Enlaces accesibilidad
Brecha salarial

La OIT denuncia que la brecha salarial apenas ha disminuido en los últimos 27 años

  • La organización lamenta que la mujer tuvo más dificultades para encontrar trabajo que los hombres en 2018
  • Las madres de menores de seis años y las trabajadoras de cuidados son las más afectadas por la brecha salarial

Por
Fotografía de recurso de tres mujeres y un hombre trabajo en una oficina
Fotografía de recurso de tres mujeres y un hombre trabajo en una oficina.

La brecha salarial en el trabajo apenas ha disminuido en los últimos 27 años y en 2018 la probabilidad de trabajar para una mujer era 26% inferior a las de un hombre, una mejora de apenas el 1,9% con respecto a 1991, según ha revelado la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe.

El estudio de la organización ha evidenciado que el 70% de las mujeres prefieren trabajar que quedarse en casa, cuestión en la que coinciden el 65% de los hombres.

"Ya no se puede afirmar de manera creíble, en ninguna región ni con respecto a ningún grupo de ingresos, que las diferencias en cuanto a empleo entre hombres y mujeres obedecen a que las mujeres no quieren trabajar fuera del hogar", ha señalado la jefa del Área de Género, Equidad y Diversidad de la OIT, Shauna Olney, en una rueda de prensa, según declaraciones recogidas por Efe.

Las mujeres cobran de media un 15% menos que los hombres por el mismo trabajo. El dato se recuerda en el día por la igualdad salarial. Los expertos creen que la brecha se debe a que se asocia a las mujeres con el cuidadado de hijos y mayores.

Las madres de menores de seis años, las más afectadas

Las más afectadas por la desigualdad son las mujeres con hijos menores de seis años, que sufren lo que ha dado por llamarse "la penalización profesional de la maternidad". Según los últimos datos, en diez años la diferencia entre las mujeres sin hijos pequeños y las mujeres con hijos menores de seis años que trabajan ha crecido del 5,3% al 7,3%, siendo la razón principal de ello que la presencia de las mujeres del primer grupo en el mercado laboral ha aumentado.

La penalización de la maternidad no se limita al acceso a un empleo, sino que sigue a las mujeres durante gran parte de su trayectoria profesional y obstaculiza sus posibilidades de llegar a puestos de liderazgo.

Lo demuestra el hecho de que sólo el 25% de gerentes con hijos menores de seis años sean mujeres, mientras que la proporción de mujeres en cargos directivos aumenta al 31% si no tienen hijos pequeños.

Diferencia del 20% en el salario

La OIT, ha establecido que todavía hay una diferencia de remuneración del 20% entre hombres y mujeres, una realidad de la que no escapan los países considerados más evolucionados en la materia.

Islandia es el único que ha alcanzado plena paridad en las oportunidades de trabajo para hombres y mujeres, pero todavía no ha conseguido igualdad de remuneraciones, por lo que el Gobierno ha anunciado medidas concretas para cerrar la brecha salarial el próximo año.

Con ese fin ha tomado una serie de medidas que van desde la certificación de empresas que pagan por igual a hombres y mujeres que realizan un trabajo de valor similar, al establecimiento de un sistema para que las firmas privadas rindan cuentas a este respecto.

La organización también denuncia que la rentabilidad de la educación de las mujeres en términos de empleo es menor que para los hombres, ya que el 41,5% de mujeres con título universitario no trabaja a nivel mundial, mientras que en el caso de los hombres sólo se trata del 17,2%.

Mayor perjuicio por asumir trabajos de cuidados

Aparte de la "penalización" de la maternidad, la mujeres se ven perjudicadas por ser las que asumen en general el cuidado de personas dependientes y el trabajo doméstico.

La directora del Departamento sobre Condiciones de Trabajo e Igualdad de la OIT, Manuela Tomei, ha subrayado que para que esto cambie no es suficiente eliminar todo aquello que hace posible la discriminación y establecer reglas de cumplimiento voluntario.

Tomei ha agregado que los países deben dotarse de leyes específicas que garanticen no sólo la igualdad de trato y de oportunidades, sino igualdad de resultados, elementos que también deberían estar incluidos en los convenios colectivos. "Cuando esto se deja a la buena voluntad de las empresas, el impacto que se tiene es limitado", ha aseguradoTomei.