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Zaplana, el exministro de Aznar que quiso ser "rico" y que presumía de no tener problemas judiciales

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Una de las últimas apariciones públicas de Eduardo Zaplana el pasado mes de abril
Una de las últimas apariciones públicas de Eduardo Zaplana el pasado mes de abril

Eduardo Zaplana, que de alcalde de Benidorm llegó a presidente de la Comunitat Valenciana antes de ser nombrado ministro por José María Aznar, presumía de no haber tenido "ningún problema jamás de índole judicial". Su detención en el marco de la Operación Erial por el presunto cobro de comisiones a cambio de contratos en su época de presidente del Consell (1995-2002) supone el primer zarpazo real de la justicia a este exdirigente del Partido Popular.

Nunca afirmó que estuviera en la política para "forrarse", como se le ha atribuido erróneamente, pero Zaplana se enfrenta ahora a esta causa judicial por presunto blanqueo de capitales, malversación y prevaricación.

La famosa frase "estoy en política para forrarme" la pronunció Vicente Sanz, entonces secretario general del PP de Valencia, en una conversación grabada en 1994 con Zaplana, cuando este aún era alcalde.

Lo que sí dijo el exministro unos años antes en una conversación con Salvador Palop, según unas grabaciones de 1990 que desembocaron en el caso Naseiro, es que tenía que hacerse "rico" porque estaba "arruinado" y que le hacía "falta mucho dinero para vivir", según la transcripción publicada hace apenas un año por eldiario.es.

Un año después de aquella conversación, este abogado que nació en 1956 en Cartagena (Murcia), se convirtió en alcalde de Benidorm gracias al voto de la concejala tránsfuga del PSOE Maruja Sánchez en lo que se conoció como el "marujazo".

Desde la política municipal saltó a la autonómica en 1995, cuando con 39 años se convirtió en el segundo president de la Generalitat Valenciana en democracia gracias a un acuerdo de gobierno -el llamado 'pacto del pollo'- con Unión Valenciana, partido regionalista al que el PP acabó fagocitando para iniciar la siguiente legislatura con una mayoría absoluta que los populares reeditarían hasta 2015.

Terra Mítica y el contrato de Julio Iglesias

Durante los siete años que Zaplana estuvo al frente del Ejecutivo valenciano, puso en marcha los denominados "grandes proyectos" como la Ciudad de las Artes y las Ciencias o el parque temático Terra Mítica en Benidorm. Impulsó, además, el "modelo Alzira" para la gestión privada de hospitales públicos -que se acaba de revertir- e intentó privatizar Canal 9, que acabó cerrando en 2013 acorralada por una gestión que elevó su deuda hasta los 1.200 millones cuando en 1995 era de 22 millones.

De su gestión en el Consell siempre presumió de haber logrado "los mejores indicadores de prosperidad" y de no haber tenido "ningún problema jamás de índole judicial", si bien algunas causas investigadas judicialmente -como el caso IVEX o el caso Terra Mítica- ocurrieron durante sus años de presidencia, según informan Loli Benlloch y Carlos Bazarra en el perfil de Zaplana publicado por la Agencia Efe.

El caso IVEX en concreto investigó el presunto pago de un millón de euros al cantante Julio Iglesias -aunque oficialmente se dijo que el contrato era de 2,25 millones- para promocionar los productos valencianos mediante conciertos en países como Japón, China o Rusia.

Aznar le nombró ministro en 2002

En esos siete años al frente del Consell pulió su estilo político y también se le empezó a quedar pequeño el Palau de la Generalitat, por lo que en 2002 subió un escalón más en un imparable ascenso político y fue nombrado por José María Aznar ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, cargo al que meses después sumó el de portavoz del Gobierno.

Desde su nuevo destino en Madrid, Zaplana intentó controlar con el mando a distancia al PPCV, pero se encontró con la oposición frontal de su "hijo político", Francisco Camps, hasta el punto de que el partido se fracturó un tiempo entre "zaplanistas" y "campsistas", y finalmente en abril de 2004 tuvo que abandonar la presidencia del PP valenciano.

Para entonces, los populares habían sido desalojados por las urnas de la Moncloa y comenzaba su andadura como portavoz del PP en el Congreso, una etapa que en su recuerdo quedó como una de las tareas más "duras" e "ingratas" de su carrera política y que coincidió con la comisión parlamentaria de investigación de los atentados del 11M de 2004, ocurridos cuando él era portavoz del Gobierno.

Salto a Telefónica en 2008

En abril de 2008 consideró que había cumplido con su deber y optó por pasar a la empresa privada, como delegado de Telefónica en Europa, en un momento de renovación del PP y, según dijo, con la satisfacción del "deber cumplido".

"Tengo la sensación del deber cumplido, de haber dado todo lo que estaba en mi mano, de haber realizado todos los esfuerzos que he podido, de tener la satisfacción de no cosechar ningún fracaso, al menos ningún fracaso relevante", aseguró el día que renunció al escaño en el Congreso de los Diputados.

El nombre de Zaplana ha aparecido en las últimas fechas en el caso Lezo y en el caso Púnica. En el primer caso, aparece en una conversación grabada con el expresidente de Madrid Ignacio González, en la que este último hace referencia a una cinta en la que un empresario reconoció supuestamente unos pagos en B al PP en 2008 y con la que se habría presuntamente chantajeado al presidente del partido y del Gobierno, Mariano Rajoy.

Declaración como testigo ante la Audiencia

Zaplana tuvo que comparecer por esta conversación como testigo el pasado mes de diciembre en la Audiencia Nacional, en el marco del caso Bárcenas. El exdirigente 'popular' declaró que se limitó a escuchar a González, pero que no le dio credibilidad.

Dos meses antes, su nombre aparecía también en un informe de la UCO de la Guardia Civil sobre el caso Púnica. Los investigadores creen que pudo cometer un delito de tráfico de influencias en una gestión que hizo para la exacaldesa de Madrid Ana Botella con empresas investigadas en esa causa, informa Efe.

En los últimos años Zaplana nunca ha dejado de visitar la Comunitat, donde conserva amigos y familia, e incluso acudió a la toma de posesión del socialista Ximo Puig como president de la Generalitat y a varias celebraciones recientes del Día de la Comunitat del 9 de octubre.

En 2015 le diagnosticaron un cáncer de médula y posteriormente se sometió a un trasplante en un hospital público valenciano, una enfermedad de la que el "molt honorable" -reconocimiento que la ley de expresidentes de la Generalitat otorga a todos los que han ocupado el cargo- ha ido dando muestras de recuperación.