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Justicia universal

Alemania condena a un exagente sirio en el primer juicio en el mundo contra el régimen de Bachar al Asad

  • Alghareib ha sido condenado a cuatro años y medio de prisión por complicidad en torturas a prisioneros del régimen sirio
  • Otro imputado aún espera condena con 58 cargos por asesinato y 4.000 por torturas

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Un hombre en motocicleta pasa entre edificios derruidos en la ciudad de Nairab, en la región de Idlib, Siria, el 17 de abril de 2020.
Un hombre en motocicleta pasa entre edificios derruidos en la ciudad de Nairab, en la región de Idlib, Siria, el 17 de abril de 2020.

La justicia alemana ha condenado este miércoles a cuatro años y medio de prisión a un exagente de los servicios secretos sirios, en el primer juicio del mundo por crímenes del régimen del presidente Bachar al Asad.

La Audiencia de Coblenza ha declarado culpable por complicidad en torturas a Eyad Alghareib, exmiembro de la inteligencia militar y al que se juzga en Alemania junto con Anwar Raslan, exmando de los servicios secretos, cuya sentencia se espera en los próximos meses.

La sentencia contra Alghareib es la primera que se dicta en este proceso, que crea un precedente por ser el primero en el mundo en que se juzga por delitos de lesa humanidad a miembros del régimen sirio. Por delitos de 'lesa humanidad', se entienden aquellos crímenes especialmente atroces y de carácter inhumano, que forman parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil, en este caso, la siria.

Es por tanto una de las cuatro clases de crímenes que las Naciones Unidas consideran de mayor trascendencia para la comunidad internacional, junto al crimen de genocidio, los crímenes de guerra y el crimen de agresión.

Transportista de prisioneros

La acusación contra este exagente se disgregó de la correspondiente al principal procesado, lo que ha acelerado el procedimiento. Al condenado, de 44 años, se le imputaba complicidad en el transporte a una prisión a prisioneros del servicio secreto sirio, a los que se sometió sistemáticamente a torturas.

La fiscalía, que pedía para el acusado cinco años y medio de cárcel, imputaba a Alghareib por haber entregado a los servicios secretos a unos 30 detenidos, en 2011, que fueron torturados durante su encarcelamiento.

La defensa había solicitado su libre absolución, con el argumento de que el procesado cumplía órdenes de sus superiores y que, de haberse negado, habría sido acusado de deserción, lo que se castiga con la pena de muerte. El proceso en Alemania se rige por el principio de la jurisdicción universal para crímenes de lesa humanidad.

Los acusados habían pedido asilo a Alemania

Ambos procesados llegaron a Alemania en 2014, tres años después de abandonar su país, y se registraron como peticionarios de asilo. Otros refugiados les identificaron como antiguos miembros de los servicios secretos del régimen, a lo que siguieron complejas indagaciones de la fiscalía alemana hasta presentar acusación formal contra ambos por torturas.

A Raslan la fiscalía le imputa 58 cargos por asesinato y 4.000 por torturas. Se trata del número de víctimas que se estima murieron o fueron torturadas mientras el procesado era el responsable militar de la prisión de Al Jatib, en Damasco, entre abril de 2011 y septiembre de 2012.