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Cumbre de la OTAN

La cumbre de Madrid resucita el movimiento anti-OTAN español: "La Alianza es un obstáculo para la paz"

  • La "contracumbre" y la manifestación del domingo serán un "test" para medir las fuerzas del antimilitarismo tras años de letargo
  • Unidas Podemos e IU apoyan la movilización y buscan recuperar el consenso del 'No a la guerra' de Irak

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Manifestación contra la OTAN en Zaragoza, en una imagen de archivo
Manifestación contra la OTAN en Zaragoza, en una imagen de archivo

Hace más de tres décadas, una gran movilización social sacudió España. Con el lema 'OTAN no, bases fuera', OTAN cientos de miles de personas salieron a la callesobre la permanencia española en la Alianza, para el que pidieron votar 'no'. El movimiento había contado en un principio con el apoyo del PSOE, aunque con Felipe González en el Gobierno el partido cambiaría su postura para apoyar el 'sí' en el referéndum. Aquel 'sí' se impuso, España entró en el bloque militar y desde entonces el movimiento contra la Alianza Atlántica se ha sumido en un largo letargo.

Así ha sido, al menos, hasta que se anunció que Madrid acogerá el 29 y el 30 de junio una cumbre de la OTAN calificada de "histórica", por la guerra en Ucrania y porque se decidirá el rumbo de la Alianza en la próxima década. Partidos, asociaciones ecologistas, pacifistas y movimientos sociales agrupados en la 'Plataforma por la Paz, OTAN no', han celebrado una "contracumbre" bautizada como "Cumbre por la paz" los días 24 y 25 en el Auditorio Marcelino Camacho de CCOO. Los actos culminarán con una manifestación por el centro de la capital en la mañana este domingo. Esperan que esta marcha sea un "test" para comprobar el estado del movimiento antimilitarista.

"La OTAN es un obstáculo serio para la paz. Desde 1999 ha invadido países y los ha devastado en contra del derecho internacional, igual que ha hecho Rusia ahora con Ucrania", explica a RTVE.es Willy Meyer, portavoz de la plataforma convocante e histórico dirigente de Izquierda Unida.

Su partido nació precisamente al calor de la movilización contra la entrada en la OTAN en los 80, cuando el movimiento antimilitarista estaba en su máximo apogeo. Más tarde, estas reivindicaciones pasaron a un segundo plano, hasta que llegó la guerra de Irak. "No es exacto que el antimilitarismo haya estado dormido desde los 80. Cuando Aznar decidió aliarse con George Bush y Tony Blair hubo una manifestación contra la guerra de un millón de personas en Madrid. Eso forma parte de la cultura y de la tradición pacifista de parte de la sociedad española", señala Alberto Coronel, militante en Ecologistas en Acción y Extinction Rebellion, organizaciones que participan en la contracumbre y la marcha del domingo.

¿Vuelve el 'No a la guerra'?: los partidos de izquierda, divididos

La situación actual, como reconoce Coronel, es distinta a aquel histórico 'No a la guerra' de 2003"En Irak nosotros éramos los invasores y ahora Ucrania es la potencia invadida. Es verdad que ahora es un momento mucho más complejo", afirma. Coincide Meyer: "La guerra de Ucrania ha trastocado toda la idea del movimiento pacifista. En el momento en que estalla un conflicto, la gente se pone con el más débil y todo le parece poco para que se resuelva la guerra".

Las encuestas así lo demuestran. Un 70% de los españoles está a favor del envío de armas a Ucrania, un 44,5% apoya una hipotética intervención de la OTAN en el país y un 60% cree que la UE debería tener un ejército propio, según los últimos barómetros del CIS. Otro sondeo de esta semana, del Real Instituto Elcano, es contundente: un 83% de los encuestados apoyan la presencia española en la OTAN. Entre los entrevistados que se consideran de centro o de derecha el apoyo es del 90%, mientras que entre los de izquierda aumenta hasta el 66%.

Los porcentajes están completamente alejados de lo que ocurría en 2003. Un 91% de los españoles se oponía a la intervención militar en Irak y un 67% reclamaba que España se mantuviera neutral. Con la idea de recuperar el consenso que generó aquella oposición, Unidas Podemos ha resucitado el 'No a la guerra', el lema que marcó las manifestaciones. La ministra de Derechos Sociales y líder del partido, Ione Belarra, se ha erigido como la principal defensora de ese mensaje y se ha opuesto al envío de armas, provocando roces con sus socios socialistas del Gobierno.

