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Coronavirus

Dos años de pandemia, seis millones de muertos y un acceso muy desigual a las vacunas

  • Aunque lo peor de ómicron ha pasado, la OMS recuerda que aún es demasiado pronto para cantar victoria
  • Los contagios siguen siendo elevados y solo el 14% de las personas en países de bajos ingresos ha recibido la vacuna

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Una trabajadora sanitaria administra una dosis de la vacuna COVID en Yaundé, Camerún.
Una trabajadora sanitaria administra una dosis de la vacuna COVID en Yaundé, Camerún.

El segundo aniversario de la declaración de pandemia de COVID-19 por parte de la Organización Mundial de la Salud llega en un momento de relativa calma, después de que a comienzos de año la propagación del virus se reactivase de manera imparable debido a la aparición de la variante ómicron, sembrando a su paso un rastro de infecciones desconocido. Sin embargo, el volumen de contagios no se ha traducido en un impacto proporcional en los diferentes sistemas sanitarios, debido a la aparente mayor levedad de la nueva variante, la inmunidad adquirida por la amplia circulación del virus en olas anteriores y, sobre todo, a que el mundo cuenta ya con una cobertura vacunal importante, que ha reducido la gravedad de los casos y ha impedido nuevos colapsos sanitarios.

Europa, que fue uno de los primeros continentes golpeados por ómicron, parece decir adiós a la crisis sanitaria. Pero la OMS pide que no se cante victoria tan pronto. Aunque lejos de los más de 20 millones de casos semanales que se registraban en el pico de la ola ómicron a finales de enero, tampoco se han recuperado los niveles anteriores a la llegada de la variante, cuando se rondaban los cuatro millones de positivos por semana en el planeta. "El virus sigue expandiéndose a niveles aún demasiado rápido, y aunque ha habido una tendencia descendente, aún superamos los 10 millones de casos semanales", alerta la OMS. En el mundo, el nuevo virus ya se ha cobrado la vida de más de seis millones de personas, aunque la comunidad científica no duda de que esta cifra sería mucho mayor si no se hubiese contado con el escudo protector de las vacunas.

Más del 64% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de una vacuna contra la COVID-19. Se han administrado casi 11.000 millones de dosis en todo el mundo, pero la desigualdad sigue siendo la nota predominante desde que arrancaron las campañas de inmunización en todo el mundo. Únicamente el 13,7% de las personas en países de bajos ingresos ha recibido la vacuna. La principal razón es la falta de disponibilidad, aunque existen otras explicaciones, como los problemas logísticos para gestionar estas campañas o el rechazo de la población debido a miedos infundados ante efectos secundarios.

  • ÁFRICA:

Las bajas coberturas de vacunación convierten a este continente en el verdadero avispero de la pandemia, ya que es donde más probabilidades hay de que surja alguna de las mutaciones del SARS-CoV-2 con capacidad para extenderse por el resto del mundo y poner en peligro la inmunidad conseguida bien por vacunación o bien por contagio previo, además de amenazar a la estabilidad alcanzada gracias a otras medidas no farmacológicas.

Apenas un 19% de la población africana ha recibido al menos una dosis de vacuna contra la COVID-19. Dentro del continente, solo hay un puñado de países que alcanzan coberturas significativas, como Seychelles (alrededor del 81% de su población con la pauta completa), Mauricio (74%), Marruecos (62%), Túnez (53%), Botsuana (51%) o Ruanda (59%). Por el contrario, los grandes vacíos de vacunación son la nota predominante, con países donde prácticamente casi nadie se ha vacunado, como Burundi (0,075% de la población con la pauta completa), República Democrática del Congo (0,48% de su población), Chad (0,84%) o Sudán del Sur (3,7%).

Después de dos años de pandemia, África se ha visto golpeado por el virus de una manera muy desigual. Para buena parte del continente, la pandemia de COVID-19 se ha convertido en una crisis sanitaria más que ha pasado a engrosar una larga lista de adversidades. Los sistemas sanitarios deficientes o directamente inexistentes hacen que sea muy difícil obtener una imagen real de su impacto en muchos de estos países, donde la juventud de la población, unida a otros factores, ha hecho que el virus pase más desapercibido. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que alrededor del 85% de los casos no están siendo diagnosticados.

  • ASIA:

Dos años después de la declaración oficial del inicio de la pandemia, el continente más poblado se enfrenta a una nueva ola de contagios sin precedentes debido a la variante ómicron, que ha hecho que se retomen o se refuercen las medidas restrictivas. Asia cuenta con el 65% de su población completamente vacunada, aunque detrás de este porcentaje se esconden enormes desigualdades, ya que mientras hay países con tasas de vacunación altas donde en algunos incluso se han iniciado campañas de terceras dosis, en otros las cifras de vacunación son muy preocupantes. En lo más alto de la tabla se encuentran Emiratos Árabes Unidos (95% de su población completamente vacunada), Singapur (90%), Corea del Sur (87%), China (85%); Camboya (82%), Japón (80%), Malasia y Vietnam (79%), o Taiwán (76%). En el lado opuesto están algunos países de Oriente Medio, una región que la OMS ha identificado como la de mayor retraso en las campañas de vacunación COVID a nivel mundial, junto con África. Yemen, con solo un 1,2% de su población completamente vacunada, está a la cola del continente asiático, seguido por Siria (6,9%), Afganistán (11%) e Irak (17%).

