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El limbo de los refugiados no ucranianos que huyeron de la guerra y no encuentran protección en España

Varias ONG denuncian que algunos refugiados sin nacionalidad ucraniana no están recibiendo la protección temporal

Se trata de un documento imprescindible para residir y trabajar legalmente en España

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Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso - ACNUR y CEAR denuncian que hay refugiados no ucranianos que no están recibiendo la protección temporal

Mohamed siempre soñó con venir a España cuando era niño, pero nunca imaginó que llegaría hasta aquí huyendo de la guerra de Ucrania. Salió de Kiev dos días después de la invasión rusa, después de 8 meses trabajando y estudiando en el país. “Las cosas estaban muy peligrosas, había muchos bombardeos", asegura. Con 27 años habla árabe, inglés, francés y español, por lo que no tardó en encontrar trabajo al llegar a España, pero tuvo que rechazar la oferta por no tener permiso de trabajo.

La policía no aceptó su solicitud de protección temporal, la figura legal que otorga el permiso para residir y trabajar en España. "Cuando fui a la policía de inmigración les proporcioné mis documentos, el pasaporte argelino y la tarjeta de residencia en Ucrania, pero me dijeron que tenía que solicitar mis papeles por otro procedimiento". Tras una primera solicitud en el Centro de Recepción, Atención y Derivación (CREADE) de Barcelona, probó suerte en Málaga con el mismo resultado. "Consideraban que Argelia, mi país, es seguro, me animaban a pedir protección internacional".

El de Mohamed no es un caso aislado. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) calcula que unas 50 personas acogidas en sus recursos están en una situación similar. Esta organización, que gestiona el CREADE de Málaga, ya ha presentado una queja al Defensor del Pueblo. En las primeras semanas era posible solicitar los permisos en Málaga y muchos ciudadanos en la misma situación que Mohamed lo intentaron. "Hasta que el CREADE de esta ciudad recibe una instrucción verbal de que los nacionales de terceros países no pueden obtener la protección temporal”, explica Paloma Favieres, directora de Políticas y Campañas de CEAR. "Los nacionales de otros países tienen que poder solicitar la protección temporal y luego las autoridades podrán decidir si pueden regresar o no a su país valorando la situación individual", afirma Favieres.

Los requisitos: residir legalmente en Ucrania y no poder regresar a su país de origen

Mediante la Orden PCM/169/2022, de 9 de marzo, por la que se desarrolla el procedimiento para reconocer la protección temporal a personas afectadas por el conflicto en Ucrania,  el Gobierno decidió abrir la puerta a los nacionales de terceros países con residencia efectiva en Ucrania en el momento de la invasión. Los requisitos eran residir legalmente en Ucrania y no poder regresar a su país o región de origen.

El caso de Joseph, nigeriano, es precisamente el que refleja la Orden, pero ni siquiera ha tenido opción a solicitar su permiso. Vivía desde hace dos años en Zaporiyia. Tenía residencia legal, trabajaba y estudiaba ingeniería informática. "Era una ciudad agradable para vivir, ahora supongo que está destrozada", lamenta. Tras salir huyendo de los bombardeos, llegó a España con un amigo compatriota hace algo más de 2 meses. “Cuando fuimos a la policía a pedir la protección temporal nos dijeron que no podíamos solicitarla porque no éramos ciudadanos ucranianos y no nos la dieron", nos cuenta Joseph.

ACNUR y las organizaciones que gestionan la acogida a refugiados alertan de esta situación y han trasladado su preocupación al Ministerio del Interior. "Hemos detectado varios casos de personas procedentes de Ucrania que no son nacionales ucranianos, pero si tenían residencia en este país, personas que no están pudiendo acceder al estatuto de protección temporal a diferencia de lo anunciado por el gobierno en el mes de marzo", sostiene María Jesús Vega, portavoz de ACNUR en España.

Nos dijeron que no podíamos solicitar la protección porque no éramos ciudadanos ucranianos y no nos la dieron.

La Agencia de la ONU ha pedido que se proporcionen soluciones urgentes para estas personas. “La casuística es muy diversa: algunos no tendrían ningún problema para poder retornar a sus países de origen, pero a otros su retorno podría ponerles en situación de riesgo o de sufrir persecución, por eso necesitan protección internacional", añade Vega. Joseph, por ejemplo, no quiere volver a Nigeria. "Tengo muchos problemas en mi país porque no es un lugar seguro, hay muchas peleas, asesinatos, me fui a Ucrania para estar en un lugar mejor".

Es difícil calcular cuantas personas están viendo su solicitud bloqueada por la policía porque, al rechazar sus solicitudes, no quedan registradas en ningún sitio, pero podrían ser centenares los nacionales de terceros países que se encuentran en este limbo legal. Desde que empezó el conflicto de Ucrania, el Ministerio del Interior ha otorgado protección temporal a 6.862 refugiados que no son ucranianos. Muchos de ellos son familiares de nacionales de ese país. Las primeras nacionalidades de esta lista son de Bielorrusia, Marruecos, Georgia, Moldavia y Armenia. Fuentes del Ministerio insisten en que en la última semana se ha documentado a más de 200 refugiados no ucranianos.

Pese a los datos oficiales, organizaciones como ACCEM, que gestiona el CREADE de Pozuelo en Madrid, o Diaconía, que acompaña a personas refugiadas en Barcelona, coinciden en que en las últimas semanas han detectado casos similares a los de Mohamed y Joseph. Sus usuarios no llegan a poder solicitar la protección. "Los argumentos de la policía eran que la documentación que aportaban de su residencia legal en Ucrania puede ser falsificada, en otros casos directamente les dicen que no les corresponde por no ser ucranianos", cuenta Filipa Iraizoz, supervisora jurídica de Protección Internacional en Diaconía.

Si la policía les deniega el acceso a la protección temporal se les impide acceder a un permiso de residencia y trabajo como el que se les reconoce a las personas ucranianas y quedan en una situación de limbo legal en España. "Las personas están acogidas en recursos de las organizaciones, pero tienen un plazo para pedir la protección y si no tienen que abandonar el sistema de acogida y quedan en una situación de desprotección", alerta Iraizoz.

Mohamed está diagnosticado de epilepsia, necesita medicación y ha sufrido rechazo por su dolencia en su país de origen. "Tuve muchos problemas con mi familia, que no acepta mi enfermedad, y también con el gobierno", relata. Por recomendación médica necesita un lugar tranquilo donde vivir para que su enfermedad se mantenga estable, pero al estrés vivido por la guerra y la huida de Ucrania, se suma ahora la situación de vulnerabilidad por no tener papeles. La voz de Joseph suena apagada. "No sé cómo expresar cómo me siento, no puedo continuar mis estudios, no puedo hacer nada porque no tengo papeles, no tengo la protección temporal de ningún gobierno". Con 25 años solo pide continuar con sus estudios de informática, trabajar y vivir tranquilo.