Izquierda Unida ha sido aún más contundente y su sección de Madrid ha apoyado movilizaciones con el lema "Ni OTAN ni Putin". Su secretario general y ministro de Consumo, Alberto Garzón, consideró que la OTAN "no es un instrumento que garantice la paz", aunque ha enmendado a Podemos cuando los morados han criticado el gasto en la cumbre, por ejemplo. La otra gran representante del PCE (el principal partido dentro de IU) en el Gobierno, Yolanda Díaz, ha sido la más cauta de toda la coalición. Si bien ha criticado el aumento en el gasto militar, ha respaldado firmemente el envío de armas, enfrentándose al sector de Belarra.

Unidas Podemos apoya la contracumbre y la manifestación, a las que acudirán algunos cargos de segundo nivel del partido, pero no sus principales líderes ni ningún ministro. El principal representante del Gobierno será Enrique Santiago, secretario de Estado de Agenda 2030 y secretario general del PCE, y todavía se desconoce si acudirá Garzón. Desde la organización reconocen que les gustaría que una figura política tan "reconocida" como Yolanda Díaz fuese "más clara" en su apoyo al movimiento pacifista, según asegura Enrique Quintanilla, militante de Desarma Madrid, parte de la plataforma convocante.

"Nosotros somos los primeros en condenar la invasión"

Los convocantes de la marcha quieren dejar claro que no apoyan en ningún caso la intervención de Rusia en Ucrania ni quieren justificar las acciones del presidente ruso. "Nosotros somos los primeros en condenar la invasión", insiste Quintanilla. Ahora bien, "desde los 90 la expansión de la OTAN hacia el este ha permitido y ha servido de coartada para los intereses imperiales de Putin", añade Coronel. Meyer recuerda además que en los 80, los líderes de EE.UU. y la URSS, Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov, se comprometieron a que la Alianza no se ampliaría hacia las fronteras rusas.

Meyer admite que el movimiento pacifista ha estado desmovilizado en las últimas décadas en Europa y propone, para recuperar su fuerza política, "trabajar sobre alternativas concretas" a la OTAN. Entre ellas, pide recuperar el espíritu de los Acuerdos de Helsinki y la Carta de París, firmados en 1990 tras la caída de la URSS y que planteaban un "modelo de seguridad compartida y desmilitarizada", para lo cual la Alianza es "un obstáculo serio".

"En ese concepto de seguridad compartido europeo habría que avanzar hacia el desarme, hacia un modelo de seguridad sin armas de destrucción masiva", reivindica. Por ello, el manifiesto de la marcha del domingo reclama la disolución de la OTAN y el desmantelamiento de la industria militar.

La organización pretende aprobar con su nuevo concepto estratégico la idea de "OTAN 360 grados", que supone no centrarse únicamente en el flanco este -para lo que nació la Alianza- sino incluir nuevos desafíos en el este (China) y el sur (África y el Magreb). Para el representante de IU, esto daría carta blanca a los aliados para "poder intervenir en cualquier parte del mundo y siempre sin la autorización expresa del Consejo de Seguridad de la ONU".

La manifestación señalará también la huella ambiental de la Alianza. Denuncian que los ejércitos de los países de la OTAN "operan como salvaguarda de los intereses de las mayores corporaciones multinacionales contaminantes de carbono", según el manifiesto. Además, añade Coronel, "para enfrentarnos la crisis climática necesitamos cooperación internacional de manera urgente y la vía militar está imposibilitando esta cooperación".

El gasto militar "no arregla nada, solo alarga las guerras"

Otro caballo de batalla es el aumento del gasto militar. La organización atlántica lleva años reclamando a los países europeos que dediquen el 2% del PIB a defensa. España, que se sitúa entre los países que menor porcentaje dedican al ejército (1,02% en 2021), ya ha anunciado tras la guerra de Ucrania que incrementará el presupuesto en los próximos años, y se espera que Sánchez concrete su promesa durante la cumbre.

Quintanilla celebra además que esta cuestión puede aglutinar a muchos otros movimientos que no se habían posicionado claramente en el pasado. Por ejemplo, la Coordinadora de organizaciones para el desarrollo, que incluye a ACNUR, Cáritas, Cruz Roja o Save The Children, criticó en un comunicado esta semana que encuentros como la cumbre de la OTAN "echan más leña al fuego" a la tensión geopolítica y consideró que duplicar el gasto militar "es un despropósito" en tiempos de crisis y "un riesgo para la seguridad".

"El Ministerio de Defensa ya ha pedido que se adelanten partidas. Eso no arregla nada, no soluciona las guerras. Lo único que hace es alargarlas y traer más desgracias y más muertes", señala el veterano militante. Cree que la negociación para los presupuestos del año que viene va a ser "un momento decisivo" para que los partidos se posicionen y se mida la fuerza de las posturas antibélicas en nuestro país.