En la mayoría de los países y territorios asiáticos, los casos de COVID-19 se han disparado, como en Japón, Corea del Sur, Hong Kong, China o Singapur. También en Filipinas, donde la pauta completa de la vacuna ronda el 34%. India, el segundo país más poblado del planeta, alcanza el 58% de población completamente vacunada, y esta cobertura insuficiente inquieta de cara a controlar la transmisión del virus a nivel mundial, el principal requisito para poder declarar el fin de la pandemia. En el subcontinente indio, las cifras de vacunación de otros países con capacidad para convertirse en bombas epidemiológicas son alarmantemente bajas, como es el caso de Pakistán (45% de su población completamente vacunada) o Bangladesh (53%).

Un hombre recibe la vacuna Covishield en la ciudad india de Nueva Delhi.

Un hombre recibe la vacuna Covishield en la ciudad india de Nueva Delhi. Prakash SINGH / AFP

  • AMÉRICA:

Mientras que Europa parece haber pasado lo peor de la embestida de ómicron; América es, junto con Asia, el continente que ha sufrido con mayor intensidad durante las últimas semanas la aparición de la nueva variante, lo que ha obligado a algunos países a imponer nuevos confinamientos y otras medidas de choque para frenar el avance del virus. Sin embargo, el continente americano cuenta con una cobertura relativamente alta de vacunación. Sorprende que uno de los países que ha dispuesto de más vacunas, y también donde se ha apostado más por su desarrollo, como Estados Unidos, se haya quedado en un discreto 65% de población completamente vacunada, lo que podría explicarse debido a que una buena parte de sus habitantes se han mostrado reacios desde el principio a recibir la vacuna.

El país americano que hasta ahora ha conseguido una mayor cobertura vacunal es Chile, con más de un 90% de su población completamente vacunada. Le sigue muy de cerca Cuba, donde un 87% de sus habitantes disponen ya de la pauta completa. El país caribeño, que tiene una gran tradición científica en el campo de las vacunas, ha conseguido desarrollar tres, lo que le ha permitido alcanzar una de las mayores coberturas de inmunización del mundo. Otras naciones con tasas relativamente altas son Canadá (más del 81% de su población completamente vacunada), Argentina (80%), Uruguay (78%), Ecuador (76%), Costa Rica (75%) y Brasil (73%).

En el extremo opuesto, Haití vuelve a situarse en la cola del continente. El país más pobre de América, que también es uno de los que menos recursos dispone de todo el planeta, apenas cuenta con un 0,9% de su población completamente vacunada, lo que le sitúa a la altura de los países africanos más desfavorecidos.

En Centroamérica, la peor parte se la lleva Guatemala, cuya población con la pauta completa no alcanza el 31%, seguida por Honduras (45%) y Belize (menos del 51%).

  • EUROPA:

Europa, y más concretamente la Unión Europea y Reino Unido, que concentran aproximadamente el 70% de la población del continente, integran una de las regiones del mundo con mayor porcentaje de cobertura vacunal, aunque nuevamente las diferencias son muy marcadas entre los distintos países. En este caso, las desigualdades no se deben a la falta de vacunas, sino a un rechazo expreso de parte de su población.

En la Unión Europea, los países del Este y los que integran la Península Balcánica son los que menor porcentaje de población vacunada tienen. El caso más llamativo es el de Bulgaria, que está plenamente integrada en la UE, pero que apenas cuenta con un 16% de su población con la pauta completa, según la web Our world in data. Le siguen Rumanía (28%), Eslovaquia (51%), Croacia (55%), Eslovenia (59%), Polonia (59%) y Estonia (63%). Fuera de la Unión Europea, los países menos vacunados son Moldavia (13%), Bosnia y Herzegovina (26%), Ucrania (35%), Macedonia del Norte (40%), Albania (42%), Montenegro (45%), Serbia (48%) y Rusia (49%).

En cuanto a los países europeos con mayor tasa de vacunación, Portugal ocupa el primer puesto, con un 93% de su población con la pauta completa. Le siguen España, con un 84%, e Irlanda con un 80%. La media de la Unión Europea completamente vacunada es del 73%, un porcentaje que cae al 65% cuando se incluye a todos los países del continente.

Varias jóvenes, después de recibir la vacuna COVID en un colegio de Colombo, en Sri Lanka.

Varias jóvenes, después de recibir la vacuna COVID en un colegio de Colombo, en Sri Lanka. ISHARA S. KODIKARA / AFP

Europa fue la región del mundo más golpeada al inicio de la pandemia, y también se ha visto arrasada por la variante ómicron, con incidencias de contagios disparadas, nunca vistas hasta ese momento. Sin embargo, una vez alcanzada la estabilidad después del paso de la nueva variante, el continente se prepara para vivir meses de relativa calma. Algunos países han levantado buena parte de las restricciones sanitarias y otros están anunciando planes para hacerlo en breve. El alto índice de población vacunada e infectada, la menor severidad de la nueva variante y la llegada de las estaciones más cálidas hacen prever que Europa tiene ante sí la posibilidad de controlar la pandemia de cara a los próximos meses.

  • OCEANÍA:

Oceanía fue el continente que en un principio menos sufrió el impacto de la pandemia de COVID-19, debido entre otros factores a la insularidad de sus países, lo que supone una barrera natural de protección, así como a las duras restricciones impuestas por algunos de sus gobiernos. Sin embargo, la explosión de casos, especialmente en Australia, que concentra más del 60% de la población total del continente, le convirtió a comienzos de año en la región del mundo con mayor tasa de contagios diarios registrados por primera vez, al superar a Norteamérica a mediados de enero debido a la rápida expansión de ómicron.

La media de vacunación completa de Oceanía es del 61%. Sus dos principales economías, Australia y Nueva Zelanda, son también las que mayor porcentaje de población con la pauta completa presentan, con un 80% y un 78%, respectivamente. Muy lejos de ambos, el tercer gran país en cuanto a población, Papua Nueva Guinea, apenas llega al 2,7%, en línea con los estados más desfavorecidos del planeta.