Enlaces accesibilidad

El estrecho del Bósforo, clave para Ucrania en la guerra: la única salida al Mediterráneo desde el Mar Negro

Por
REUTERS / Yoruk Isik / File Photo
El submarino de la Armada rusa Rostov-on-Don, camino al Mar Negro, en Estambul, Turquía

Tras el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania, Kiev instó a Turquía a reaccionar al ataque con el cierre a los barcos de este país del estrecho del Bósforo (que conecta el Mar Negro con el Mar de Mármara) y el de los Dardanelos (que une el anterior con el mar Egeo). Su bloqueo supondrá, por lo tanto, cortar la única salida al Mediterráneo con la que cuenta la gran flota militar que Rusia tiene establecida en el Mar Negro.

Después de que la guerra empezara el pasado jueves con el ataque ruso a Ucrania, el embajador de Ucrania en Ankara; Vasly Bodnar, lanzaba una petición a Turquía: "Pedimos que cierre su espacio aéreo a los aviones rusos y cierre los Dardanelos y el Bósforo", ha dicho Bodnar, que también ha solicitado su apoyo financiero y humanitario en "estos momentos difíciles".

El tráfico marítimo en la zona, que ha sido causa de incontables conflictos a lo largo de la historia, está regulado desde 1936, cuando se firmó la Convención de Montreux, un acuerdo por el que Reino Unido transfería a Turquía la soberanía sobre los estrechos del Bósforo y los Dardanelos. Esta es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que se plantea la aplicación de ese tratado en tiempos de guerra.

La regulación permite, en tiempos de paz, el paso de navíos militares de menos de 15.000 toneladas, exigiendo 15 días de preaviso y estableciendo un límite en número y tamaño a los barcos de países no ribereños, cuya estancia no puede superar, además, los 21 días. Estas limitaciones impiden el envío de portaviones de países de la OTAN al Mar Negro, al superar todos ellos el máximo de peso establecido. En tiempos de guerra, sin embargo, la aplicación del tratado dependerá de la posición que Turquía adopte ante el conflicto.

La llave del mar negro

Turquía, como hizo durante la Segunda Guerra Mundial, ha cerrado los dos estrechos a los navíos militares involucrados en la guerra excepto para retornar a su base de origen.

Si, en algún momento, decide entrar en el conflicto, podrá autorizar o denegar el pasaje a cualquier embarcación, sea cual sea su tonelaje. Ahora bien, la elección de un bando u otro no se plantearía como una cuestión sencilla para Ankara, con intereses en ambos bandos.

El 33% del gas que consume Turquía proviene de Rusia, por lo que de elegir apoyar al bloque contrario podría traer consigo un corte de suministro con graves consecuencias para su economía. Pero apoyar al Kremlin supondría la fractura de las relaciones turcas con la UE, donde venden un 40% del total de sus exportaciones.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ya advertía la semana pasada que los lazos "políticos, militares y económicos" con Ucrania y Rusia hacen imposible romper con ninguno. Ankara cuenta con el artículo 21 de la Convención de Montreux que refleja la posibilidad para Turquía de actuar con la misma libertad que si decidiera entrar en el conflicto si percibe "una amenaza inminente" de guerra, incluso sin ser parte de ella. En ese caso, eso sí, debería informar a la ONU en busca de aprobación para cualquier maniobra que decidiera tomar.

Turquía condena el ataque, pero no se pronuncia sobre el Bósforo

El Gobierno turco condenó la invasión rusa a Ucrania, a la que calificó como una "inaceptable violación del derecho internacional" y una amenaza a la seguridad del mundo. La Presidencia ha emitido un comunicado en el que asegura que mantendrá su apoyo a la integridad territorial, soberanía y unidad política de Ucrania. No se pronunció, sin embargo, sobre la petición lanzada desde Kiev sobre el estratégico estrecho del Bósforo.

"Le he repetido a Zelenski, con quien hablé hace un rato, que Turquía respalda la lucha de Ucrania para defender su integridad territorial. Repetimos que el problema debe resolverse en el marco de los Acuerdos de Minsk, tal y como le dije ayer a Putin", dijo el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.