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Análisis | Elecciones legislativas en Francia

El empate con Mélenchon en la primera vuelta, un "toque de atención" para Macron que pone en jaque su mayoría absoluta

  • Los Republicanos resisten y podrían ser claves para la gobernabilidad
  • La extrema derecha de Le Pen logrará grupo propio pero no tendrá protagonismo
  • La alta abstención confirma una crisis de representación en Francia

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Carteles de la campaña electoral en Marsella, Francia. Foto: AP Photo/Daniel Cole
Carteles de la campaña electoral en Marsella, Francia.

Al presidente francés, Emmanuel Macron, se le complican las cosas tras la primera vuelta de las elecciones legislativas. La mayoría de la que gozan actualmente sus partidarios en la Asamblea Nacional peligra por el ascenso de la izquierda de Jean-Luc Mélenchon, mientras la extrema derecha de Marine Le Pen consigue formar grupo propio.

El resultado puede entenderse como una advertencia para el presidente. Su proyecto político tendrá que demostrar su solidez, una vez que los dos grandes partidos tradicionales, el Partido Socialista (PS) y Los Republicanos (neogaullistas) parecen destinados a desaparecer.

Toque de atención para Macron

La coalición Ensemble! de Macron obtuvo el 25,75 %, mientras la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (Nupes) de Mélenchon logró un empate técnico al situarse en el 25,66%. La Agrupación Nacional de Le Pen ha quedado en tercer lugar con el 19 %.

"De cara al futuro, es una llamada de atención bastante clara" opina, en declaraciones a RTVE.es, Fernando Vallespín, catedrático de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Vallespín cree que el partido de Macron se impondrá en la segunda vuelta, sumando el voto de quienes buscan impedir la cohabitación con un gobierno de la NUPES. Si pierde la mayoría absoluta, podrá pedir el apoyo de los diputados neogaullistas.

De cara al futuro, es una llamada de atención bastante clara

"Su partido ha dado de sí todo lo que podía dar - considera Vallespín - No le va a quedar más remedio que definirse. Hasta ahora es una formación muy personalista, y tiene que pensar si muere con el líder o seguirá siendo un partido de centro progresista, para evitar el choque entre dos contrarios polarizados, la izquierda y la derecha populistas".

"La mayoría absoluta de Macron no está para nada asegurada, el ascenso de las fuerzas de izquierda le auguran una segunda vuelta complicada - opina por su parte Gemma Ubasart, profesora de Ciencia Política de la Universitat de Girona (UdG). Ubasart estima que las legislativas van a confirmar las tres propuestas políticas que existen ahora mismo en Francia, y que se apuntaron en las presidenciales.

La mayoría absoluta de Macron no está para nada asegurada

"La primera, simbolizada por Macron, es más de lo mismo, un proyecto socio-liberal imbricado en las lógicas de la globalización neoliberal; la segunda, liderada por Le Pen, es una suerte de autoritarismo en el siglo XXI, y esto tiene riesgos para la propia democracia liberal; y la tercera, la de Mélenchon, que reclama un nuevo pacto social, esta idea del Green New Deal. El juego está aquí", explica.

José María Peredo, catedrático de Política Internacional de la Universidad Europea (UE), en cambio, considera que el resultado no es tan malo para el macronismo. "La formación gubernamental está consolidada - opina en conversación con RTVE.es - Ha generado un respaldo importante, en términos porcentuales, y del sector más centrado, europeísta, de centro izquierda y centro derecha".

Peredo cree que el resultado final de Esemble! dependerá de que pueda movilizar el voto de indecisos y del sector más conservador en la segunda vuelta.

Mélenchon consigue aglutinar a la izquierda

Si el actual presidente tiene que estar preocupado, Mélenchon puede celebrar los resultados. Este nieto de españoles se quedó a las puertas de competir con Macron en las presidenciales, pero ahora su proyecto político, la NUPES, que agrupa a cinco partidos (entre ellos, el PS), ha conseguido un empate técnico. Mélenchon afirma que aún puede lograr su objetivo de formar gobierno y forzar la cohabitación, que es como se conoce en Francia a la convivencia entre un gobierno y un presidente de distinto signo político.

Ubasart señala que Mélenchon ya ha conseguido su principal objetivo, liderar la oposición a Macron, gracias a dos variables: "la capacidad para conseguir un sujeto amplio y que una sume multiplique el espacio político; y la demanda de un nuevo pacto social, de reconstrucción del estado del bienestar con las coordinadas del siglo XXI".

