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Coronavirus

El turismo cierra una temporada de verano para olvidar: "Solo hemos visto la punta del iceberg de lo que viene"

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Un viajero solitario en el aeropuerto de Menorca
Un viajero solitario en el aeropuerto de Menorca.

El turismo español ha cerrado el peor verano de su historia por el golpe del coronavirus. La llegada de turistas extranjeros fue prácticamente nula en junio. En julio visitaron el país cerca de 2,5 millones viajeros internacionales, un 75 % menos que hace un año pese a la reapertura de fronteras. Mientras que en agosto, mes de vacaciones por excelencia, el desplome fue incluso mayor (75,9 %) y solo 2,4 millones cruzaron nuestras fronteras.

Para el presidente de la Mesa de Turismo, Juan Molas, los datos son “demoledores, dramáticos y catastróficos” y a ellos se suma la “incertidumbre absoluta” a la que se enfrenta el sector durante los próximos meses, condicionado por el imprevisible avance de la pandemia y la llegada de una vacuna o tratamiento eficaz.

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El sector confiaba en que la reapertura de fronteras exteriores y la libertad de desplazamientos interiores desde el 21 de junio animaría la demanda turística en los meses de verano. “Hubo una pequeña luz en el horizonte y, tras el fin del estado de alarma, se registró un repunte en las reservas para julio, agosto y septiembre”, explica Mola.

Sin embargo, a las pocas semanas se produjo un incremento en el número de casos y el miedo al contagio disparó las cancelaciones. Posteriormente llegaron las recomendaciones de no viajar a España y las cuarentenas impuestas por países como Reino Unido, principal destino emisor. Esto hizo que las reservas hoteleras cayeran en picado.

La temporada de verano se vino abajo a mediados de agosto, cuando aún teníamos posibilidades de recuperar al menos una parte de lo perdido”, señala el presidente, quien teme que esta crisis se prolongue hasta bien entrado 2021.

El turismo nacional no ha sido suficiente

Las previsiones no son nada optimistas. Desde la Organización Mundial de Turismo (OMT) estiman que España no recuperará los índices de turismo anteriores a la pandemia hasta finales de 2021. Mientras que el Banco de España aleja aún más la recuperación y da por hecho que la crisis turística continuará en nuestro país durante, como mínimo, dos años más.

En lo que respecta a este año, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha rebajado sus previsiones de tráfico para 2020, al prever una recuperación más débil de lo esperado, tras un final de la temporada de viajes de verano "desastroso". Según prevén, el tráfico de todo el año 2020 se reducirá un 66 % en comparación con el de 2019.

Ante este contexto, los empresarios se han visto abocados a un cierre de temporada anticipado. Ni siquiera la llamada a la movilización del turismo nacional y la caída de los precios hoteleros en casi un 10 % han ayudado a compensar el desastre.

De hecho, según adelanta el Instituto Nacional de Estadística (INE), las pernoctaciones se desplomaron un 95 % en junio hasta los 1,8 millones, cayeron un 73,4 % en julio hasta superar los 11,5 millones, mientras que en agosto se hundieron un 64,3 % hasta los 16,8 millones. Unas cifras que se sitúan muy lejos de las más de 127 millones de estancias registradas en el mismo periodo del pasado año –de junio a agosto de 2019-.

Todo ello a pesar de que algunas regiones españolas, como Cantabria y Asturias, han logrado niveles de ocupación del 70 %, muy por encima de la media nacional (44,2 %) y lejos de las islas Baleares (40,3 %) y Canarias (46,6 %), que ocupaban cada verano los primeros puestos del ranking gracias a los visitantes extranjeros.

Pérdidas de 100.000 millones de euros

Así, el año en el que se superarían los 84 millones de viajeros internacionales y que acercaría a España a la primera plaza en el ranking de los principales destinos turísticos mundiales, finalmente se ha cerrado con un récord, sí, pero en negativo.

Desde la Alianza para la excelencia turística (Exceltur) elevan las pérdidas del sector para 2020 hasta los 98.753 millones de euros y califican el panorama de "inusual y desolador", con una caída de la actividad turística del 64,7 % respecto al año anterior. La patronal considera que este desplome explicaría más de la mitad de la caída del Producto Interior Bruto (PIB) español para este año, debido al notable peso que el turismo tiene en la economía española.

A esto hay que sumar la pérdida de puestos de trabajo anotada durante los meses de verano. En total, el sector ha registrado 1.500.000 afiliados en los meses de junio, julio y agosto, casi 300.000 menos que el mismo periodo en 2019. El grueso de la contratación se lo llevan bares y restaurantes, con tres de cada cuatro empleos en este sector, con respecto a la pérdida del 20 % en los hoteles y del 14 % en agencias de viajes.

Se frena así una década de crecimiento continuo, aunque sin bajar a los números de 2010 en plena crisis económica, en parte por la puesta en marcha de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que han sostenido la caída.

"Solo hemos visto la punta del iceberg de lo que viene", asegura la presidenta del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo, Gloria Guevara, quien cree que la crisis del coronavirus desencadenará una oleada de inseguridad, pobreza e inmigración ilegal. "Las empresas están cerrando, se enfrentan a bancarrotas…, se acerca una crisis social sin precedentes", vaticina.

La situación económica no ayuda

Y es que el miedo al contagio pesa, pero la situación económica tampoco ayuda. Según una encuesta realizada por el Observatorio Nacional del Turismo Emisor (ObservaTUR), tres de cada diez viajeros nacionales descartaron viajar este verano por motivos económicos. De ellos, dos de cada tres apuntaban al descenso que habrían tenido sus ingresos, mientras que el 12 % alegaba temor y preocupación por la situación económica futura.

Las previsiones apuntan a que la contracción del PIB en 2020 será la más alta de la historia reciente. El Gobierno estima que se hundirá un 9,2 % este año y que no se recuperarán los niveles previos a la crisis, al menos, hasta 2022. El Banco de España es incluso más pesimista: eleva la caída hasta el 12,6 % y cree que la recuperación culminará en 2023.

Todo ello, apuntan los expertos consultados, agravará la situación de muchos hogares, que ya partía de una situación complicada. Antes de la llegada del coronavirus, un cuarto de la población española (12 millones) estaba en riesgo de pobreza o exclusión social y más de la mitad de los españoles tenía alguna dificultad para llegar a final de mes, según un informe de la Red Europea contra la Pobreza y la Exclusión. Ahora, el escenario es incluso peor y, aunque se desconoce su tamaño, ya que no ha habido tiempo ni medios para cifrarla, el sector, la administración y las ONG alertan de que existe y coinciden en la urgencia por atenderla.

"Las medidas que se están adoptando son claramente insuficientes", señala el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego. A su juicio, el sector necesita más apoyo para poder afrontar los difíciles meses que vienen por delante, por lo que emplaza al Gobierno a que destine una parte de los 140.000 millones de euros que España recibirá del fondo de reconstrucción aprobado por el Consejo Europeo, a la "salvación" del sector.

Según Gallego, los fondos europeos deben ser "una fuente de salvación, de transformación y de modernización" y deben aplicarse "a la reconstrucción y al relanzamiento de un sector que en estos momentos está en una situación crítica". ¿Será posible remontar?, nos cuestionamos. "Será posible si hay voluntad política, inteligencia y sobre todo coordinación entre el sector público y el sector privado", concluye.