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Vukovar, 30 años después del inicio de las guerras en la antigua Yugoslavia a través de los jóvenes de entonces y hoy

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Torre de agua de Vukovar, en Croacia.
Torre de agua de Vukovar, en Croacia.

Este ha sido un reportaje difícil y complejo. Un reto. ¿Por qué? Porque fui consciente desde el inicio de lo sensible que era el material con el que debíamos tejerlo. Las vivencias traumáticas de los supervivientes, recuerdos tan duros que cuesta verbalizarlos, la necesidad de equilibrar los testimonios, que no fuera un panfleto croata contra los serbios y, también, hartazgo de que los medios de comunicación visitemos una y otra vez el territorio de lo que fue Yugoslavia para recordar y reflexionar sobre la última guerra europea.

On the record

Ese ha sido el principal obstáculo, encontrar personas que quisieran darnos su testimonio, hablar con nosotros delante de cámara. En Vukovar un tercio de la población es serbia. Ellos, los serbios son hoy los perdedores de aquella guerra en Croacia y la minoría étnica/nacional (es la terminología que usan allí) que se siente amenazada por la mayoría.

Ellos han sido los más dispuestos a dar su testimonio, entre otras cosas porque son quienes más involucrados están en oenegés y organizaciones civiles dedicadas a la "reconciliación". "Reconciliación es una palabra que no usamos porque los croatas la consideran demasiado blanda. Usamos eufemismos como 'establecer diálogo'. Porque 30 años después aún es necesario dar ese primer paso", lo cuenta Lana Mayer, implicada en una de esas organizaciones, Casa Europa Vukovar y de ascendencia alemana. Otro ejemplo de ese crisol de orígenes que ha sido desde hace siglos Vukovar, a orillas del Danubio.

Algunas de las declaraciones más duras e ilustrativas son off the record, las tengo anotadas a vuela plumas en el cuaderno, son cosas que me dijeron a condición de no grabar.

Off the record

Ha sido un rodaje con mucho off the record. Al teléfono desde España, antes de viajar a Vukovar, y una vez allí para ganarme la confianza de mis interlocutores, para que me ayudaran a lograr buenos testimonios y a entender mejor por lo que pasaron y el poso que les ha dejado. A quienes lo vivieron a quienes han nacido después.

"Hijo, está bien que hables con los serbios, pero tampoco hace falta exagerar". "Siempre he odiado ser hija de matrimonio mixto. No soy de nadie, no quepo en ningún molde". "Quien más alimenta la tensión ahora, junto con los políticos nacionalistas es la iglesia"."Decir que echas de menos Yugoslavia es blasfemia". "A quién le importa una mierda las nacionales". Son algunas de esas anotaciones en mi cuaderno de rodaje.

Este verano se cumplen 30 años del inicio de las guerras en la antigua Yugoslavia. Una cadena bélica que empezó tras la declaración unilateral de independencia de Eslovenia y Croacia; luego, en Bosnia-Herzegovina; y hasta Serbia y Kosovo. Casi una década de matanzas. La ciudad de Vukovar (Croacia) fue el primer escenario de las mayores atrocidades en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Antes del horror de Srebrenica (Bosnia) fue Ovcara, en las afueras de Vukovar.

Vukovar (Croacia) 30 años después del inicio de las guerras

El río Danubio a su paso por Vukovar (Croacia). EN PORTADA

"Hoy tú y yo nos tomamos un café, y mañana nos vamos a matar el uno al otro", así, y en castellano, es la frase con la que resume Kresimir Musulin la batalla entre vecinos en aquella guerra. El conflicto truncó su carrera como jugador de waterpolo cuando tenía 19 años. Tuvo que abandonar la piscina y el balón, y empuñar un arma. Terminada la guerra era ya demasiado tarde para volver a competir. Musulin se convirtió en entrenador y lo ha sido en España, en el País Vasco. Él es una de las voces que recoge En Portada en Vukovar.

Los croatas, ante el reto de pasar página

Vukovar en 1991 sufrió un asedio de tres meses por parte del ejército yugoslavo y milicias serbias que la arrasó, un éxodo forzado y la primera matanza multitudinaria.

Yo no quiero tener tanto odio. Es una enfermedad

Jóvenes de entonces y de ahora reflexionan sobre cómo se llegó a aquellas matanzas, cómo les transformó la vida y cómo les sigue afectando hoy. "Yo no quiero tener tanto odio. Es una enfermedad". Es el sentimiento que comparte Ivana Palecek.

Vukovar (Croacia) busca pasar página de su pasado

La ciudad de Vukovar, 30 años después EN PORTADA

Ahora, Vukovar es la ciudad mártir para los croatas y los gobiernos nacionalistas lo fomentan mientras toda una generación nacida tras la guerra reclama más futuro y menos pasado. "Nos tienen olvidados. A los políticos solo les importamos para venir a explotar la guerra de hace treinta años", expresa Luka Bogojevic, de 18 años. En Vukovar un tercio de la población es serbia.

La próxima vez que vuelva a ver algo parecido me monto en un avión y me largo lejos. A Bali, a Australia. Nunca aceptaré la guerra como solución”. Es la conclusión de Sasa Bjelanovic. Serbio. Tenía 15 años cuando estalló la guerra. Se libró de la guerra hasta que fue mayor de edad y los serbios lo reclutaron para las campañas en la Krajina y en Bosnia-Herzegovina. “Treinta es mucho, pero a la vez es muy poco para la historia y para volver a la normalidad”. Con esta reflexión de Kresimir Musulin termina el reportaje.

Croacia es el miembro más reciente de la Unión Europea.