolo de Monfragüe.

Catalogada como una especie vulnerable, el buitre negro puede alcanzar una envergadura cercana a los tres metros y tiene en el parque extremeño la mayor colonia de cría en la Península Ibérica.

La observación de aves es uno de los principales atractivos para los cerca de 300.000 turistas que cada año visitan el Parque Nacional y una de las grandes fuentes de ingresos económicos para las localidades del entorno que ahora, a causa de los incendios, ven peligrar una de las grandes joyas de nuestro patrimonio natural.