"Mélenchon ha pasado de ser figura marginal a convertirse en una figura central de la política francesa en cuatro años", reconoce José María Peredo, que destaca que haya sabido "aglutinar el voto de la izquierda, que nunca ha dejado de serlo, pero que estaba dividido", y recuerda que François Miterrand también lo logró en los años ochenta del siglo pasado.

Mélenchon ha pasado de ser figura marginal a convertirse en una figura central de la política francesa en cuatro años

"Si hubiera cohabitación debería ser con los elementos más viables y compatibles con la presidencia de Macron - advierte el profesor de la UE - Si fuera rupturista, tendríamos que ver en que situación queda".

Vallespín atribuye el éxito de la NUPES al "malestar de sectores importantes de la sociedad francesa, en un principio por la gestión general de Macron, pero también por los problemas que han surgido en los últimos meses, principalmente la inflación y cuestiones económicas, y el temor a algunas reformas, como la de las pensiones". "Francia es uno de los países que más porcentaje del PIB dedica a gasto público, hay una tradición de mantener niveles de gasto que el país quizá ya no se puede permitir, dada la situación económica", añade.

Los partidos tradicionales siguen cayendo, y la ultraderecha pierde protagonismo

A falta de conocer los resultados finales, parece claro que la nueva Asamblea Nacional será bastante distinta a la anterior. Para empezar, ni el PS ni los neogaullistas, representados por Los Republicanos, tendrán ya el protagonismo que han tenido tradicionalmente en la V República. Mientras el PS concurría integrado en la NUPES, Los Republicanos van camino de perder la mitad de sus escaños. Ambas formaciones además han sufrido una crisis de liderazgo tras los malos resultados de las presidenciales.

"Francia está muy estructurada en su orientación de voto, y aún con más claridad en los últimos años - explica José María Peredo - se han deteriorado los partidos tradicionales y se ha clarificado mucho el voto en distintos procesos electorales, pero eso ha producido también una diseminación del voto".

El profesor de la UE cree que las fuerzas tradicionales "no están finiquitadas, pero entran en un fenómeno de necesidad de coaliciones y de recibir otras ideas y propuestas de una sociedad más diversificada". "Hoy es difícil comprender la política francesa sin Macron, pero ya es posible comprenderla sin Los Republicanos", resume.

"Es prematuro decir que las fuerzas tradicionales vayan a desaparecer - coincide Gemma Ubasart - La escena política francesa es compleja y tiene diversos niveles territoriales, los partidos históricos conservan ámbitos de poder municipal, pero en la batalla nacional quedan muy disminuidos".

Los neogaullistas pueden, pese a los malos resultados, revivir políticamente si Macron necesita sus votos para la formación de un gobierno afín.

En cambio, en la extrema derecha, la Agrupación Nacional de Le Pen deja fuera a Eric Zemmour y obtendrá grupo parlamentario propio, pero no tendrá ningún protagonismo en la formación del Ejecutivo. "Tienen un problema de radicación territorial - señala la profesora de la UdG - Cuando pasan de las presidenciales a las legislativas, donde se juegan 577 diputados en circunscripciones pequeñas, Le Pen no valida sus resultados".

La abstención, una tendencia preocupante

La gran ganadora de las elecciones ha sido en realidad la abstención, que batió récords y superó el 52 %. Es decir: han votado menos de la mitad de los franceses con derecho a hacerlo. Parece tratarse de una tendencia, porque en las presidenciales la abstención se situó en el 28%, el dato más alto en 50 años.

El profesor de la UE lo atribuye a un cansancio del electorado tras las presidenciales, que además se disputaron en el mismo marco discursivo fomentado por Macron: el de un presidente de centro enfrentado a los extremismos. Además, Peredo estima que "el populismo ha podido tocar techo", pero que habrá que comprobarlo en la segunda vuelta.

Para Fernando Vallespín, la razón es más profunda, y se trata de "una crisis de oferta, de representación", común a todos los sistemas democráticos, pero que en Francia "se ve con claridad". "Hay insatisfacción con las opciones que se dan al voto, la gente vota al mal menor. Esta Francia no tiene nada que ver con la de hace 15 años. Esta crisis de oferta se manifiesta a la hora de ir a votar", declara.

Gemma Ubasart también cree que la alta abstención es "un dato a considerar". "Identifica una tendencia de fondo, que una parte de la ciudadanía no se siente interpelada por la cosa pública, y este sector, esta desafección, es cada vez mayor".

Los electores franceses tendrán una nueva oportunidad para manifestarse el próximo domingo en la segunda vuelta de las legislativas que, esta vez sí, decidirán cuál es el aspecto de la nueva Asamblea Nacional.