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Coronavirus

¿Por qué España aún no tiene una aplicación de rastreo de COVID-19?

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Aplicación StopCovid, que permite a los ciudadanos franceses rastrear los casos positivos de COVID-19.
Aplicación StopCovid, que permite a los ciudadanos franceses rastrear los casos positivos de COVID-19.

España aún no cuenta con una aplicación de rastreo de contagiados de COVID-19, y parece que aún tardará tiempo en tenerla, porque la prueba piloto que prevista en La Gomera Mientras tanto, ocho países europeos, entre los que se encuentran Alemania, Francia o Italia; ya tienen esta herramienta que permite determinar los contactos de personas que hayan dado positivo de coronavirus y que se espera que pueda ayudar a interrumpir las cadenas de contagio.

A grandes rasgos, todas estas aplicaciones funcionan de una manera similar. Cuando dos usuarios están a menos de dos metros de distancia durante un cierto periodo de tiempo, sus teléfonos móviles intercambian datos a través de Bluetooth. En caso de que uno de los dos usuarios dé positivo en un test de coronavirus tiene la posibilidad de introducir el resultado en su aplicación y esta informará de forma anónima a las personas con las que haya tenido contacto.

La aplicación que se está desarrollando en España empleará el protocolo DP-3T (Rastreo de Proximidad Descentralizado para preservar la privacidad), que está integrado con el sistema de Apple y Google y en principio es el más garante con los derechos de los usuarios. Estos dos gigantes tecnológicos, que acaparan prácticamente la totalidad de los sistemas operativos utilizados en los teléfonos móviles de todo el mundo, han trabajado durante los últimos meses en un protocolo común que permita interactuar a las apps de los diferentes países.

Hay que tener en cuenta que la Agencia Europea de Protección de Datos antepone la intimidad de los usuarios a cualquier otro criterio. Esto significa que nadie está obligado a descargársela ni usarla. Además, Bruselas rechaza un seguimiento por geolocalización de las personas, por ejemplo, con GPS.

El piloto de La Gomera se retrasa

España ni siquiera ha lanzado su piloto de La Gomera para probar el programa que está siendo desarrollado por la Secretaría de Estado de Digitalización. A finales de mayo, el Gobierno anunció que las pruebas en la isla canaria comenzarían en junio, aunque recientemente ha asegurado que se retrasarán al menos hasta los últimos días de junio o primeros de julio. Por lo tanto, la implantación a nivel nacional aún tendrá que esperar varias semanas, como mínimo.

Sin embargo, el caso español no es único. La implantación de este tipo de aplicaciones a nivel europeo está siendo un camino tortuoso en el que, de momento, los fracasos superan a los éxitos. Son más los países que aún la están desarrollando que los que ya la tienen, y entre aquellos en los que ya está operativa, la mayoría lamenta la escasa implantación entre sus habitantes.

La semana pasada, fue Alemania el país que comenzó a utilizar de manera general la suya, llamada Corona Warn. La canciller Angela Merkel ha pedido a los ciudadanos que la instalen en sus teléfonos móviles. "Cuanto más gente use la aplicación más útil será", dijo, al mismo tiempo que recordó que su uso es absolutamente voluntario. Según los últimos datos del Robert Koch Institut, unos nueve millones de alemanes han instalado ya la aplicación (poco más del 11% de su población). En Italia cuentan con la aplicación Immuni, que acumula ya más de 3,4 millones de descargas, en un país de 60 millones de habitantes. En Francia, StopCovid arrancó a primeros de junio, pero actualmente sus usuarios no llegan a los dos millones, sobre una población total de 67 millones.

¿Para que estas aplicaciones tuvieran el impacto deseado deberían usarlas el 60% de la población, según un estudio de la Universidad de Oxford, aunque sus autores dejan claro que no hace falta un porcentaje tan elevado para que ayuden a reducir el número de casos de COVID-19.

Sistemas centralizados y descentralizados

Otros cinco países miembros de la Unión Europea ya tienen en marcha una aplicación con este objetivo: Austria, República Checa, Letonia, Polonia y Hungría.

Un caso muy significativo ha sido el de Reino Unido, que ha reconocido que su aplicación Test and Trace no ha obtenido los resultados esperados, por lo que será modificado para adaptarlo al modelo de rastreo de Google y Apple. Test and Trace también utiliza Bluetooth, pero se concibió como un sistema centralizado, en el que todos los datos son encriptados y gestionados por las autoridades sanitarias. A partir de ahora, los datos se quedarán sólo en el teléfono móvil del ciudadano.

Francia y Hungría son los únicos países que utilizan sistemas centralizados de recogida de datos. Los otros diez países miembros que piensan desplegar uno de estos sistemas en junio y julio, entre los que se encuentra España, han optado por la solución descentralizada DP-3T.

En este sentido, los Gobiernos de la Unión Europea están trabajando para garantizar la compatibilidad de las diferentes aplicaciones de cada país, algo que puede resultar fundamental de cara a la temporada turística. Esto significaría que podrían funcionar sin interrupción cuando los usuarios viajen a otro Estado de la UE, sin necesidad de descargarse la aplicación del país de destino.