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Libia pospone las elecciones en medio de una creciente tensión bélica

  • Las decisiones judiciales para readmitir a candidatos vetados han llevado al bloqueo del proceso
  • Los comicios, que estaban previstos para este 24 de diciembre, se retrasan un mes

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Dos hombres comprueban sus nombres en el censo expuesto en en un colegio electoral de Trípoli
Comprobación del censo en un colegio electoral de Trípoli el mes pasado

La Comisión Electoral Suprema libia ha decidido posponer las elecciones presidenciales y legislativas previstas para este viernes 24 de diciembre en medio de una creciente tensión bélica que amenazaba el acuerdo de alto el fuego negociado hace más de un año por Rusia y Turquía, y que había abierto la puerta un nuevo proceso de paz y reconciliación impulsado por la ONU.

En un informe remitido al Parlamento desplazado desde 2014 en la ciudad oriental Tobrouk por las disputas entre el este y el oeste del país, el presidente de la Comisión Electoral Suprema libia, Imad al Sayeh, aseguró que el conflicto que existe entre el poder político y el poder judicial sobre la designación de candidatos "hace imposible que la consulta se pueda celebrar en la fecha fijada".

El aplazamiento, al que el martes se opusieron algunos candidatos, era un secreto a voces desde que hace dos semanas la propia comisión decidiera posponer la aprobación de las candidaturas después de que eliminara a varios candidatos y estos recurrieran a tribunales locales, que los reintegraron en la carrera electoral.

Y parecía muy probable desde que en septiembre el Parlamento en Tobrouk --el último elegido democráticamente, pero carente de legitimidad al no constituirse a tiempo-- emitiera una ley electoral que fue rechazada de inmediato por el Consejo Superior de Estado, una suerte de Senado formado en Trípoli durante el fallido proceso de paz que también lideró la ONU en 2015.

La autoridad electoral ha propuesto aplazar la votación un mes.

Los tres candidatos de la polémica

El obstáculo principal ha sido, hasta la fecha, las candidaturas presentadas por Saif al Islam, hijo y presunto sucesor de Muamar al Gadafi, el tirano derrocado en 2011; por el mariscal Jalifa Hafter, líder de las milicias del este y hombre fuerte del país; y por el primer ministro interino, Abdelhamid Debaibah, un multimillonario que hizo fortuna como director de la oficina estatal de construcción durante la dictadura.

Los tres apelaron y fueron restituidos como candidatos por distintos tribunales, que consideraron que Saif al Islam y Hafter eran elegibles pese a haber sido condenados por tribuales locales por crímenes de lesa humanidad, y que Al Debaibah podía concurrir pese a que no había dejado su puesto con tres meses de antelación y a que había prometido no presentarse cuando fue designado.

En este contexto, fuentes próximas a la oficina de Al Debaibah confirmaron que este "ha retomado sus funciones" de forma habitual tras el aplazamiento, ya que considera que el mandato que le dio el Foro para el Diálogo Político para Libia (FDPL) --un organismo no electo creado ex profeso por la ONU-- se extiende hasta la celebración de los polémicos comicios.

Una interpretación que no comparten otras fuerzas en el centro, este y sur de Libia, que desde hace semanas piden que se elija otro gobierno de unidad transitorio para este cometido.

Ante el temor a un vacío de poder causado por el aplazamiento que condujera a un nuevo conflicto, y en ausencia de un enviado especial para Libia desde la renuncia hace tres semanas de Jan Kubis, la secretaria general de la ONU nombró días atrás asesora especial a la diplomática estadounidense Stepahnie Williams, la mujer que ideó el FPDL y lanzó el proceso electoral.

Williams ha tenido en los últimos días una frenética actividad para tratar de mitigar las amenazas y mantener vivo un proceso clave que su país y la Unión Europea consideran clave para la estabilidad de Libia, pero que Rusia y Turquía han torpedeado.

Por su parte, el enviado especial y embajador de Estados Unidos en Libia, Richard Norland, ha instado a los responsables políticos y judiciales a abordar y resolver de manera urgente las discrepancias y a finalizar la aprobación de candidaturas. Y ha pedido a todas las partes que neutralicen el clima de tensión bélica que amenaza Trípoli y otras ciudades del país: "Este no es el momento de tomar medidas unilaterales u ordenar despliegues armados ya que conducirían a una escalada de la violencia".

La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) ha advertido, por su parte, que el aplazamiento ilustra la necesidad de abordar las innumerables violaciones de derechos humanos que han caracterizado todo el período previo a la convocatoria.