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Igualdad

El mercado laboral penaliza la maternidad, sobre todo para las mujeres de 30 años

  • Un estudio muestra que ser madre a los 30 años supone una pérdida de unos 5.000 euros anuales en su salario
  • Las madres con edades entre 16 y 34 años ven aumentar sus posibilidades de entrar en desempleo

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Las mujeres con hijos cobran menos que las que no tienen, según un estudio
El salario de las mujeres con hijos crece en menor cuantía que el de las que no son madres.

El mercado laboral penaliza la maternidad en términos de salario, especialmente cuando se tienen más hijos y estos son más pequeños, y es "especialmente dañino" ser madre para las mujeres de 30 años, que pierden por ello unos 5.000 euros al año.

Son algunas de las conclusiones del estudio ¿Existe penalización por maternidad?, impulsado por el Observatorio Mujer e Igualdad de la Fundación Promoción Social y elaborado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, en colaboración con la Universidad de Sevilla, que ha sido presentado este martes.

A través del análisis de datos de la Agencia Tributaria y de la Encuesta de Población Activa (EPA), entre otras fuentes, el estudio apunta que tener descendientes condiciona "de forma significativa" el salario de mujeres y hombres, aunque para ellas el impacto es mayor, al menos hasta los 42-43 años, coincidiendo con su edad fértil.

El trabajo constata que las dos variables que más incidencia tienen en esta penalización es la edad de los hijos y el número de los mismos, de modo que pasar de uno a dos hijos supondría un incremento de dicha penalización del 6% al 14%, según ha asegurado en la presentación Viviana González, coautora de la investigación.

Según este estudio, el rango de edad más dañino es el de las mujeres que tienen hijos a los 30 años, en el que renunciarían a unos 5.000 euros al año; una pérdida de salario que iría disminuyendo progresivamente con el aumento de edad: 4.000 euros a los 32 años y 2.000 a los 36.

Una situación que también afecta a los hombres pero de forma menor, ya que su pérdida rondaría los 1.500 euros anuales.

El estudio revela asimismo que las mujeres entre 16 y 34 años que tienen hijos ven aumentar sus posibilidades no solo de disminuir sus expectativas salariales sino de entrar en desempleo de "forma notable". Sólo a partir de los 38 años sería beneficioso tener hijos si este fuera el único criterio a tener en cuenta. En esa edad, según la investigación, el impacto de la maternidad sería "al menos, neutral".

El "castigo" es aún mayor en aquellas mujeres con hijos que tienen un nivel medio de ingresos y que no han dado el salto a los puestos ejecutivos antes de ser madres.

Tendencia a la convergencia entre sexos

Viviana González ha precisado que, no obstante, hay una "clara tendencia a la convergencia" entre hombres y mujeres, ya que ha la brecha en cuanto a tasa de actividad ha disminuido, al pasar del 18,6 % en 2008 al 11,5 % el pasado año.

También la brecha salarial se ha reducido desde el 18,1 % en 2008 al 15,1 % diez años después, lo que significa, según esta profesora de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense, que "estamos mejor o en camino de estarlo".

La coautora del estudio ha precisado que no toda diferencia salarial asociada a la maternidad tiene que suponer una penalización que, a veces, puede explicarse por el propio deseo de la mujer de atender a sus hijos y que redunda en factores no salariales, pero si de calidad de vida.

En este sentido, la secretaria de Estado de Igualdad, Soledad Murillo, ha advertido de que para hablar de "preferencias" hay que hacerlo en términos de coste de oportunidades, de "lo que supone que alguien se quede en casa o se reduzca la jornada", algo que habría que pactar en la pareja, pero "nadie pacta si no tiene opciones".

A su juicio, en las parejas no se habla de que la dedicación de las mujeres al cuidado de los hijos va a redundar en sus derechos futuros, como son la jubilación.

Murillo ha considerado que las mujeres tienen también derecho a delegar responsabilidad, ya que el tiempo es el mejor capital que tenemos en las sociedades modernas, y, en este sentido, ha recordado que ellas dedican 15 horas más semanales a organizar el tiempo familiar.