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Juicio en la Audiencia de Madrid

El pequeño Nicolás declara ante el juez: "Quería tirarme el pisto, sentirme poderoso"

  • Se reunió en Ribadeo con el propietario de Alsa haciéndose pasar por un enlace entre el Gobierno y la Casa Real
  • Con la ayuda de dos agentes de policía, imitó una comitiva de coches oficiales similar a las de la UEFA

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El pequeño Nicolás, Francisco Nicolás Gómez Iglesias, llega a la Audiencia Provincial de Madrid
El pequeño Nicolás, Francisco Nicolás Gómez Iglesias, llega a la Audiencia Provincial de Madrid.

Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como el pequeño Nicolás, ha asegurado ante el juez que cuando viajó para reunirse con el empresario Jorge Cosmen en la localidad lucense de Ribadeo pretendía tirarse "el pisto" y sentirse "poderoso", pero no pretendía que creyera que era una "autoridad".

Gómez Iglesias ha declarado este martes ante el tribunal de la sección 17 de la Audiencia Provincial de Madrid acusado de hacerse pasar por un enlace entre la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real para organizar ese encuentro con el presidente de Alsa en 2014.

Está acusado de delitos de usurpación de funciones públicas, falsedad en documento oficial y cohecho pasivo, por los que la Fiscalía pide siete años de prisión para él y una multa de 81.000 euros.

"Yo quería tirarme el pisto con el empresario y hacer un viaje. Con esa inmadurez quería asemejarme a los mayores y creerme poderoso. Quería que pareciera que yo era una persona importante. No quería parecer una autoridad, solo una persona importante", ha declarado ante el tribunal.

Una comitiva como la de la UEFA

En ese contexto, ha insistido en que él "estaba al corriente de la política" y sabía que el cargo de enlace entre Casa Real y el Gobierno "no existía". "No quería dar impresión de una autoridad, sino de persona importante", ha insistido.

Ha negado también que usara unas acreditaciones falsas del Ministerio de Interior, que según la Fiscalía habría elaborado él mismo, para la comitiva de coches con la que se desplazó a Ribadeo, incluidos cuatro vehículos alquilados por el propio Gómez Iglesias.

Según ha descrito, eran un mero "folio plastificado donde ponía coche uno y abajo la matrícula en grande". "Era lo único que ponía, no ponía nada más porque quería parecer una comitiva como las que hace la UEFA porque son así, no pone ningún distintivo", ha expuesto.

"En esa época no tenía el tratamiento psiquiátrico que tengo desde hace años. Yo en ese momento creía que tenía que ampliar mi poder. Para que me hiciera caso decidí organizar la comitiva", ha añadido.

Dos agentes de policía acusados

En esa comitiva integró a las otras dos personas que se sientan en el banquillo junto a él: el cabo de la Policía Municipal de Madrid Jorge González, y el policía municipal del pueblo toledano de Torrijos Carlos Pérez. Los dos agentes están acusados de presuntos delitos de usurpación de funciones públicas y cohecho pasivo. Se enfrentan a cinco años y medio de cárcel, inhabilitación durante año y medio, y una multa de 15 meses con una cuota diaria de 10 euros.

El encausado contactó con el cabo y le pidió medios policiales para "aparentar el carácter oficial", como rotativos luminosos, aparatos de transmisión y 'pinganillos'. Este agente a su vez contactó con Pérez. El primero recibió un pago de 2.000 euros y dio a su compañero 400 euros, de acuerdo con el escrito del Ministerio Público.

El escrito de acusación detalla que el 13 de agosto de 2014 Cosmen y el pequeño Nicolás almorzaron en el restaurante del Club Naútico de Ribadeo, una reunión a la que, según Gómez Iglesias, “asistiría una persona muy importante de la Casa Real”, algo que nunca ocurrió.

Escolta municipal y saludo del alcalde

Al llegar a Ribadeo, fueron acompañados por un coche y dos motos de la Policía Municipal, una escolta que había solicitado días antes por teléfono, identificándose como el enlace entre Vicepresidencia y Casa Real. También reservó mesas y plazas de aparcamiento en el Club Náutico, indicando igualmente que iría "una alta personalidad de la Casa Real".

Ya en el restaurante, Gómez Iglesias fue recibido por el alcalde de Ribadeo, al que se presentó como dicho enlace y con quien "departió brevemente", antes de comer con el empresario. El agente González interrumpió la comida para avisarle de que tenía una llamada de la entonces vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, lo cual era falso. Tras la comida, regresaron con la misma "comitiva" a Madrid.

La acusación popular que ejercen la Asociación Municipal Unificada de Madrid (APMU) y Podemos solicita once años de cárcel para el pequeño Nicolás; la Abogacía del Estado, 21 meses de prisión y una multa, y el Ayuntamiento de Madrid reclama tres años y medio de cárcel.