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Brasil

El Parlamento de Brasil rechaza un cambio en el sistema de voto exigido por Bolsonaro

  • La Cámara Baja archiva por completo la iniciativa, que necesitaba el respaldo de al menos tres quintas partes del pleno
  • El sistema electrónico de votación funciona en Brasil desde 1996 y no ha sido nunca objeto de sospechas de pucherazo

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reacciona durante una ceremonia en el Palacio Planalto en Brasilia, Brasil, el 5 de agosto de 2021. 
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reacciona durante una ceremonia en el Palacio Planalto en Brasilia, Brasil, el 5 de agosto de 2021. 

El pleno de la Cámara de Diputados de Brasil enterró este martes por mayoría la propuesta apadrinada por el presidente Jair Bolsonaro para cambiar el sistema de voto electrónico, a raíz de la cual se ha desatado un grave conflicto institucional.

Por 229 votos a favor -de los 308 necesarios-, 218 en contra y una abstención, los diputados brasileños rechazaron incluir una enmienda en la Constitución para adoptar un sistema mixto de votación en las elecciones con urnas electrónicas y papeletas, como exigía el mandatario ultraderechista.

Bolsonaro ha llegado a amenazar con no reconocer el resultado de las elecciones presidenciales de 2022 si no se adoptaba como complemento el voto impreso, pues está convencido de que las urnas electrónicas, vigentes en el país desde 1996, fomentan "fraudes", aunque no ha aportado prueba alguna al respecto.

La Cámara Baja archiva la iniciativa

La decisión de la Cámara Baja es una dura derrota para el presidente y archiva por completo la iniciativa, que necesitaba el respaldo de al menos tres quintas partes del pleno (308 de los 513 diputados) para pasar a trámite en el Senado.

"El resultado no alcanzó el quórum para su aprobación, será archivado y ese asunto está este año cerrado. No hay tiempo ni espacio para iniciar nueva discusión", afirmó al término de la sesión el presidente de la Cámara, Arthur Lira.

Lira recordó que los parlamentarios fueron electos con el voto electrónico, ahora cuestionado por Bolsonaro, y recalcó que el presidente brasileño se comprometió a reconocer el resultado.

"La urna electrónica es auditable, fraude es el voto impreso", sentenció el diputado Elvino José Bohn Gass, del progresista Partido de los Trabajadores (PT), contrario a la medida y quien pidió centrarse en combatir la crisis económica y sanitaria provocada por la covid-19.

El sistema de votación opera desde 1996

El sistema electrónico de votación, elogiado en diversas ocasiones por observadores internacionales, funciona en Brasil desde 1996 y no ha sido objeto de sospechas de pucherazo desde entonces.

Sin embargo, Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, ha emprendido una feroz campaña contra las urnas electrónicas de la que se ha valido para descalificar a las autoridades electorales y sembrar dudas sobre la legitimidad del método de escrutinio vigente.

El gobernante afirmó que el Tribunal Superior Electoral (TSE) no quiere adoptar las papeletas para favorecer a su mayor adversario político, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, hoy máximo favorito para ganar los comicios de octubre de 2022.

Esa ristra de acusaciones que ha repetido el jefe del Estado como un mantra en sus actos públicos llevó al TSE a reaccionar e intentar detener los ataques de Bolsonaro en la esfera judicial.

Investigado por difusión de noticias falsas

En este marco, el tribunal le abrió un proceso administrativo por esa campaña de descrédito y pidió a la Corte Suprema que le investigue penalmente por la difusión de noticias falsas contra las instituciones democráticas y hasta de documentos secretos de la Policía Federal

Antes de la votación en el pleno de la Cámara Baja, una comisión especial de ese órgano legislativo ya había rechazado el texto, pese a ello, el jefe de los diputados, Arthur Lira, quiso someterlo al análisis del pleno para poner "punto final" al asunto.

La votación de este martes estuvo envuelta además en una fuerte polémica, pues coincidió con un pequeño e inédito desfile militar en el que participó Bolsonaro frente al Palacio presidencial de Planalto.

La oposición progresista, incluso algunos líderes conservadores, repudió esa acción, que interpretó como una demostración de poder del líder ultraderechista con fines intimidatorios hacia los poderes Legislativo y Judicial.