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Museo de humor gráfico en el Toboso: Don Quijote y Dulcinea a través de divertidas ilustraciones

  • El Museo del Humor Gráfico recopila viñetas de una treintena de autores
  • Está emplazado en una antigua bodega del siglo XVI en El Toboso

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Museo del Humor Gráfico de El Toboso
Museo del Humor Gráfico de El Toboso

Ubicado a tan solo unos metros de la Iglesia, Plaza Mayor, y Museo Cervantino, el Museo de Humor Gráfico recopila 70 dibujos de autores como Mingote, Mendi o Peridis, cedidos por José Luis Martín Mena. Ilustradores que tratan con humor e ironía el amor entre Don Quijote y Dulcinea, a la vez que hacen crítica social.

Sobre Martín Mena

Al igual que Don Quijote de La Mancha se enamoró de Dulcinea, el humorista gráfico José Luis Martín Mena quedó prendido de El Toboso. Según Vicenta Moreno, responsable del museo, “vino una vez por aquí, se enamoró de nuestro pueblo, y cedió parte de su colección privada a la Villa del Toboso”.

Nadie se va de aquí sin haber esbozado una sonrisa

Así, pueden encontrarse viñetas de una treintena de autores publicadas durante los años 90 que retratan el amor de Alonso Quijano (Don Quijote) por Aldonza Lorenzo (Dulcinea), mientras hacen crítica social. “A la gente le llama la atención que ya llevan años publicadas y se ajustan perfectamente a la vida actual de nuestro país. Nadie se va de aquí sin haber esbozado una sonrisa, y algunos, alguna carcajada”, asegura Vicenta.

Museo en una antigua bodega

Se inauguró en el año 2003 y está ubicado en una casa típica manchega del siglo XVI que anteriormente fue bodega. De este modo, explica la alcaldesa de El Toboso, María del Pilar Arinero, “complementa con el patrimonio porque a la vez que visitamos este museo y disfrutamos de las láminas, estamos visitando una casa con la estructura típica de La Mancha”.

Viñeta del Museo del Humor Gráfico de El Toboso

Viñeta del Museo del Humor Gráfico de El Toboso

Está dividido en dos plantas: la primera dedicada a Don Quijote y con una sala para que los niños y niñas puedan jugar mientras los familiares ven el museo, y una segunda planta dedicada a Dulcinea. Cada año pasan por él entre 35.000 y 40.000 visitantes -cifras pre-pandemia-. Se pueden hacer visitas por libre o guiadas, de manera individual, o en grupo.