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Los muros también curan: los arquitectos andaluces piden una reflexión para hacer más acogedoras las residencias

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Sin casos de COVID-19 en la residencia más antigua del mundo en Sevilla

La residencia de ancianos más antigua del mundo está en Sevilla y tiene 500 años. Ya sobrevivió a la epidemia de peste del siglo XVII y en esta pandemia no ha registrado ni un positivo de Covid-19 entre sus 80 residentes. En parte, nos dicen, gracias a su arquitectura de estilo barroco, lo que se traduce en amplios patios, mucha luz natural y grandes ventanales enfrentados que permiten una ventilación cruzada. "Tanta ventilación mecanizada como hay ahora no permite una ventilación de aire, que se prevé como una de las mejores medidas de prevención", explica a RTVE Noemí Sanchís, presidenta del consejo de arquitectos de Andalucía.

El futuro de las residencias de ancianos

Este organismo está llamando a la reflexión para acometer una renovación profunda de las residencias de ancianos, a las que se les han visto las vergüenzas en esta pandemia. No solo por los muertos por coronavirus, sino también por las consecuencias psicológicas del confinamiento en los geriátricos.

"Las residencias tienen que cambiar. Es importante que los ancianos no tengan la sensación de que van a pasar sus últimos días en un hospital sino en un hogar, y por eso las unidades de convivencia deben ser mucho más pequeñas, más personalizadas. Si recibes a tu familia en una sala con 200 personas más no tienes sensación de que esa sea tu casa", asegura Sanchís.

Algunos no se han muerto del virus y se han muerto de soledad. Esto es muy fuerte pero es la verdad

"Algunos no se han muerto del virus y se han muerto de soledad. Esto es muy fuerte pero es la verdad". Martín Román es el presidente de la federación de asociaciones de mayores de Andalucía. Se unió a este movimiento tras ver a su padre pasar de una residencia a otra. Falleció en un geriátrico público donde no le gustó cómo fue tratado. Su asociación gestiona ahora cinco residencias sin ánimo de lucro donde viven unos 250 ancianos.

"Arquitectónicamente las residencias no están preparadas para aislar a los enfermos. Llevamos mucho tiempo pidiendo que, si se detecta un positivo, se traslade al residente a un geriátrico medicalizado y así el resto podría seguir con su vida", afirma.

El negocio de los geriátricos

Antes de la pandemia, según los analistas, las residencias de ancianos eran un negocio en auge que encadenaba crecimientos desde 2015. Altas rentabilidades que tentaban a los fondos de inversión. En 2019 el 65% de las nuevas plazas eran privadas. Ahora se está a la espera de las consecuencias que la pandemia pueda tener en la legislación.

"No podemos partir de la premisa de que las residencias están deshumanizadas. Los trabajadores se dejan la piel y el alma", nos dice Andrés Rodríguez, director general de la cadena de geriátricos Macrosat, si bien reconoce que la normativa actual está "obsoleta". "Hace falta financiación para que el nivel de cuidados sea óptimo".

El 35% de las nuevas plazas en España son conciertos con la administración, según un estudio reciente. "Tienen que ser espacios de convivencia, pero eso implica más personal y más coste de los cuidados. Eso depende de los que se invierte en el sector. Ese proceso de transformación tiene un coste muy importante y necesita un impulso público como por ejemplo el sector del automóvil".

Más de 322.000 personas viven en residencias de ancianos en España. Casi el 90% de las plazas están ocupadas, son cuatro puntos más que en 2017. La previsión es que la demanda siga creciendo.